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El deseo se muerde la cola
El miércoles 17, Luis Seppaquecia, un macizo carnicero del barrio de Colegiales, en Buenos Aires, abrió sus brazos y anunció con grandes voces, al borde de una rubicunda media res: "Yo di permiso a Reynaldo para que los muchachos pintaran a gusto." Los furiosos clientes de Seppaquecia apenas parecieron oírle; continuaron comentando el primer asalto de cal y pintura que el caudillo Reynaldo Brenna había dado esa madrugada con las siglas del MID en los frentes del barrio, y "sin permiso". Este episodio era uno de los innumerables motivos de ira que la campaña electoral esparcía sobre los casi seis millones de electores de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, sometidos a multánimes apelaciones gráficas y audiovisuales.
Pero también la acción propagandística bordaba preocupaciones, tensiones y hasta estallidos de rabia entre los dirigentes políticos. Paulino Niembro, cabeza de la lista de diputados de Unión Popular, rechinó los dientes la semana pasada en su cuartel general de San José 1555 —sede de la Unión Obrera Metalúrgica de la Capital—, cuando le mostraron el afiche que había lanzado su compañero de nómina, el doctor Rodolfo Tecera del Franco. El cartel descolgaba en los ojos de los electores una caricatura de Juan Domingo Perón: el ex presidente, bajo una enorme sonrisa, blande una escoba para limpiar el país. "Estas cosas caen mal a los peronistas", sentenció severamente Niembro, quien recurrió a estampas murales serias, y en algunos casos a sentimentales remenbranzas.
Entre las cinco series de afiches que Niembro asestó contra los muros de la ciudad, repitiéronse sobre todo las copias de un 'Vote y vuelve', que exhibe otra vez juntos los rostros de Perón y su segunda esposa. El promedio de impresión por serie fue de cinco mil unidades con un costo de doce pesos cada una, entre imprenta y colocación. Las escaramuzas de brocha gorda quedaron en manos de los afiliados, porque el arancel de 500 pesos por metro cuadrado de pared pintada les pareció excesivo a los populistas. En cambio se contrataron espacios por radios privadas, y una teleaudición por el Canal 9 los lunes, a las 23.30. "En las calles, las cuadrillas municipales de Rabanal nos tapan todo", denunció Niembro.
Enrique Vanoli, secretario del comité nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo, parecía confiar más en los deslumbramientos que multicolores letras fluorescentes pueden derramar en los votantes que en la "ya gastada pintura de paredes". La innovación de la UCRP se agitará en doscientos pasacalles colgantes distribuidos en Buenos Aires, y cuya apelación invariable será 'Vote sin dudar. Vote UCRP. Lista 18.'
Aunque Vanoli, un industrial de 38 años, padre de dos hijos, prefirió reservar siquiera una alusión al costo de la propaganda fluorescente, dijo que los pasacalles de tela cruda, de los cuales flamean 5.000, costaron doscientos pesos a las arcas que custodia el casi omnímodo Ricardo Balbín. Tampoco tuvieron números concretos las cifras que el partido oficial invierte en radio, televisión y en los otros atajos de proselitismo gráfico que transitan su afán electoral.
Sin embargo, en los medios publicitarios se admitió la semana pagada que la UCRP había firmado abultados contratos, entre otros, en el ramo de 'poster pannels'. La campaña del oficialismo se ornaba el sábado último con nuevos alardes; amarillos, rosados y blancos carteles de plástico comenzaron a asomar en las calles, así como imperativas frases en fajas murales: "Hay un gobierno. —Cuídelo." Más inusitados resultaron los afiches que alentaban el "Plan Nacional de Desarrollo 1965-1969"; inusitados porque ese plan aún no existe.
En otro buró político de la metrópoli, el ingeniero Alvaro Alsogaray desestimó con energía los avances sobre la propiedad privada. "Es inadmisible que cada campaña electoral sea un castigo sin piedad para los propietarios de inmuebles", crepitó Alsogaray. El partido de Reconstrucción Nacional que él preside y lo lleva como primer nombre en la lista, eligió las alturas para levantar allí sus castillos publicitarios 'Alsogaray al Congreso'. Los colgantes de RN remontan ya la Diagonal Norte y otras arterias céntricas.
"Ocurrencias de la juventud", se disculpó el ex ministro cuando PRIMERA PLANA le exhibió un volante verde donde se lo caricaturiza vestido de jugador de fútbol y pateando una pelota; el texto anuncia: 'El 14 de marzo vote al más uva. A papá al Congreso'. Según Alsogaray, la base sólida de Reconstrucción Nacional se asienta en las "clases didácticas" por televisión que brindan él y sus colaboradores, aunque no desdeña las preguntas y respuestas que pespuntean esas presentaciones, al estilo de: "¿Cree usted que esto aguanta cuatro años?"
El partido Socialista Argentino no oculta que invertirá un millón y medio de pesos en todo el país para promover a sus candidatos, a quienes en la Capital Federal comanda Emilio Carreira. "Nuestra base son las finanzas de la clase trabajadora", señalaron al identificar el origen de sus recursos. El leit-motiv de la ofensiva asiéntase también en números; en el 10 que adjudicó el sorteo a la lista del PSA en la Capital Federal. "Póngale un 10 al país. Vote lista 10. PSA", es la metáfora utilizada. En la provincia de Buenos Aires un afiche trata de tentar con una franca alusión gastronómica: 'El hambre no avanza a paso de tortuga. La injusticia social debe verse a la hora de la comida. No en la boca de los políticos.'
Además de frecuentar los medios audiovisuales de sus competidores, el PSA introdujo su agitación en el celuloide. Los dirigentes bonaerenses rodaron un corto metraje en el que repiquetean secuencias "con las contradicciones del gobierno". El film oscila entre las afirmaciones del radicalismo gubernamental, y la mala cara de las villas Miserias y los hospitales repletos. Alfredo Daglio —41 años, casado, un hijo—, secretario de propaganda del Socialismo Argentino, no menosprecia las mieses que pueden rendir las pequeñas obleas impresas. Quizá por ello hizo lo posible para que cuarenta mil fueran fijadas paulatinamente en sitios estratégicos, con este lema: 'Progreso con justicia social. Seguridad con libertad. Abundancia con bienestar popular.'
Los conservadores unieron parte de su proselitismo a las bondades del 'hardboard'. Centenares de paneles de este material fueron convertidos en carteles rectangulares por una paciente y prolija afiliada al Partido Demócrata Conservador. Una mano de aceite, otra de pintura azul, y finalmente las letras en blanco caídas a través de una metálica matriz fueron los medios para colocar en lo alto de las columnas porteñas: 'Almada diputado. Balestra concejal.' Las lágrimas cayeron después, cuando horrorizados afiliados descubrieron que algunos enemigos políticos habían robado 200 'hardboard' de la avenida Rivadavia.
Pero, son los propios candidatos quienes suelen generar las más graciosas salidas. Dos ejemplos:
• Francisco Manrique, cabeza de la lista de diputados de UDELPA (Capital), se engolosinó con una frase suya que parece inspirada por Balbín: "Yo me siento más orgulloso navegando sobre mis medias suelas que sobre la cubierta de un portaaviones." La espetó en una emisión de TV —hacia el final, interrumpiendo al animador, como si temiera olvidarla—, la dictó retocada a un semanario y la llovió entre sus amistades.
• Luis Cándido Carballo, que se postula como concejal por el MID (Rosario), hizo grabar un chamame con el que pretende capitalizar votos. Sus fáciles versos sostienen: "Póngala no más / la boleta seis; / Vótelo a Carballo / y ríase después". 
Primera Plana
23 de febrero de 1965

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