Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Fotos

FAEDA

PELO CORTO. CARCELES LIMPIAS
"Nosotros no rapamos a nadie; lo que hacemos es un corte 'normal': a la americana." Afirmación inusitada en boca de un alto funcionario de Seguridad Personal, porque hasta ahora ninguna legislación ni costumbre ni tradición, en ninguna parte del mundo, adjudica a la policía el papel de árbitro en el estilo de los cortes de pelo. Desde donde se conoce hasta aquí, las modalidades pilíferas han variado mucho y es de suponer que seguirán variando. Y cada época tuvo sus estilos predominantes, mientras otros nuevos se abrían paso. Actualmente, cualquier ciudadano no necesita conocer la Constitución —que no se ocupa de ello, por otra parte— para decidirse por un corte a la "americana", a lo "Flint", a la "romana" o atreverse al discutido y exuberante modelo "beatle". Los únicos que no gozaban de esa posibilidad eran los conscriptos, pues las Fuerzas Armadas optan por un corte único, al rape, como es tradicional en los países occidentales. (Los guerreros sikhs, de la India, prefieren en cambio una larga trenza anudada en el interior del turbante.) En fin, hay muchos gustos y preferencias en esto de aderezarse el pelo (por lo menos para quienes lo conservan). Y los porteños siempre fueron muy cuidadosos y hasta un poco coquetos, y también bastante individualistas, como Gardel o Alfredo Palacios. Así estaban las cosas hasta que la Policía Federal estableció extraoficialmente que el corte normal es a la americana.
Claro que en el Departamento Central de Policía no se obtienen explicaciones muy concretas. Abundan las evasivas. Y aún más si se pregunta sobre la existencia de una campaña antihipie o una "campaña de moralidad", semejante a la que insinuó desarrollarse en los primeros tiempos de la Revolución Argentina, referida entonces al largo de las faldas femeninas. Bajo promesa de no revelar su identidad, un funcionario de Seguridad Personal explicó: "Nosotros no perseguimos a hipies ni a melenudos. Simplemente traemos acá a señores para identificarlos. Como las cárceles deben ser sanas y limpias, se entiende que un melenudo no puede estar muy limpio mientras permanece en el calabozo: por lo tanto, le cortamos el pelito". A decir verdad, no se entiende, pero las detenciones y razzias contra hipies parecen indicar que, efectivamente, la Policía Federal ha iniciado un operativo relacionado con las costumbres y los estilos de la juventud. Un operativo bastante en consonancia con las flamantes y espectaculares afirmaciones públicas de una entidad denominada FAEDA, preocupada en descubrir relación entre las melenas, los hipies, el comunismo internacional y las píldoras de bencedrina. Otra fuente de influencia —aunque más discutible— pueden ser los guardias rojos de China Popular, que condenaron hace poco tiempo el corte de pelo a "lo Hong Kong" u "occidental". Pero es dudoso que esto se haya tenido en cuenta.
En fuentes policiales tampoco se ha dado una clara definición de lo que se entiende por hipies, ni por qué se los detiene. Sin embargo, la cronología señala que el 6 de enero fueron apresados diez presuntos adictos al flower power. El 10 del mismo mes, se capturó a cuatro melenudos integrantes de una orquesta; el 15, a cincuenta y ocho hipies y afines. El 18 de enero se emitió un comunicado; el 19 se incorporó al operativo la comisaría 47ª, y el 24, mientras proseguían las razzias, la jefatura informó que ya habían desfilado por distintas comisarías ciento ocho personas con demasiado pelo.

Fragmento de caricatura revista Caras y Caretas

siguiente
en la sección