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Guillermo Cervantes Luro
—Hay animadores que trabajan muchísimo, como Larrea por ejemplo.
Uno prende al televisor y seguro que está animando o presentando
algo. Es decir, falta de trabajo no hay.
—¿Ningún otro canal se interesó por contratarlo?
—Sí, lo que sucede es que los canales quieren contrato de
exclusividad y lo obligan a uno a realizar cualquier tipo de
programas. Llegan a desgastar al locutor y es precisamente lo
que siempre traté de evitar.
—¿Cuál es la principal causa por la que te duele dejar el país?
—Todo lo que hice. De lo mío solamente puedo llevar mi familia.
Tengo que dejar todo, mi casa, mis amigos, la posición que me
hice después de largos años de trabajo. No es que le tenga miedo
a comenzar nuevamente, pero uno se encariña con lo que hizo.
Se acercan dos chicos, uno tiene un globo en la mano. Les da un
beso y nos dice: "Esto es una de las tantas cosas que me cuesta
dejar, que me obliga a pensar mil veces antes de decidirme. Es
lo que me hace esperar la última oportunidad".
—¿Qué oportunidad espera?
—La de siempre, la que creo que gané a través de mi trabajo. No
tengo pretensiones, simplemente lo que hice durante toda mi
vida.
fragmento de reportaje de Hugo Doliani en Revista Gente y la
Actualidad enero 1971
foto de Jorge Díaz