Federico Peralta Ramos
—¿Cuál fue su mejor
happening?
—La compra
de un toro en la Rural. Un día me llevaron a un
remate y apareció el que más tarde sería
subcampeón de la raza Charolais. El rematador
dijo que ese toro tenía una base de 800 mil
pesos. Entonces sentí un impulso muy fuerte:
oferté el dinero. Sobrevino una puja, breve pero
emocionante. Finalmente compré, el toro en
1.150.000 pesos: yo no tenía ni un peso partido
en dos para el colectivo de vuelta. Me fui
caminando de la Rural a casa. Fue entonces que
se me ocurrió una manera de pagar el toro: iba a
hacer una exposición en el Di Tella con el
Charolais, un fórmula 3, una montaña de dinero y
un pura sangre de carrera. Todo eso en el hall.
En la calle, la gente iba a hacer una cinchada
gigante con una soga de 180 metros: los que
ganasen se llevaban la exposición. La idea falló
porque el Di Tella no consiguió permiso
municipal para la cinchada.
Revista Siete
Días Ilustrados
03.11.1969