Mujibur Rahman
Cuando el pasado lunes 10 el jeque Mujibur Rahman fue apoteóticamente recibido en Dacca y virtualmente designado presidente por aclamación de la nueva nación Bengla Desh, logró alcanzar la cumbre de su carrera política, una tumultuosa trayectoria que trascurrió entre cárceles y persecuciones. Tenía 27 años cuando fue detenido por primera vez, por sus actividades como dirigente estudiantil. Cuando aún estaba encarcelado, en 1949, fue elegido secretario de la Liga Awami, partido opositor a la Liga Musulmana, que había conquistado la independencia de Pakistán. En 1954, cuando se suspendió el gobierno de Pakistán Oriental y mientras ocupaba el cargo de ministro provincial y secretario general del Partido Awami, fue nuevamente detenido. Antes de su penúltimo encarcelamiento —desde 1966 a 1969— fue triunfador indiscutible de las elecciones generales paquistaníes. Su partido conquistó la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional en una cámara de 313 miembros que aún no se había constituido. Ascendió al poder sobre una plataforma de seis puntos en los cuales se demandaba autonomía política, financiera y militar para Pakistán Oriental. Ahora, en uso de esa independencia, presidente de un país de 75 millones de habitantes, liberado incondicionalmente el sábado 8 por decisión del presidente de Pakistán, mientras el delirio de la multitud aclamaba su nombre en Bengala y tanto la India como Pakistán Occidental suspiraban aliviados, el líder de 51 años se propone poner en práctica el contenido de su primera declaración pública: "Vivan en paz y déjennos vivir en paz". El rostro de un nuevo líder popular asoma al mundo.
1972
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