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TRIUNFO DE LA TERNURA
Hasta no hace mucho la mayoría de sus mensajes —recitales, libros, discos— estaban dirigidos a los niños. Pero un día se le ocurrió cantar para adultos, sacando de su galera un espectáculo subtitulado 'recital para ejecutivos'. Y desde ese día María Elena Walsh (39, en la foto) jamás volvió a pertenecerse por entero, porque su show 'Juguemos en el mundo' abarrotó y sigue abarrotando todas las salas del país donde lo presenta. Y cuando se convirtió en un disco agotó, en sólo cuatro días, las siete mil unidades de la primera edición. Por eso a nadie extrañó que el VIII Festival del Disco —celebrado no hace mucho en Mar del Plata— le concediera a María Elena el Gran Premio de Honor. Tampoco que el sello editor CBS se encuentre ahora en plenos preparativos para otorgarle el Disco de Oro, premio sólo reservado a aquellos intérpretes que venden más de un millón de grabaciones. Mientras sigue haciendo méritos, M.E.W. se fastidia por los inconvenientes que acarrea el éxito: teléfonos, correspondencia, reportajes, vida social. "No tengo tiempo para nada —se lamenta—, y por otro año más no podré hacer otra cosa que cantar y cantar". Hay muchos que se felicitan por esta contrariedad.
Revista Siete Días Ilustrados
12.05.1969
Hasta no hace mucho la mayoría de sus mensajes —recitales, libros, discos— estaban dirigidos a los niños. Pero un día se le ocurrió cantar para adultos, sacando de su galera un espectáculo subtitulado 'recital para ejecutivos'. Y desde ese día María Elena Walsh (39, en la foto) jamás volvió a pertenecerse por entero, porque su show 'Juguemos en el mundo' abarrotó y sigue abarrotando todas las salas del país donde lo presenta. Y cuando se convirtió en un disco agotó, en sólo cuatro días, las siete mil unidades de la primera edición. Por eso a nadie extrañó que el VIII Festival del Disco —celebrado no hace mucho en Mar del Plata— le concediera a María Elena el Gran Premio de Honor. Tampoco que el sello editor CBS se encuentre ahora en plenos preparativos para otorgarle el Disco de Oro, premio sólo reservado a aquellos intérpretes que venden más de un millón de grabaciones. Mientras sigue haciendo méritos, M.E.W. se fastidia por los inconvenientes que acarrea el éxito: teléfonos, correspondencia, reportajes, vida social. "No tengo tiempo para nada —se lamenta—, y por otro año más no podré hacer otra cosa que cantar y cantar". Hay muchos que se felicitan por esta contrariedad.
Revista Siete Días Ilustrados
12.05.1969