Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

1º de marzo de 1948
Nacionalización de los Ferrocarriles

Nacionalización de los ferrocarriles
Tampoco creo en la existencia de un designio histórico que nos condene internacionalmente a la mansedumbre, a la sumisión o al coloniaje político o económico. Somos un pueblo fuerte por la intensidad del respeto a los derechos ajenos y a la exigencia de respeto a nuestros derechos: por el amor a nuestras instituciones y a nuestras libertades; por la conducta pacifista que no se quebró nunca; por el firme propósito de imitar al padre de la Patria, al glorioso San Martin, que en dos continentes tan sólo batalló en defensa de los ideales de independencia, de esa férrea, de esa intransigente, de esa sagrada independencia típica del alma criolla, que no se quiere doblegar ante nadie.
Esa es la significación del acto que hoy celebramos festejando la recuperación de nuestros medios de transporte ferroviario. La satisfacción que nos produce este nuevo paso en nuestra soberanía, no es agresiva ni enconada. Como representativa de un momento venturoso, está henchida de cordialidad, de espíritu fraternal, de limpio estímulo de mejoramiento. No dudo de que la recuperación económica ha de producir desgarramientos y dolores. Así sucede con cuanto nace a nueva vida. Así sucedió en los momentos de lograr nuestra independencia política. Pero cuando el desgarrón abre el paso a una vida fecunda, cuando al producirse no han existido ni motivos viles ni pasiones ruines, la herida cicatriza prontamente y lo que pareció causa de rompimiento, se convierte en lazo de unión y en fuente de recíproco aprecio. Esa norma — la historia lo demuestra — es aplicable a las relaciones de dentro y de fuera de las fronteras.
Los hombres pasamos por la vida. Queda la Patria y su bien es lo que importa."

Nacionalización de los ferrocarriles

 

 

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