Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Fotos

Silvina Ocampo

—¿A qué te gustaba jugar?
—...Tendría que pensar mucho para decir al gallo ciego, a |a mancha, o a las esquinitas... Prefería mis invenciones... El juego de la muñeca rusa era complicado, tan complicado de explicar como la cuarta dimensión. Según las jugadas, cada muñeca perdía o recuperaba su cabeza o su cuerpo, hasta llegar a la normalidad individual, cuando las colocaba por fin alineadas sobre la mesa. Para otorgarles un sueño reparador, yo tenía que encerrarlas de nuevo una dentro de otra, con muchas precauciones. .. Este juego no interesaba a nadie: en apreciarlo, mi soledad era total...
... Otro juego era el de la salvación de los pescados del río, que llevaba a la fuente del jardín, en un frasco de dulce, donde resucitaban con distintas abluciones... Este juego repugnaba a las personas mayores___"¿Por qué salva a los pescados?... ¡Qué porquería!"...
... Otro juego era el de la operación de apendicitis, con semillas de pino (o no sé dé qué árbol), que simbolizaban el apéndice... Ese juego tenía éxito, y requería cirujano, enfermera y enfermo...
Silvina Ocampo
Revista Gente y la Actualidad
6 de julio de 1972

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