Y de esos malos hábitos ni siquiera les sacaba el sentimiento
patriótico. Los transportes ferroviarios fueron usados como
instrumento de dominación económica. Los fletes ferroviarios han
sido la, llave de esta dominación. Mediante un simple juego se
subvencionaba la carne que iba al extranjero, o más claramente
dicho: pagábamos los argentinos por el honor que nos hacían de
comerse nuestra carne. El juego era muy sencillo. Para transportar
hacienda, en un vagón "standard" de 25.000 kilos, con 1.000
kilómetros de recorrido, el flete costaba 365 pesos; para
transportar productos de almacén, 3.209; para transportar tejidos,
4.304. Y nosotros vivíamos tan contentos.
Menos mal que gracias al caudal de ilusiones que aún conservan los
"últimos oligarcas" de que a breve plazo ya ni se hablará de
descamisados ni de Gobierno del General Perón. El pueblo podrá
hablar mucho mejor, más claro y más alto de lo que yo puedo hacerlo,
cada vez que hable por medio de las urnas. Pero o yo me equivoco
mucho o estoy sintiendo por doquier el entusiasmo con que todo el
país celebra con verdadera satisfacción y convicción el éxito en que
culminan las negociaciones realizadas para quedamos con lo que ya es
nuestro, lo que no dejaremos arrebatarnos jamás, lo que siempre
debía haber sido de los argentinos. |