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En una película que
me hizo ver mi hija, sobre un mucamo que estuvo mucho tiempo en
la Casa Blanca de USA aparecen algunos guiños históricos (obvvvpiamente)
y personajes que pueden asociarse a otros históricos del país
norteño. Uno de esos personajes es una chica con los rulos,
vinculada a una organización negra, que refleja a esta niña.
ANGELA DAVIS. El lunes 28, la Corte Suprema de San José de
California, Estados Unidos, inició proceso a la más joven
dirigente del Poder Negro, una morena carismática. de 28 años,
recibida de profesora de filosofía en La Sorbona, París. Cuatro
días antes había recuperado la libertad bajo fianza (debió
depositar 102.500 dólares), bajo juramento de que no se movería
de la ciudad, tras un encierro de dieciséis meses. La Davis está
acusada de complicidad en el asesinato de cuatro hombres en un
juzgado de San Rafael, también en California, durante una
maniobra de comandos urdida por el Black Power para rescatar a
un grupo de miembros de la organización acusados de terroristas;
uno de los muertos resultó el propio juez. La fiscalía considera
que la Davis proporcionó las armas para consumar el atentado, un
cargo que ha exacerbado a sus seguidores y que propició, la
semana pasada, varias concentraciones de manifestantes en el
Central Park de Nueva York (foto). Los líderes del Comité por la
Liberación de Angela Davis sostienen que se trata de una
artimaña para acallar su prédica revulsiva en contra del
"imperialismo, fuente de toda discriminación racial", una
doctrina todavía más radicalizada que la que postulan algunos de
sus socios del Poder Negro, el notorio Eldridge Cleaver, por
ejemplo, cuyo empeño en la lucha antisegregacionista no
cuestiona —he aquí la diferencia— el sistema mismo en donde ésta
se libra. La señorita Davis va más allá: afiliada al Partido
Comunista norteamericano, inscripta en una corriente titulada
Guevara-Lumumba, ella pregonó desde su celda que "el racismo en
los Estados Unidos no habrá de desaparecer si, al mismo tiempo,
no se liquida la actual estructura económica del sistema. No
habrá liberación hasta no alcanzar un nuevo estilo de sociedad",
escribió. Sin embargo, ella considera que no resultan válidos
los modelos de cambio impuestos en otros países (la Unión
Soviética, Cuba, Argelia), "porque nuestro país tiene
características absolutamente especiales''.
Angela Davis había
integrado, en París, las organizaciones clandestinas para apurar
la liberación de Argelia. En la Universidad de California
ejerció la cátedra de filosofía y dictó cursos sobre marxismo,
hasta que finalmente fue expulsada. El delito por el cual se la
acusa estaba incurso en la pena de muerte, abolida hace un mes
en el estado de California.
Revista Siete Días Ilustrados
06.03.1972