En cambio, en Trasnoche con Delma, Delma Ricci prefiere
improvisar; actuar según sus impulsos y su vitalidad sin
límites. Ex estudiante del Conservatorio de Arte Escénico, hizo
sus primeras armas en Las dos carátulas, por Radio del Estado, y
pasó luego al escenario y a la TV. En 1961 era figura exclusiva
del canal 9, y escandalizaba a los directores con sus
improvisaciones y sus "fiestas" en los estudios, a las que
invitaba a todo el mundo. Una de ellas, organizada para un fin
de año, atrajo a tal multitud que provocó ira en las altas
esferas del canal y apresuró su alejamiento de la pantalla
chica. Delma tuvo que limitar sus aspiraciones; sin embargo,
ante el micrófono, vuelve a crear momentos de magia, y recibe
diariamente apasionadas esquelas de admiradores a los que
subyuga con su divismo inestable y pintoresco.
Tantas audiciones nocturnas confirman una vieja verdad: la noche
llama al diálogo humano.
Revista Panorama
diciembre 1963