Happening con hojas de hierba
Una exclusiva edición de 'Hojas de Hierba' renovará el deslumbramiento ante Walt Whitman, uno de los pocos poetas inmortales.

 

Un insólito happening se desatará los primeros meses del año próximo, en Buenos Aires, cuando un volumen de grandes dimensiones (30 centímetros de alto por 20 de ancho), impreso en papel Japón, de tirada reducida (600 ejemplares), se comience a vender al infrecuente precio de 7 mil pesos el ejemplar. Obviamente, más allá de su refinamiento puramente externo, la gema estará dentro: se trata del poema Hojas de hierba, de Walt Whitman, traducido por Jorge Luis Borges y —además—, ilustrado con seis grabados de Antonio Berni.
"Me demandó un año de trabajo, pero volvería a insumir el mismo tiempo en la recreación de Whitman", confesó a SIETE DIAS el pintor Berni, la semana pasada. Al parecer, los desvelos borgianos en torno a la traducción del poema insumieron un esfuerzo similar: durante todo 1968 el poeta argentino dedicó innúmeras horas a pergeñar la versión que, según sus propias conclusiones, "oscila entre la interpretación personal y el rigor resignado". Además de quienes podrán adquirir la tirada en papel Japón, otros 4 mil ejemplares, en papel Berger, se ofrecerán a la venta a un precio algo más asequible: 5 mil pesos. Para los editores —curiosamente— una de las tantas razones que motivaron la realización de esta empresa —que costará alrededor de 4 millones de pesos—, reside en el sentido revolucionario y popular que anima a Whitman. Como una paradoja —y no obstante la inquietud de los editores— sólo muy pocos podrán gozar de esta joya. El estanciero Román Sarán (37, cuatro hijos, presidente del directorio de Editorial Juárez) explicó a SIETE DIAS: "Nos interesa Whitman por muchos motivos. En alguna medida su pensamiento contribuyó a impugnar el feudalismo, vigente durante el siglo XIX en los Estados Unidos, fundamentalmente en el sur esclavista". Si bien él exaltó en su época el surgimiento del capitalismo norteamericano, hoy perdura su valor poético y aun proféticamente impugnatorio. Para Guillermo Nolasco Juárez (36, director general de la editorial y ex funcionario oficial entre 1958 y 1968), Whitman canta al surgimiento de un nuevo sistema económico pero "también denuncia la venalidad, el fraude, el latrocinio. El no veía la inflexibilidad de las leyes del sistema ni los productores advertían, ni lo advierten hoy, las arrolladoras fuerzas que el mismo sistema libera".
Para tal fundamentación política de una obra poética, Saran ofrece una pista reveladora: la mayor parte de los integrantes del staff directivo de la editorial se reclutó entre quienes "se retiraron de la conducción pública voluntariamente, ante la inexistencia de un programa serio de gobierno; nos interesa ofrecer un pensamiento que en el orden filosófico, político y económico marque las pautas para la organización de una sociedad moderna, procurando que la producción esté en función de la comunidad. Por eso somos anti-liberales". Eclécticos en cuanto a la orientación de los volúmenes publicados, en Juárez se tutean, pensadores políticos del catolicismo conciliar como Arturo Sampay, con nacionalistas de izquierda como Rodolfo Puiggros: obras de prestigiosos juristas internacionales como Carlos Cossio, o de filósofos del mismo nivel como Carlos Astrada; los dos últimos, junto a Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, dirigen diversas colecciones. "No toleramos a los gorilas de derecha ni de izquierda y recogemos lo positivo de cada uno", se entusiasmó Saran completando la fundamentación doctrinaria de la editorial.

HERMANO DE LOS HOMBRES
Pero más allá de las sofisticadas características que rodean esta nueva versión de Hojas de Hierba, los lectores argentinos tendrán la oportunidad de reencontrarse con uno de los textos más perdurables de la poesía del siglo XIX, cuyo tono emularon creadores contemporáneos del calibre de Pablo Neruda, Carl Sandburg y Vladimíro Mayakovsky, Whitman (1819-1892) fue un periodista nacido en Nueva York que enriqueció a través de ocho ediciones sus Hojas de Hierba, exaltación panteísta que afirma: "Esta es la hierba que crece donde hay tierra y hay agua,/Este es el aire común que baña el planeta". Revolucionario en cuanto a su técnica expresiva, en un metro que se libera de todos los esquemas que pesaban sobre los poetas del siglo pasado, Hojas de Hierba abre, para muchos, las posibilidades literarias desarrolladas luego por los grandes poetas del siglo XX. Verdadera epopeya a los Estados Unidos, su protagonista es el propio Whitman pero también cada una y todas las cosas vivas del planeta. Equivalente a la novela Moby Dick, del norteamericano Herman Melville, la obra de Whitman es un cosmos torrencial que sentó las bases de una nueva concepción social de la literatura. Según explica Borges, "a cada uno de los modelos de epopeya que el joven Whitman conocía los llamó feudales". Todos los héroes del pasado, desde Ulises al Cid, correspondían a un mundo que W.W, aspiraba a abolir: el de la aristocracia. "Mi epopeya no puede ser así —conjetura Borges poniéndose en el lugar de Whitman—; tiene que ser plural, tiene que declarar o presuponer la incomparable y absoluta igualdad de todos los hombres."
Dedicado a componer un fresco infinito, el poeta norteamericano compuso —según afirma Borges— un personaje que "era símbolo de la populosa democracia, innumerable y ubicuo. Elaboró una extraña criatura que no hemos acabado de entender y le dio el nombre de Walt Whitman. Esa criatura es de naturaleza biforme; es el modesto periodista Walter Whitman, que algún amigo apresurado saludaría en las aceras de Manhattan, y es, asimismo, el otro que el primero quería ser y no fue, un hombre de aventura y amor, indolente, despreocupado, recorredor de América". Dentro de muy poco los lectores argentinos volverán a sentir el deslumbramiento revelador que sólo se experimenta ante muy pocos libros.
Revista Siete Días Ilustrados
01 de diciembre de 1969

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Hojas de Hierba

Antonio Berni
Antonio Berni
Antonio Verni