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A fines de los 60s, al
cumplirse -creo- el 50 aniversario de Billiken, se publicó un número especial, de muchas
páginas, que incluía una antología de todos los números anteriores. Entonces pude
apreciar este tipo de estética y situaciones que pertenecen a otros tiempos. Yo, por
ejemplo, a mi maestra para que me tuviera "buen concepto" no le regalaba
manzanas, pero sí le regalaba tizas "que le mandaba mi vieja que tambien era
docente". La realidad era que las tizas se las afanaba a la maestra de su propio
cajón del escritorio. |
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