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Jean Hagen

JEAN HAGEN
Combina con éxitos dos carreras

ES posible dedicarse al hogar y la familia y, al mismo tiempo, ser actriz. Tal afirmación la formula, en base a su propia experiencia Jean Hagen. La fórmula, según ella, reside en tener ambiciones y no temer al trabajo. En su caso, lo primero es su hijita Chris, de un año; su carrera dramática, lo segundo. Jean atiende con la misma atención a una y otra. Por ejemplo, cuando está en los estudios nadie trabaja con más afán, y aún así aprovecha la hora que tiene libre para el almuerzo y se va a casa de Chris, antes de que la niña duerma la siesta. Luego regresa puntualmente al estudio donde permanece hasta el anochecer, para hallarse de nuevo en su hogar a tiempo para dar de comer a la pequeña.
"Los domingos —dice la vivaz actriz— ni a Tom, mi esposo, ni a mi se nos ocurriría aceptar, una invitación para una fiesta. El domingo es un día que pertenece a Chris, y a ella se lo consagramos por entero.
Jean Hagen está casada con Tom Seidel, prestigioso agente de artistas, quien comparte el entusiasmo de su esposa respecto a su hija. Los domingos o días de fiesta generalmente los tres van a la playa.
"Encuentro fácil combinar mi profesión con el hogar —añade Jean—. En los estudios me concentro en mis papeles con la misma devoción que dedico a mi familia, porque me encanta mi trabajo. Siempre encuentro una oportunidad, en mis cortos períodos inactivos entre películas, para ir con Tom y nuestra hijita en unas breves vacaciones y muchos fines de semana los pasamos enteramente dedicados a ella."
A Juicio de la atractiva mamá, a un niño no se le puede criar ni educar debidamente si no se le da la importancia que merece, al igual que un empleo no duraría si no lo desempeñamos con lo mejor de nuestro saber y habilidad. A juzgar por la brillante carrera que ha cumplido Jean Hagen en un período relativamente corto, sabe "aplicar certeramente sus convicciones.
"Lo cierto es —continúa diciendo— que yo no soy la única en seguir tales teorías. Ahí están Esther Williams, Jeanne Crain o Deborah Kerr. Estas estrellas han alcanzado mayor fama y popularidad desde que son madres. La vida no está completa hasta que no se tienen hijos, y parece que el público cinematográfico comparte esa opinión."
Jean Hagen fué descubierta por el productor de la Metro Goldwyn Mayer, Sam Zimbalist y el director Anthony Mann, mientras actuaba en un teatro de Broadway en la pieza titulada "El traidor", al lado de Leo Tracy. Después de entrevistarla, le hicieron una prueba, asignándole de inmediato el principal papel femenino en "La calle de la muerte", película que Zimbalist y Mann estaban rodando en Nueva York.
No había concluido aún esa labor, cuando obtuvo otro importante papel en "La costilla de Adán", que tenía como estrellas a Spencer Tracy y Katharine Hepburn. A partir de 1949, año de que data aquella labor, la sugestiva rubia ha aparecido en una sucesión de lucidas interpretaciones. Su versatilidad quedó demostrada por la diversidad de sus caracterizaciones en "Mientras la ciudad duerme". "Emboscada", "La calle de la muerte", "La ilusión nunca muere" y "Sombra en el cielo".
Se cuenta que cierto periodista preguntó a Tom Seidel cómo logró conquistar el corazón de Jean Hagen. "Fué un ardid profesional —repuso Seidel—. Le ofrecí un contrato vitalicio, y Jean artista en alma, no lo pensó dos veces. Confío en que no habrá que rescindirlo nunca".

Revista PBT
03.04.1953

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