Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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Primer día de clases

UN MUNDO NUEVO. Descubrirlo es una experiencia en la que no siempre resulta fácil penetrar. De pronto, guardapolvo blanco, zapatos lustrados y el pelo cortado. Para los chicos que ingresan en primero inferior deben quedar atrás, de pronto, la casa, la mamá y un montón de cosas de las que cuesta desprenderse. Nosotros fuimos a una escuela y observamos el primer día de clase con el ojo puesto detrás del objetivo de una cámara. Pensamos que era la mejor manera de captar la transición. Vimos chicos llorando en medio del patio, sintiéndose apenas algo mejor que condenados a muerte. Otros se quedaban quietos y mudos, acorazados en sus guardapolvos que parecían quebrarse de puro almidonados. Al terminar el día la cosa había cambiado bastante. Los guardapolvos estaban un poco menos blancos, los zapatos bastante menos lustrados, las caras casi sonrientes. Si usted quiere puede caer no más en la inevitable tentación de hablar de "palomitas blancas" o cualquier otra metáfora igualmente vapuleada. Ellos, seguramente, se habrán sentido de otra manera. No hubo mejores palabras que sus rostros.
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