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Humor en medio del golf: Hank Ketcham (der.) con
Lino Palacio. Humoristas Los hijos
traviesos son más divertidos La semana pasada
Bariloche fue recorrida por la regocijada mirada
de uno de los padres más festejados del mundo:
Hank Ketcham, dibujante humorístico y padre
intelectual de Dennis the Menace, cuya
traducción literal es Dionisio la amenaza,
aunque los países de habla hispana prefieran
conocerlo por el más eufónico nombre de Daniel
el terrible. El domingo inmediatamente
anterior, Ketcham, un excelente aficionado al
golf, con 10 de handicap, había sufrido una
severa derrota a manos de Lino Palacio, su más
admirado colega argentino. Contrariando la
opinión general, que señala a los humoristas
como personas excesivamente serias en la vida
diaria, el humorista norteamericano resulta tan
entretenido en su relación con la gente —sobre
todo, si son chicos— como en sus dibujos. Una de
sus ocupaciones favoritas consiste en
realizar rápidas caricaturas de animales
mientras imita sus sonidos característicos. Otra
prueba de su radical sentido del humor:
Dennis-Daniel no es otro que su propio hijo, y,
según su orgulloso padre, "era tan travieso en
su niñez como mi personaje". Actualmente, el
hijo de Ketcham es un adolescente de 17 años y,
por el momento, no parece haber dado material a
su padre para otra tira cómica. PRIMERA PLANA
4 de febrero de 1964
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