"La participación de la Iglesia en la vida
política de Brasil se intensificó a partir de
1964, a través de innumerables protestas e
inflamadas manifestaciones. Ese año comenzó con
las 'Marchas de familias', coordinadas por
entidades católicas. Continuó con los
inquietantes sermones de Dom Helder Cámara
—obispo de Recife—, quien denunció la miseria y
la explotación del nordeste brasileño. En esa
época, el matutino francés Le Monde se refirió a
la creciente toma de posición del clero
brasileño, recordando que durante muchos años
Dom Helder fue la única personalidad católica
que levantó la bandera de las reivindicaciones
sociales en ese país americano."
Revista
Siete Días Ilustrados
20.01.1969