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—Yo creo que ya se decantó esa cosa rara del comienzo en
la que nadie sabía quién era, Me vieron surgir de golpe y
hasta hubo quiénes me respondieron agresivamente. Ahora,
creo que la cosa se fue decantando. Noto un mayor respeto
del público hacia mí. Creo que me diferencian de otros
porque yo siempre fui claro y no hice nunca camelo. Yo no me
pongo trajes de luces para salir a escena ni me pongo en
pose. Soy, te diría, trasparente. La gente ve mí crecimiento
como actor. Sabe exactamente mis virtudes y mis
limitaciones; nunca oculté mis dudas y ni siquiera mi
impotencia cuando me había emperrado en hacer cosas sin el
suficiente basamento. Yo, eso, no se lo oculté a nadie. Por
eso creo que ahora me gané un respeto envidiable.
Revista Siete Días Ilustrados
17.02.1977 |
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