|
|
|
Y entonces, a lo mejor, los lectores se sienten
traicionados. Y preguntan qué se dicen Leonardo
Favio y Juan Carlos Chiappe cuando están juntos.
Y entonces uno, para no defraudarlos, los asoma
a un pedazo de esa charla, de ese juego.
Leonardo Favio: —Cebame otro amargo, loco
lindo... Juan Carlos Chiappe: —Loco lindo sos
vos, que te largas a hacer una película con un
libro mío. En qué manos caíste, Leonardito. . .
Leonardo Favio: —¿Manos? Sí vos sos un genio. ..
Juan Carlos Chiappe: —Andá... Yo soy un tipo que
escribió siempre porque siempre tuvo hambre. Y
que llegó a quinto grado. . . Leonardo Favio:
—Me ganás, loco. Yo llegué a tercero. Y mi
hermano Jorge a segundo. Linda mesa de
analfabetos... Juan Carlos Chiappe: —Pero vos
tenés talento. .. Leonardo Favio: —¿Y vos no?
Pero si vos inventaste la tragedia popular en el
país, loco. Después de hacer esta película me
van a conocer en todo el mundo. Y a vos no te
digo nada. .. Yo no te conocía, pero oyendo la
radio me diste un mundo. Sos un tipo mágico.
Creo que nadie le habló al pueblo como vos...
Juan Carlos Chiappe: —Pero si yo soy casi un
autor maldito. .. Leonardo Favio: —Mirá,
también era maldito el tango. Y ya ves, cuando
se muere, recién lo entienden. .. Juan Carlos
Chiappe: —Pero a mí me acusan de no haber hecho
nada por la cultura, vos sabés. .. Leonardo
Favio: —¿Y qué, loco? La cultura sólo la puede
legalizar el pueblo. Y a vos siempre te escuchó
el pueblo. Le diste milagros, historias, muñecos
maravillosos... ¿Te parece poco? Vos no te
asustaste "ni del barro ni del fracaso", como me
dijiste aquella primera vez que charlamos tres
horas, ¿te acordás? Vos sos un poeta y no lo
sabés... Y así es todos los días, todas las
tardes, todas las noches, mientras los muñecos
crecen y Leonardo —¿con el Sol de Noche y los
celofanes, a lo mejor?— decide si la bruja será
amarilla o azul o si la muerte tendrá música de
Mendelssohn o de Chaikovski o si la película que
viene será la vida de Juan Carlos Chiappe, un
guitarrero al que le falta un dedo, un poeta de
la calle que se pasó la vida inventando
historias de malos y de buenos, de ángeles y
demonios, de malditos y de iluminados.
ALFREDO SERRA Fotos: ANTONIO LEGARRETA
Revista Gente y la Actualidad 20.12.1973
|
|