—¿Y se considera, de alguna manera, un
psicólogo?
—No sé si seré un gran conocedor
del alma humana, pero con Pichón Riviere aprendí
a ampliar mi campo visual. Me di cuenta de que
un boxeador es algo más que un tipo con un
par de guantes que da y recibe trompadas. Esto,
dicho así, parece una pavada, pero es bastante
profundo. Yo estuve yendo todos los días,
durante 10 años, al gimnasio del Luna Park. Y
creo que cuando un boxeador llega a ser una
figura es porque hay algo en él como ser humano
que lo impulsa a triunfar. Ese mismo hombre, con
distintas circunstancias sociales en torno suyo,
podría haber sido primera linea en cualquier
otro quehacer humano. Lo que hay que saber ver
es el fuego que late adentro.
Ulises Barrera
en Revista Siete Días Ilustrados
octubre 1975