Hace un año atrás había declarado: "El matrimonio es una cosa
pagana. Una costumbre fuera de moda y antipática que yo jamás
necesitaré...". Y hace apenas una semana atrás puso cara de nene
bueno, no sonrió ni un poquito así y pronunció el clásico "si"
en dos oportunidades, en un registro civil de Saint-Tropez y en
una deliciosa capilla en las afueras de la ciudad.
Revista Gente y la Actualidad
27.05.1971