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JUAN CARLOS ALTAVISTA Y JUAN GABRIEL (7). La gente les sonreía
mientras ellos corrían y hacían piruetas en los bosques de
Palermo, cerca del Planetario: entre los dos disputaban
imaginarias, vertiginosas carreras de Fórmula 1. "Yo voy a
llegar a ser como Reutemann —se entusiasmó Juan Gabriel—; cuando
sea grande voy a correr en esos coches del Autódromo, que van
rapidísimo, brrrrrrruumm, no me va a ganar nadie". Pero la
pasión de JG no se limita a las competencias: "Además —agregó—,
lo mejor va a ser que los fabrique yo mismo, así estoy seguro de
que son buenos de verdad".
También el papá reconoció su vieja afición por la materia: "Mirá
—aseguró—, yo, de chico, lo que menos me podía imaginar era que
iba a terminar actuando". Es que sus sueños tenían componentes
más concretos: "A mí también me gustaban mucho los fierros
—recordó JCA—, mi fantasía era correr carreras de autos, lanchas
y hasta de aviones. Ahí tenés: mi verdadera locura era ser
piloto de avión. Claro que con los años vas perdiendo el
espíritu aventurero, y te empiezan a agarrar los miedos. Por eso
también es extraño que después se me haya dado por ganarme la
vida como actor".
Revista Siete Días Ilustrados
27.03.1975