Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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Mario Benedetti

Mario Benedetti
La hermosa simplicidad
El protagonista de La tregua es Martín Santomé, un viudo maduro que, a pocos meses de jubilarse, se enamora de una de sus empleadas. Durante pocas semanas ambos gozan del amor, y luego ella muere, así, fortuitamente, a causa de una gripe. Santomé queda sólo, sin fe, terriblemente vacío de toda esperanza. "Yo no me siento feliz de sentirme desgraciado. Me siento simplemente desgraciado". Simplemente. Porque todo el libro es simplemente; humilde en lo que la humildad significa de la vida, de comprensión por las penas y los esporádicos goces de la criatura humana. Sería fácil señalar en La tregua tanta trivialidad, tanto vulgarismo. A menos que uno recuerde que el más grande e inevitable lugar común es la misma existencia, hecha, precisamente, de vulgaridad, de trivialidad. Martín Santomé se dice a sí mismo que es un mediocre. Pero los verdaderos mediocres no saben que lo son. Santomé es el padre, el marido, el amigo, el solitario, el romántico un poco distraído que somos todos (o casi todos).
Benedetti ha escrito poemas, relatos, ensayos, prácticamente desconocidos en esta margen del Plata. Y es oficinista, como Santomé. Y como casi todos nosotros, que lo somos aunque con distinto jornal y jerarquía. Pero su imaginación, su
fervor de escritor, son, como quería Shelley, las "trompetas que llaman al combate" contra la mediocridad, la vida gris, el conformismo; contra todo lo que entristece y desalienta y empequeñece al hombre.
Revista Panorama
febrero 1964

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