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Sabe lo que se dijo de usted, señor Maidana?
—No. ¿Qué se dijo?
—"El día que Maidana se muera, trabajan treinta y cinco
periodistas..."
—Ah, sí...ya sé. Una ocurrencia de mi amigo Héctor Ricardo
García. Dicen que acaparo trabajo. ¿Sabe por qué? Porque nunca
fui jefe de nada ni de nadie. La paso bien y me muevo como loco.
—Mi padre era vicedirector de una escuela primaria. Mi madre,
ama de casa. Yo me tiré a Derecho. Cuando estaba en tercero de
Abogacía —a los 22 años— empezaron los tumbos y francamente me
iba mal. Corría peligro de convertirme en estudiante crónico y
me daba vergüenza. Para colmo, una gran cantidad de parientes se
interesó "benévolamente" por conseguirme trabajo. Se ve que no
me veían pasta de abogado. Al final, allá por agosto del 50, lo
fui a ver a Arturo González Oliva, en Radio Splendid. Ese es el
hombre que me enseñó todo, y fue mi mejor amigo y maestro de
toda la vida. Bueno, empecé a practicar y en noviembre se
produjo una vacante. Ahí no más me contrataron como
redactor-locutor. Yo escribía el informativo y lo leía. Al año
siguiente, el ISER nos dio el carnet de locutor a todos los que
ya estábamos trabajando. Y ahí quedé iniciado como profesional
en la radio...
Revista Gente y la Actualidad
26.11.1970
Foto de Carlos Abras