|
|
—Por Dios, señor Fellini, no venga ahora a decirme que a usted
le importa algo la gente que va a ver sus películas. Si hay un
hombre a quien se le importa un bledo el prójimo y no tiene
espíritu evangélico, ése es usted justamente. Dejemos eso de
lado, por favor, y tomemos nota de la importante admisión: las
cuentas que usted ajusta en 8,30 son las de su vida misma y no
las de un personaje fantástico.
—Ufa, qué mujer molesta... Pero, ¿qué quieres que te diga?
Tantas cosas. .., se entiende..., son verdaderas. Lo que ocurre
en la película me ha ocurrido un poco a mí..., en cierto momento
no sabía qué hacer, no me acordaba más de nada... Trabajaba con
Plaviano, Pinelli, Rondi, sin convicción. Tenía el episodio de
la Saraghina, el del cardenal, pero eran cosas separadas, que
nadaban en el vacío, y no me acordaba de nada más, en serio. Los
de la productora estaban ahí, me miraban con ojos suplicantes,
sospechosos, y yo tenía muchas ganas de decirle al productor que
no importaba nada y que no hiciéramos más esta película. Luego
me pareció que este desvarío era una invitación, la mano tendida
de un colaborador invisible que me decía: cuenta esto y aquello,
cuenta la verdad . Y así me vino a la mente la idea de hacer una
película sobre un director que quiere hacer un film y no lo
recuerda más. Sí, Guido Anselmi no hace más que vivir lo que he
vivido, en parte también yo, en esta película. Y la conclusión,
si se puede llamar así, es ésta: no es necesario empecinarse en
entender, sino tratar de sentir, con abandono. Hay que aceptarse
a uno mismo: yo soy así, y estoy contento de ser así. Quiero
dejar de construir mitos sobre mi persona, quiero verme tal como
soy: mentiroso, incoherente, hipócrita, vil... Quiero dejar de
problematizar mi vida, quiero ponerme en condiciones de amarla,
de saber amar todo. Hablo siempre de Guido, por supuesto... Y,
al fin y al cabo, también lo dice san Agustín: "Ama y haz lo que
quieras hacer." Bueno, no dice exactamente así, pero casi...
Fragmento de entrevista de Oriana Fallaci a Federico Fellini
junio 1963
Revista Panorama