|
|
|
El Chango
Mi vida? Nací el 19 de diciembre de 1937. Fue en la Capital
Federal. Pero no me acuerdo bien en qué barrio. Sé, en
cambio, que me bautizaron en Palermo. Mi nombre completo:
Juan Enrique Farías Gómez. Pero, a esta altura, si alguien
me requiere por Juan Enrique, ¡a mí me parece que están
llamando a otro! Soy pariente de los Gómez Carrillo. En la
familia de mi padre son todos santiagueños. Mi madre,
porteña. Me crié, como quien dice, a dos puntas entre
Santiago y Buenos Aires. En casa de mis padres —muy músicos
los dos— había un piano para que yo lo manoteara de oído.
Después me vieron condiciones y me pusieron una profesora.
De todos modos, mi viejo quería más bien que estudiara una
carrera. Pero yo estaba para la música. Y no con el piano.
Con la guitarra, que me resultó un instrumento más mío. A
pesar de que papá me rompió tres guitarras, allá por 1952 ó
53, empecé a salir adelante con mi vocación: junto a Mario
Arnedo Gallo y a Hamlet Lima Quintana integré el conjunto
"Los Musiqueros". Después, en unas peñas que hacíamos
habitualmente en San Isidro, donde también lo conocí a Polo
Giménez, y de las que participaban Ariel Ramírez, Lima y
otros, surgió mi segundo conjunto: "Los Huanca-Huá". Esta
denominación quiere decir: "Hijos de los señores que cantan
las costumbres de su tierra". La mayor influencia, en mi
modo de sentir y de concebir el arreglo vocal, fue la de los
"Milt Brothers". Y el 9 de septiembre de 1966, eligiendo ya
deliberadamente a cada componente, formé el Grupo Vocal
Argentino. Una de las mejores satisfacciones la recibí de
Ariel Ramírez, cuando yo sinteticé su Misa Criolla para 5
voces, guitarra y percusión. Me dijo Ariel: "Así como vos
has hecho la Misa es como yo la pensé". No; no tengo mucha
obra de compositor. Se me ocurren ideas a granel. Pero soy
muy remolón para plasmarlas.
Polo Giménez
Mi vida? Dicen los que se acuerdan de eso que nací en
Córdoba, el 19 de diciembre de 1904. Mi nombre completo:
Rodolfo María Giménez. Soy de familia de músicos. Éramos
diez hermanos. Todos con sobrenombres. A una de mis hermanas
le decían Pola. A mí me dijeron Polo. El año que viene
cumplo mis bodas de oro con la música. Como que empecé a los
15 años, con el piano y de puro autodidacto. Y autodidacto
en rebeldía: mi padre me echó de casa por no querer estudiar
otra cosa. Además de folklore, durante años he tocado tangos
en orquestas típicas del interior. Y he compuesto muchos
tangos, algunos de ellos con tema campesino: "Mi rinconcito
serrano". Trabajé, como servidor público, en la Contaduría
General de la Nación. Allí la casualidad me inició como
letrista de canciones populares. Resulta que yo había
compuesto la música de lo que después fue "Paisaje de
Catamarca". Y en donde la tocaba me decían: "¿Por qué no le
hacés poner letra?". A raíz de eso pensé en Osvaldo Sosa
Cordero para que me escribiera los versos. Y en la
Contaduría, —fue en 1950—, haciéndole la pata ancha a los
expedientes, me puse a borronear el "monstruo" de la letra.
Y se lo llevé a Sosa Cordero. Este lo leyó. Y ante mi
asombro, comentó: "Polo: esto que usted ha escrito como
"monstruo" para hacer la letra, tiene que ser la letra misma
de su zamba. Aquí no hay que cambiar ni corregir nada." Así
fue como el "monstruo" quedó de letra definitiva. "No han de
ser tan fieros mis versos —pensé— cuando un hombre como Sosa
Cordero me habla así". Y ahí nomás me inicié como letrista.
Pura casualidad. También he integrado conjuntos de folklore.
Con el Payito Solá y con Mercau Soria, tuvimos "Los
musiqueros del tiempo e'ñaupa". Y participé en aquella peña
famosa de San Isidro: en ella conocí al Chango, creador de
los mejores conjuntos vocales del folklore.
Revista Gente y la Actualidad
21.11.1968 |
|
|