SUMA PAZ. Antes del recital en el "Regina" nos confesó su
sempiterno miedo por subir al escenario. Luego tocó y cantó. El
sur, la pampa pareció surgir entre las cuerdas. Pocas como Suma
Paz han logrado reflejar en un estilo descarnado, simple, la
soledad del hombre, el ámbito de un paisaje. Las canciones de
Atahualpa, composiciones propias y temas de otros intérpretes
fueron mojones de una actuación que en las clásicas "Los
horneros" o "El aromo" alcanzó su cúspide en calidad y
comunicación. Una guitarra pesada y cálida, una voz sola y toda
la intención. Eso precisa Suma Paz, con eso alcanza para una
calidad que no desaparece, como debe ser, si es auténtica.
Revista Gente y la Actualidad
24.08.1972