Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

1º de marzo de 1948
Nacionalización de los Ferrocarriles

Nacionalización de los ferrocarriles
Insisto en lo que otras veces he dicho. La riqueza de una nación sería despreciable si únicamente sirviese para el bienestar de unos pocos a costa de la miseria de la mayoría. Una situación de pobreza general se puede llevar con dignidad y de ella se puede salir mediante el esfuerzo colectivo. Una situación de egoísta privilegio económico, sólo conduce al envilecimiento moral y material del país.
Nuestros actos no pueden ser más congruentes con nuestras palabras. En nuestro banderín de combate inscribimos en 1945 el lema: "Recuperación económica". Y hoy, a los dos años de haber votado esta consigna, yo, vuestro Presidente, yo, parte de este mismo pueblo, digo: "Pueblo argentino: tuyos son todos los bienes que antes poseían los ferrocarriles extranjeros. Haz buen uso de ellos; respétalos, consérvalos, mejóralos, porque haciéndolo así vivirás mejor, tus hijos vivirán más felices y no conocerán los sacrificios que tú has conocido. Y tú, trabajador, que has sufrido y te has sacrificado, reconfórtate y levanta tu ánimo. Nada tiene valor si no nos cuesta algo de nuestra sangre o de nuestra alma, y el gozo inmenso que hoy sentimos bien nos compensa de todos los dolores, de todas las angustias, de todas las privaciones que antes habíamos sufrido.
Hoy tenemos conciencia de nuestro poder y sabemos lo que valemos. Esta conciencia no ha de servir para envalentonarnos ni para incurrir en grotescas provocaciones. Ha de servir, sí, para afirmar y acentuar nuestra voluntad de que nada en el mundo vale lo que el honor de nuestra Patria y la dignidad de pertenecer a una estirpe que sabe hacerse respetar.
Hoy mantenemos relacionen cordiales con todos los países del mando. Nunca habíamos tenido acreditado ante el Gobierno argentino a un cuerpo diplomático tan nutrido como ahora. Rogamos cada día a Dios para que esta paz y amistad cordiales no se vean nunca turbadas. Pero este deseo nuestro ha de ser realmente correspondido y correctamente interpretado. Nadie podrá interpretar que nuestro anhelo de paz oculta, un temor; nadie podrá simular una amistad si quiere llevarse el fruto de nuestro trabajo. Y en la Argentina, sépanlo una vez más quienes no quieren darse por enterados, admitimos, seguiremos admitiendo y serán bien recibidos los capitales extranjeros que quieren venir a colaborar, pero no a esquilmar, a especular, a saquearnos

Nacionalización de los ferrocarriles

 

 

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