Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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Anne Philipe

"En 1959, Gérard Philipe está en la cumbre de su carrera. Ha interpretado a los autores teatrales más famosos, pero no se negó nunca a poner su talento al servicio de los nuevos. El cine ha hecho de él un astro famoso. Sin embargo, renuncia a los fabulosos contratos del séptimo arte por el sueldo exiguo del Théâtre National Populaire. Ha interpretado el Ángel, de Giraudoux; el François, de "El diablo y la dama", un Cid "bello como Aquiles y orgulloso como Rolando", un Lorenzaccio que llevaba "en su rostro los sudores de la fatiga".
Retorna de México, donde acaba de filmar una película dirigida por Buñuel. Se siente cansado. Pero no hay que alarmarse: ha trabajado intensamente. Se lo somete a un examen radiológico, que no revela nada anormal. Los médicos piensan que puede tratarse de un abceso en el hígado, y el 9 de noviembre deciden operarlo.
En su libro, Anne Philipe calla estos pormenores. Es una mujer a la que una enfermera invita a pasar a una sala de paredes blancas. Y ese anonimato da un acento aún más trágico a la escena. Oye pasos. Los cuatro médicos entran en la habitación donde ella espera. Y de pronto:
"Ya no hay más paredes blancas. En cada rincón, sobre el revoque descascarado, sobre la lámpara, en los rayos de luz que se filtran por el montante de la puerta, en todas partes está escrito: "Va a morir".
Pregunta con desesperación:
—¿Cuánto tiempo?
—Uno a seis meses como máximo.
—¿Sufrirá?
—No; será una muerte por agotamiento".
Anne resuelve ocultar la verdad al enfermo, y vuelve junto a él...
Revista Panorama, marzo de 1964

Fragmento de caricatura revista Caras y Caretas

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