—Sra. de Marcovechio, ¿le resulta extraña la situación en la que
se encuentra, como presidenta de un club de fútbol?
Me mira solamente por un instante, parece no comprender la
pregunta.
—No es nada difícil. Ni raro. Además el club no tiene solamente
fútbol; pero es el barómetro, anda mal el fútbol y los socios se
resienten, se pelean, la comisión se divide y pasan cosas como
las que pasaron: renunció el presidente y el vicepresidente
primero y quedé yo; me correspondía por estatuto, era
vicepresidenta segunda. Y ahora hay que salir a defender el
club, unir a las fracciones...
Revista Gente y la Actualidad
27.05.1971