Los 60's

 

Desde los "turbulentos Veinte" el mundo no conocía una década más violenta, controvertida y alucinante como estos "Años 60". Diez años cargados de tensión, tragedia y explosión tecnológica. Decenio apasionante, en que la gente ha llegado al límite de su capacidad de asombro. Balas de procedencia conocida, pero de autoría intelectual aún no desentrañada, matan a dos Kennedy y al predicador de la paz negra. El hombre pisa la superficie lunar y una de cada tres personas en el mundo lo observa con ojos acostumbrados. Un hombre santo pasa por el Vaticano y conmueve hasta sus más profundos cimientos a la Iglesia. Adviene un Poder Joven, que enarbola una bandera agresiva y desdeñosa contra su generación predecesora. Un gigante de ojos rasgados y rostro amarillo se despierta y amenaza. Vietnam se transforma en un problema sin solución para los Estados Unidos en Oriente, y Cuba le abre un frente insospechado de revolución de aspiraciones contenidas en Latinoamérica. Sangre en África y en el Medio Oriente. Violencia blanca y violencia negra. Y hambre, mucha hambre en dos tercios de la potación mundial, donde las diferencias entre ricos y pobres abren un abismo:cada vez más peligroso. No hemos intentado un recuento cronológico y puntualmente descriptivo de estos hechos que están en la mente de todos, sino que hemos preferido el substrato con perspectiva de ios hechos más salientes, sin desdeñar la anécdota, la frase acuñada o el informe confidencial y desconocido. El curioso coctel de violencia rebelde, pacifismo floral, drogas y música pop de los Jóvenes de la edad de la ira; las sangrientas independencias africanas, con el añadido del dilema de miedo y libertad de Grecia y Chipre; la explosión disparatada del arte, que busca acercarse al público por los medios más contradictorios y curiosos, y el severo mundo del comunismo, en que dos gigantes se yerguen amenazantes, poniendo a un mundo tenso muy cerca de una guerra nuclear, y una pequeña isla que alza desafiante sus puños, enfrentada a la nación más poderosa del sector occidental.

 

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El poder jóven
UN ABISMO ENTRE DOS GENERACIONES

La protesta juvenil, ideológicamente impulsada por Herbert Marcuse, pone al mundo en jaque, mientras los gobiernos buscan caminos como la represión, ante una mayoría humana que reclama una sociedad nueva y mejor.
Es el eterno enfrentamiento de las generaciones", dicen los más simplistas ante la creciente rebeldía juvenil.
"Cuando yo era muchacho también salí a. la. calle a tirar piedras", evoca, no sin cierta nostalgia, un buen señor, al que habría que despojar de muchas capas de grasa para imaginarlo como revolucionario.
Sin embargo, hay algo distinto en lo de hoy.
Desde fuego, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los apodos, que terminan por ser escandalosamente inexactos, este de "Poder Joven", que se ha dado a la nueva y beligerante posición juvenil, refleja la verdad. El inconfonnismo actual constituye una fuerza poderosa y reviste una juventud que se advierte más que en los cortos años de quienes la vociferan, en una cierta inexperta generosidad que lo impregna todo y que es patrimonio solamente de los jóvenes.
Ello no es raro, porque la crisis de hoy -crisis de valores que en forma cíclica vive el mundo cada cierto tiempo- es una que afecta de manera fundamental a ese contingente nuevo que se asoma a la vida.
"¿Por qué el Poder Joven?", preguntan muchos.
Y la respuesta aplastante, como la cifra que ella contiene, es: "Porque en el mundo de hoy el 65% de la población tiene menos de 18 anos".
Este no es un porcentaje transitorio, una proporción que se haya dado en momento excepcional, transcurrido el cual se retornara a la debida armonía. Parece ser, por el contrario, un desequilibrio progresivo, que vuela impulsado por la explosión demográfica, por el subdesarrollo de muchas regiones del planeta, por el despertar de inmensas masas de hombres de lo que se ha denominado el "letargo conformista".
Ya estén todos de acuerdo, por lo menos, en que este supuesto "enfrentamiento de generaciones" no es simple cosa de niños, como fueron los choques anteriores, o que, de serlo, es un pasatiempo que hay que tomar en serio, como debieron hacerlo Charles de Gaulle, Lyndon Johnson y Kurt-George Kissinger.
Mirando el problema de hoy desde ese mundo crucificado por dos guerras mundiales, que algunos persisten en creer vivo aun, el espectáculo de la juventud invadiendo universidades, arrasando teatros, idiotizándose con estupefacientes, resulte demasiado doloroso para soportarlo: es la imagen de un orden al que se trata ciegamente de demoler.
"Esos niños deberían estar estudiando, o cantando, o riendo", se dice.
Y los niños, sin alegría en los ojos, responden:
"¿Estudiando, cantando, riendo frente a la mascarada con que ustedes, los adultos, han querido cubrir su fracaso y egoísmo?"
Es la brecha, más ancha que cualquier enfrentamiento de generaciones, que separa a dos mundos.
Este hecho, fácil de constatar, ha llevado a muchos a restar importancia a todo el movimiento, por estimarlo poco sólido.
Pensar asi, sin embargo, revela superficialidad.
El afán de emular, de parecerse a algo, o a alguien, no es un sentimiento extraño y despreciable en el hombre: responde a una ancestral forma de admiración, nutrida de impresiones casi siempre subconscientes que, por no ser inexpresables en ideas, carecen de valor.
Los líderes razonan. La tropa, que muchas veces es carne, si no de cañón, por lo menos de bastón y bomba lacrimógena, repite consignas memorizadas y por lo general no entendidas. Todos, sin embargo, se sienten Poder Joven, legítimos amos y herederos del mundo. Y eso es lo que importa.
Hay un lenguaje joven y una vestimenta joven y un arte joven. Hay también una mirada joven, hosca y despectiva, que encierra toda la agresividad de quienes realmente pueden jugarse por lo que para ellos es un ideal.

MARCUSE: EL "IDEÓLOGO"

Los doctrinarios, los que irradian su inquietud con diferentes grados de comprensión, sostienen que la actual sociedad ha minimizado al hombre, lo ha despojado de su verdadera dimensión y lo ha convertido en un esclavo desterrado de su verdadera personalidad.
Acaso de todos los teóricos que han analizado este problema, quien lo ha hecho de un modo más penetrante ha sido Herbert Marcuse, filósofo de 71 años, nacido en Alemania y avecindado en los Estados Unidos, donde adquirió la nacionalidad norteamericana.
Su obra más atingente eI tema, "El Hombre Unidimensional", apareció en París, en su traducción francesa, junto con las primeras barricadas de mayo de 1968, lo que hizo que muchos sospecharan una cierta premeditación.
En la obra citada, Marcuse enjuicia a la que él denomina "sociedad industrial avanzada" sosteniendo que ella no solo no ofrece ninguna posibilidad de salud colectiva, sino que coinstituye la más perfeccionada organización ideada por el hombre para su perdición.
En el concepto de "sociedad industrial avanzada", Marcuse, no obstante sucalidad de neomarxista, engloba tanto al capitalismo como al socialismo de hoy. En ambos sistemas ve la misma fatalidad totalitaria, engendrada por la tecnología que, en sus propias palabras, "crea similitudes entre el desarrollo del comunismo y el del capitalismo".
Para explicar la muchísimo mayor virulencia con que critica a su patria de adopción, señala que "si la sociedad capitalista: norteamericana aparece actualmente como el tipo más acatado de organización industrial, ello se debe a que es electivamente la mas avanzada y a la. circunstancia indiscutible de que la. democracia consolida la dominación macho más firmemente que el absolutismo".
Esta dominación, según Marcuse, en tas sociedades democráticas se convierte en una "autodormnación en cadena", en la que el dominado es cómplice del dominador, quien, a su vez, es aplastado por el propio sistema. Asi tiene su origen el hombre unidimensional, inhibido de las facultades -"dimensiones", dice el autor- de critica y posición.
Sostiene Marcuse que en estas sociedades "la racionalidad es irracional", aunque ella haya sido consagrada por la opinión mayoritaria de lo ciudadanos electores. "El condicionamiento del hombre ha producido el efecto de substituir en él el sentido del verdadero interés y la verdadera conciencia, por intereses y conciencías falsas."
Cuando el hombre recupere su auténtico interés y su real conciencia recobrará sus dimensiones de crítica y oposición y descubrirá la necesidad de cambiar de vida: la necesidad de RECHAZAR.
Concluye el autor afirmando que "la autodeterminación no sera efectiva sino cuando, en lugar de masa haya individuos liberados de la influencia, y propaganda".
Discípulo de Freud, Marcuse sostiene que la auténtica salud vendrá de la "trascendencia política de energía erótica, cuyo fruto sera mundo natural y social que, deshoyendo la. dominación y la. agresión represiva, se sitúe bajo el principio de realidad de la paz. Solamente podra. la vida conquistar su propio fin, es decir, convertirse en felicidad.

LA CADENA UNIVERSITARIA

Acaso porque la estructura social mas a su alcance era la universitaria, ella fue el primer blanco masivo de la agresividad del Poder Joven.
El ataque se produjo, desde 1964 adelante, en escala mundial.
No puede negarse que haya habido una sincronización entre los universitarios de por lo menos tres continentes.

Tampoco es posible creer que los del mundo occidental, que luchan por metas diferentes de aquéllas que motivan la rebeldía en los países del área socialista, hayan podido estar coludidos con sus compañeros del oriente europeo.
Se produjo, simplemente, un levantamiento en cadena, en el que hubo -y, seguramente, seguirá habiendo- un flujo de aliento y emulación recíprocos.No hay en este drama personajes buenos ni malos.
Como en todos los trascendentales episodios que protagoniza el hombre, simplemente hay un choque de fuerzas del que, misteriosamente, surge a la postre el progreso.
Pero ¿por qué la juventud ha explotado en esta década con ese ímpetu de violencia desconocido, desconcertante?
¿Por qué unos luchando, otros dándose por vencidos, otros escapando de la realidad, hay tantos que coinciden en denunciar a la sociedad actual como inoperante?

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El asesinato de Robert Kennedy

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La coexistencia pacífica de Kruschev

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Los cambios de la iglesia impulsados por Juan XXIII

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y la violencia juvenil, íconos de esta época

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El Poder Jóven se alza contra un aducido fracaso de los adultos

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Los que no quieren ser cazados en el cepo del conformismo expresan el rechazo planteado por Herbert Marcuse
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La actitud de rebeldía representa estar "in" aunque ello signifique sufrir golpes y arrestos policiales
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ES PODER Y ES JOVEN

Como en todos los movimientos masivos de la humanidad, hay en este del Poder Joven una élite reducida que tiene sus ideas claras y que esta ubicada en el núcleo de una infinidad de círculos concéntricos que, con intensidad decreciente, gravitan sobre él.
Solamente el núcleo y las capas mas cercanas al centro comprenden con claridad todo el sentido de la lucha que desencadenan. El resto, la inmensa mayoría de los círculos, que giran en tomo al eje, actúan por emulación, por una atracción que las mas de las veces es sentimental: son tos rebeldes por moda o, para ponerlo en sus propias palabras, aquellos que consideran que la rebeldía está "in".
Los motivos han sido diversos en los distintos campos de batalla. Ellos, sin embargo, han girado en torno a la Reforma Universitaria, modificación en las relaciones profesor-alumno, desahucio del sistema cátedra magistral, apertura del claustro al mundo actual.
Muy luego, estas peticiones, que podían estimarse como gremiales y circunscritas a la realidad universitaria, fueron adquiriendo la verdadera dimensión que latía en su fondo.
El dirigente estudiantil norteamericano Hayden, perteneciente a la organización marxista SDS (Students for a Democratíc Society), dejando atrás a su maestro Marcuse, declaró que su grupo "quería una universidad para luchar contra los valores de la sociedad norteamericana o, en caso contrario, no querían universidad".
Esta, que es una posición extrema, refleja algo que es común a la mayoría de los movimientos estudiantiles: la actitud de abierta critica a la estructura, no ya de la universidad, sino de la sociedad occidental entera, dentro de la cual el claustro es solo una de tantas construcciones inoperantes.
La consigna parece ser la destrucción de la sociedad, que hace posibles la guerra de Vietnam, las luchas raciales, el hambre en Biafra, las convulsiones de África, el subdesarrollo iberoamericano..., hechos todos estos de los que aparece como único responsable, gracias a raciocinios a veces demasiado simplistas, el capitalismo burgués y su símbolo indiscutido: Estados Unidos.
En una actitud bastante más positiva, esa universidad que el SDS considere como arma contra los valores de la sociedad norteamericana, ha sido concebida por otros como una institución proyectada al servicio de la inmensa masa que no ha tenido la oportunidad de concurrir a las aulas.

La Clase Joven

Julio 1967. — Tissie se quiebra sobre la alfombra y sus piernas tratan infructuosamente de acomodarse. Tiene 16 años, mide mucho, y me mira desde el fondo de unos ojos oscuros semi ocultos por una cabellera a lo Joan Baez.
Pertenece a una familia de la clase media-alta. Se ríe a menudo, y en ningún momento de las dos horas que pasamos juntos se muestra incómoda o titubea antes de contestarme.
A veces me hace preguntas y me cuesta recordar que el que hace el reportaje soy yo. Siento creciente simpatía por esa figura larga, un poco desgarbada, que habla con una sinceridad pasmosa.
El "interview" es un péndulo que va desde el asombro hasta quedar atónito, y con miedo de que las notas no puedan captar todo lo que sale de su boca.
Tissie habla excitada, se siente importante, y a veces hace gala de una autenticidad que golpea. No golpea, noquea.
"No, no me considero representativa de los adolescentes americanos. Por otra parte, ellos tampoco son un grupo homogéneo. Puedes clasificarlos en cuatro o cinco categorías: «teeny-boppers», «mods», «preps»...
"Yo me visto «mod», pero soy una intelectual. (Vestirse «mod» significa llevar minifaldas, medias jeroglíficas y empolvarse la cara como las artistas de los 30.)
"En una época fui «mod». Bueno; al principio fui «prep». Espera, ya te explico.
"Empecemos con los «teeny-boppers». Nunca lo fui no lo seré. Son los que conocen la vida de los artistas de Hollywood y andan corriendo estrellas y pegando chillidos cuando ven aparecer a los Beatles o los Animals, y usan camperas plagadas de cierres relámpago y botas con tacos alto y siempre están llenos de granos y exagerando todo. Sólo para eso usan la cabeza.
"Los «mods» viven mirando de reojo a Carnaby St. de Londres, con sus «beel-bottom pants» (nuestros pantalones «oxford») y sus minifaldas. Son algo más sofisticados que los «teeny-bops» y quizá más viejos. Creo que piensan un poco más. Son bastante liberales, pero no tanto como los «beats».
"Pero antes te diré algo de los «preps». Yo fui «prep» de nacimiento. Son los que van a colegios pagos, se visten «conservative», prefieren casarse con chicas vírgenes y seguramente entrarán en el mundo de los negocios y se dedicarán a ganar dinero y eso.
"«y eso» es tener una casa y dos autos y mandar a los chicos a buenos colegios y veranear 20 días por año y tratar de tener más dinero para poseer más cosas.
"Es el «estilo de vida americano». Lo odio. Me asquea. La clase media me asquea. No piensa. Sólo los intelectuales piensan, y en eso se diferencian de todos. Además, no tienen miedo de ser diferentes.
"Yo ahora soy una intelectual. Los «beatniks» piensan, pero son más «radicales». Quiero decir que reaccionan con tanta fuerza que indefectiblemente caen en otra categoría. Usan el pelo largo porque los «preps» lo usan corto. Practican el amor libre porque los «preps» no lo hacen. Es como una foto y su negativo. En realidad, ambos están muy cerca.
"En el medio estamos los intelectuales. Son los que no se sienten avergonzados de tener cerebro.
"Los «mods» se parecen bastante a los «beats», pero éstos son más «radicales». Por ejemplo, un «mod» jamás tomaría algo más que marihuana. Un «beat» toma LSD. Yo tomé LSD sólo una vez. No lo volvería a hacer, pero creo que fue necesario.
"No sé qué porcentaje de los adolescentes se droga, pero son bastantes. ¿Qué se siente tomando LSD? Bueno...; eh..., yo, por ejemplo, me sentí planta. Sentí que era una naranja, ¿te imaginas? Tengo un amigo que se sintió Cristo crucificado. Fue horrible.
"La primera vez no debes tomarlo a solas, porque puedes hacer cosas muy salvajes. Puedes tener un mal «viaje» o un buen «viaje» (el «viaje» se le llama a estar drogado con LSD). Yo tuve uno bueno. Te dura más o menos nueve horas, y su efecto es gradual. Es decir, no se te pasa de golpe. Cuando reaccioné me sentí muy deprimida.
"Actualmente el LSD está de moda; todo lo psicodélico está de moda... Psicodélico es todo aquello que produce efectos similares a los que se sienten bajo el LSD.
"Hay «night clubs» psicodélicos, música, trajes...; te imaginas la buena veta que es para la publicidad americana.
"Por supuesto, LSD no es lo único. También se toma peyote, marihuana, hashish, DMT. Esta última es una forma concentrada del LSD. Dura sólo quince minutos.
"Mi padre se enteró hace poco de que había tomado drogas. Me revisaron la pieza y encontraron cinco dólares en marihuana y una navaja. ¡Me quiso matar! Y cuando se enteró que mi hermana y yo no éramos vírgenes, por poco le da un colapso. Pensó que nadie querría casarse con nosotras. Yo no trato de convencerlo de mis ideas. Es Imposible. Ahora nos llevamos bien. He sacado buenas notas en la escuela y cree que he cambiado de vida.
"Me he acostado con muchos. Ahora estoy muy enamorada y desde hace seis meses sólo salgo con el mismo. Tiene veintiséis años y es el hombre más sofisticado que conozco. Es amigo de mi padre, pero él no sabe nada. Es un intelectual. Mira, los intelectuales son diferentes, son más individuos.
"No pertenezco a ninguna iglesia. Creo que lo fundamental del cristianismo es el amor. Se puede ser religioso sin ir a misa ni pertenecer a. ninguna iglesia.
"La gente me harta. Me encantan los chicos. En realidad, no le tengo rabia a nadie. Ni siquiera a los «preps». Más bien siento pena por ellos. De mis amigos me interesa que me acepten como soy. Tengo sólo cuatro o cinco.
"Pienso que la gente me cree una «modish-beat». Sí: una mezcla.
"No es necesario que te vistas de una manera especial para ser una intelectual. Me gustaría ser actriz dramática. Si no, me encantaría enseñar. Odio el mundo de los negocios. ¿Mis hijos? No seré con ellos como fueron mis padres conmigo. Aceptaré lo que piensen sin tratar de amoldarlos a mi conducta. No los consideraré una prolongación de mi persona.
"Soy bastante feliz, aunque este verano traté de suicidarme. Es que todo lo que me inculcaron mis padres comenzó a pesar demasiado y me sentí muy degenerada. Pero ya lo superé.
J. M. Giesso
Revista Extra
agosto de 1967

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