Publicidad 1911
El flirt del bañista
Dicen que en Mar del Plata hay un bañista gran flirteador de sus clientas bonitas.
El hombre no puede con su temperamento á pesar de pasarse sus seis ú ocho horas diarias en el agua.
La naturaleza no ha sido pródiga con él, en cuanto á la belleza física; y este no deja de ser un gran inconveniente para quien hace de tritón aunque sea asalariado.
Las muchachas se divierten un mundo con el pobre hombre, que (dicho sea de paso) es respetuoso á pesar de ser volcánico.
—Este oficio, señorita—le decía á una linda morocha, mientras la conducía de las manos á lo "hondito"—este oficio es para mí un verdadero castigo.
—¿Por qué?—lo interrogaba maliciosamente la pizpireta ondina.
—Porque sufro el suplicio "del sándalo''.
—¿De qué?
—De ese que estaba atado, tenía hambre, veía cerca la comida y la bebida y no podía comer ni beber.
— ¡Ah! "De Tántalo" querrá usted decir.
—Bueno; es lo mismo.
—¿Pues sabe usted cómo se curó de esas ansias, Tántalo?
—No.
—Bañándose.
—¡Caramba!... ¡Pues más de lo que yo me baño!. ..
—-No; en agua dulce, y jabonándose bien con Jabón Reuter que es el que purifica todo... hasta las almas, de los malos pensamientos.
Vaya, pues, á bañarse, y mucho Jabón Reuter.
Publicidad Jabón Reuter
febrero 1911
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