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"El 7 de setiembre de 1930, al día siguiente de la
revolución, estrenamos una revista, ante una platea
rebosante de eufóricos revolucionarios. La abrumadora
mayoría de triunfadores no impidió que un tipo se levantara
en medio de la sala y desenfundando un enorme revólver,
gritara: "¡Viva el doctor Hipólito Irigoyen!". En minutos,
la platea quedó vacía y el fanático del "peludo", solo
miraba extrañado la inesperada fuga de los despavoridos
victoriosos". Seguramente, el irigoyenista debe haber puesto
la misma cara de asombro que la de Pepe Arias al final de
cada una de sus reflexiones.
Revista 7 Días
13.07.1965 |
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