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hippies

Los hippies norteamericanos
(continuación)
Daniel Samoilovich
Transformaciones
Centro Editor de América Latina
1972

Vietnam
La fiebre del rock —que abarcó a todos los norteamericanos— había conmovido verdaderamente a los Estados Unidos. Pero los adultos recuperaron pronto el equilibrio: en todo caso, junto a la antigua "normalidad" se instalaba un momento de "locura", un momento de cuerpo y de desorden.
La alternancia estaba planteada. Pero pronto la normalidad norteamericana dio un nuevo paso: la guerra. Las corporaciones norteamericanas habían empezado la guerra, y al norteamericano medio le parecía bien. Al fin de cuentas la guerra caliente infundía un poco de calor, de emoción al frío de la vida tecnológica; se compartía una empresa con toda la nación, ya no se llevaba una pequeña, estrecha vida; era posible sentirse un héroe leyendo el diario; y la brutalidad de la guerra era una versión en colores de la brutalidad gris de una vida competitiva, de la violencia permanente que un hombre tiene que hacerse para adaptarse a un modo de vida inhumano.
"Si la formación entera es la que está fuera de ruta, el único modo de reencontrar la formación es salirse de la ruta."
Y la formación se había ya alejado definitivamente de la ruta: la "normalidad" americana era ahora la guerra, el obispo de Nueva York anunciaba que Cristo iba a Vietnam con los soldados norteamericanos, y entonces definitivamente todo era absurdo, y toda la normalidad norteamericana podía irse a paseo, y entonces Cristo debía estar en otra parte, muy lejos de la Iglesia Oficial, y entonces miles de jóvenes se van, se salen —es el "drop-out", salirse, de
Timoty Leary—, y, como aturdidos de todo aquello, se van de las casas, de las instituciones que habían podido arrojar semejante monstruo, el american way of life más la guerra sucia, se van y no hay en principio ningún plan en eso, se van y vagan por las laderas de San Francisco, confluyen por millares en Haight Ashbury, un barrio de San Fancisco: en 1965 son ya 70 mil, son ya los hippies, sin que nadie sepa quién les puso ese nombre, probablemente derivado del antiguo hipster, que deriva de hip, que significa consciente.

La encrucijada del rock y el LSD
Toda la contracultura hippie se articuló en el encuentro del ácido y el rock: el sitio de ese encuentro fueron las grandes ceremonias de los acid-tests (pruebas del ácido) que el escritor y poeta Ken Kesey organizó en el curso de 1965 en San Francisco. El periodista Warren Hinckle, de la revista Ramparts, relata la historia de los acid-tests: "Las pruebas de ácido tuvieron un principio bastante calmado. En sus orígenes, Kesey daba una conferencia psicodélica y distribuía el LSD como la Eucaristía, cosa que sucedió por primera vez en la Conferencia Unitaria de Big Sur, en agosto de 1965. Repitió el rito varias veces, en reuniones privadas de su casa de La Honda, en universidades, y una vez en un mitin del Vietnam Day Committee, en Berkeley. Fue entonces cuando Kesey agregó a los Greateful Dead, un conjunto pionero del rock de San Francisco, a sus pruebas de ácido y, como toque final, la técnica ambiental de funciones de luz y proyecciones de colores salvajes y de transparencias sobre las paredes durante bailables de rock. A dicha combinación le dio el nombre de 'viajes'. 'Viaje' es también el nombre que se le da a una experiencia de LSD, pero en el vocabulario de Kesey quería decir también aventuras, que se daban por el cambio de medio ambiente de público varias miles de veces durante la noche, al manipular luces de colores muy brillantes, grabadoras, proyectores de transparencias, raras máquinas de ruido, y cualquier otra cosa que se pudiera encontrar en el basurero electrónico, mientras el público bailaba bajo luces estroboscópicas al salvaje compás de un conjunto de rock o simplemente se divertía jugando en la pista. . . LSD en Pepsi, LSD en el café, LSD en pasteles, LSD en el ponche. Sería razonable calcular que Kesey metió en onda por lo menos a 10.000 personas con LSD durante las 24 representaciones de la Prueba del Acido",

Del rock a la música pop
La transformación del rock en una música más compleja, reconoce dos aportes fundamentales: dentro de los mismos Estados Unidos, la confluencia del folk y el rock, realizada por Bob Dylan; y un aporte llegado desde Inglaterra: los Beatles. Bob Dylan, originalmente Robert Zimermann —hijo de un hogar de clase media norteamericana—, deja su casa muy temprano y recorre los
Estados Unidos tocando melodías populares. Especialmente la country-music de los Apalaches, de Virginia, de Tennesee; expresión nostálgica de cowboys y mineros, la country-music proviene del folklore de los inmigrantes norteamericanos, y esta música ya se había volcado a los temas sociales después de la gran depresión de 1929. Woodie Guthrie, el gran cantor socialista norteamericano de esa época, influyó en Peete Seeger, en Joan Báez, y Dylan lo reconoce como su padre espiritual. La otra influencia es la de los grandes poetas: Rimbaud, Dylan Thomas, en homenaje a quien Bob cambiará su nombre, y Allen Ginsberg. Con todo este bagaje (sin embargo, dice: "Si no hubiera vivido yo mismo lo que escribo, mis canciones no valdrían nada") Dylan se transforma en el máximo baladista de la lucha por los derechos civiles, en el comienzo de la década del 60. En Blowing in the Wind, Dylan canta: "Cuántos caminos tiene que recorrer un hombre para llegar a ser libre". Los caminos cambiarán, y en 1965, explosivamente, Dylan se electrifica. Aparece en el festival de Monterrey, acompañado por la Butterfield Blues Band, tocando música "bluesy", eléctrica y ruidosa.
El festival de Monterrey sería el acta de nacimiento de la música pop. En él confluyen Janis Joplin, Jimmy Hendrix, la música oriental de Ravi Shankar y la enorme carga poética que Dylan traería.
Pero la música oriental fue incorporada al rock fundamentalmente por los Beatles; ellos serían,
desde Inglaterra, los unificadores del movimiento. Los Beatles habían aparecido a comienzos de la década como uno de los tantos conjuntos de rock de los suburbios de las grandes ciudades industriales inglesas. Su ídolo reconocido era Elvis Presley. John Lennon declararía después: "Queríamos convertirnos en cuatro Elvis; pensábamos que cada uno de nosotros podía agradar a gentes diferentes. . ." Al comienzo su música es directa, gruesa, sus canciones muy sinples, como "She Loves You" o "Yeah, yeah, yeah". Usan el pelo corto y flequillos, tocan enfundados en limpitos uniformes; todo marcha muy rápido y en dos años alcanzan a Elvis. Lentamente, su camino se irá acercando al de Dylan. Enriquecen sus melodías, evolucionan en la búsqueda de nuevas armonías y se aventuran resueltamente fuera de los ritmos estrictos del rock and roll. El paso siguiente es relatado así por los periodistas Jean-Francois Hirsch y Jean-Francois Bizot: "Al final de 1965, los Beatles partirán hacia el Este. Gracias a Bob Dylan habían descubierto la hierba —la marihuana— y el LSD. La meditación estaba a la orden del día y los atraía hacia la India. George Harrison, allí, tomó lecciones de cítara. Volvieron con el rage-rock (raga es el nombre de ciertas melodías hindúes). Es el tiempo del álbum Revólver, que marca con una notable puntualidad el apogeo del movimiento hippie. Fue puesto en venta en el verano de 1966, en el mismo momento en que el love summer atrae en San Francisco a millares de adolescentes norteamericanos".
La música pop —muy lejos ya de la simpleza de Presley, de sus movimientos mecánicos-— es sin embargo una música llena de cuerpo, y también expresa en sus letras las inquietudes del movimiento. Síntesis de rock y poesía, de violencia y meditación, es también el fluido eléctrico que pasa a través de un cable basta una guitarra eléctrica, y a través de ella es retorcido y lanzado con toda violencia al aire, para evocar un mundo in-eléctrico, para evocar campos de frutillas para siempre.

Campos de frutillas para siempre
La ética burguesa —y quizás la ética puritana en forma particularmente extrema— se basa en un cálculo donde se reconoce la alternancia trabajo-diversión, placer-dolor: la utopía hippie es en primer lugar la utopía del placer perpetuo, de un momento más allá del cálculo y del tiempo: una eternidad de aquí y ahora, "salida" de la historia y "salida" del futuro. Stuart Hall explica así el aquí-y-ahora: "En fuerte contraste con la forma intencionada, instrumentalizada, inducida y emocionalmente controlada de dirigir el ser y sus relaciones sociales en la moderna sociedad tecnológica, los hippies celebran la expresividad abierta y la gratificación de los deseos aquí y ahora. Su énfasis en la expresividad es un impulso contrario al bloqueo de emociones y la duplicidad de papeles que sienten que es una parte tan central de los tipos de personalidad dominantes en la sociedad americana moderna. La inmediata gratificación de los deseos —el mandato de "haz lo tuyo ahora"— es un intento latente de negar la historicidad y la causalidad de la sociedad humana. Así como el pasado puede ser dejado de lado —podemos aprender a liberarnos de rutinas y controles angustiosos—, muy poco puede ser propuesto para el futuro, ya que el futuro también es muy amplio y no está definido. . . Lo que queda, lo que es real, es la total auto-expresión y autenticidad aquí y ahora. La vida es una serie de apenas organizados 'happenings', donde la importancia reside en la inmediación, en la participación espontánea y en la informal expresividad de la respuesta".

Happening
"Happening" es un concepto creado por las corrientes de teatro de vanguardia inglesas y norteamericanas: significa la concepción del suceso, más exactamente de "lo que está sucediendo", como un hecho dramático, significativo en su misma presencia, en su inmediatez sensible, independientemente de todo lo que haya sucedido antes y lo que vaya a suceder y por lo tanto de todo plan o estrategia. Los hippies recogen este concepto del teatro de vanguardia por la punta opuesta: en vez del teatro como hecho vital, se trata de la vida como hecho teatral. Toda la revuelta hippie está impregnada de este concepto; si son distintos de los norteamericanos medios, la expresión de esta diferencia no será un programa opuesto, sino una diferenciación inmediata visible: se vestirán de un modo distinto, su cabello será distinto, distinto su modo de hablar; si se sienten pobres, si rechazan su origen en una clase acomodada, usarán ropas pobres, mendigarán, se mudarán a los barrios pobres, dramatizando su ruptura con el americano de clase media que estaban llamados a ser.

Paz y amor
Sería muy sencillo intentar una crítica del pacifismo de los hippies y de su elemental afirmación del amor. Se ha abundado en este tipo de crítica, fácilmente mordaz, torpemente autosuficiente. Quizás sea más importante tratar de comprender qué significa paz y amor en el código hippie.
En la sociedad de la violencia y la autorrepresión, paz es en primer lugar una afirmación de índole espiritual. Paz significa armonía con uno mismo, respeto hacia los otros, el intento de desarrollar una experiencia distinta en coexistencia con los otros. En cuanto al amor, "el amor del que se habla implica, mucho más que la eliminación de las barreras sexuales, la llamada permisividad sexual de la vida hippie. No es necesario decir que el amor, allí donde existe, no sólo no está reprimido sino que es libre y abiertamente celebrado. Pero en el alfabeto hippie representa algo más amplio y abarca más que el sexo. Es una afirmación compleja. Es como una creciente caja de resonancias. Primero es una liberación de los tabús represivos de la vida de clase media que rodean la experiencia sexual. Segundo, el amor representa la comunidad física y espiritual entre los hombres. Tercero, significa una ternura inclusiva y receptiva hacia los otros, un respeto sagrado por las relaciones personales, en un mundo donde las relaciones personales son frágiles y contingentes. Cuarto, está el amor que abarca a la totalidad de la humanidad, ingenuo y vulnerable en su simplicidad aparente, pero transformado en la filosofía hippie es una especie de poder silencioso. . . El Amor genera una clase de poder. Su emblema en el mundo es la flor. El amor es 'Flower power'. . . La flor lleva con ella múltiples asociaciones. Representa e! colorido, lo alegre, lo placentero. Representa lo natural, lo salvaje, lo primitivo. Representa lo pastoral, lo utópico, la Arcadia. Representa el reino de los sentidos contra el reino del intelecto. . . Pero también representa la ternura, la franqueza, la amabilidad y receptividad con que los hippies esperan confrontar y desenmascarar las estructuras de poder y autoridad de la sociedad civil. Cuando la policía —el enemigo inveterado de los hippies— te molesta, encuentra, dicen, un poco de amor hacia ella en tu corazón. El amor es el símbolo de una nueva especie de resistencia pasiva. Los hippies no quieren conquistar, sino trascender la confrontación, sofocar toda esta clase de poder con un motín de flores".(Stuart Hall. Los hippies, una contra-cultura) ¿Una utopía? Sí, una utopía. Pero los hippies creían seriamente en ella. Darle flores a la policía no constituía la expresión de un programa político —y en este sentido es una actitud radicalmente distinta de la de los viejos políticos, que bajo un palabrerío pacifista quieren justificar la violencia opresora y condenar la violencia de los oprimidos—, nada de eso hay en el hippie que regala una flor a la policía: es un acto dramático, una puesta en escena donde el hippie cuestiona a la sociedad autoritaria. Los propios acontecimientos de los Estados Unidos impedirán que este hecho "teatral" cristalizara en una ideología política reaccionaria.

Los barrios pobres
Los beatniks, en tanto "separados", desviados de la sociedad blanca de clase media, encontraron su punto de identificación con los negros. Pero los hippies encontraron a los negros en plena lucha contra el sistema. No sólo eso, sino que los negros estaban empeñados en su propia revuelta cultural, que incluía no sólo declarar la guerra al racismo blanco, sino también independizarse de la tutela de los blancos en el combate. Elijah-Muhammed representa la etapa más racista del Movimiento Negro —etapa que habría de madurar luego con Malcolm X y Elridge Cleaver, hacia una alianza política en igualdad de condiciones con los revolucionarios blancos— y los hippies representan una de las etapas menos políticas de la juventud rebelde blanca. También los hippies habrían de madurar en otro sentido, pero, por el momento, unos y otros están en cosas distintas. Hay una identificación, por lo demás curiosa, de los hippies con las tribus de indios norteamericanos. Los indios son una presencia relativamente remota en la vida social norteamericana. Sólo quedan unos pocos miles en las reservas indígenas. "Mientras quede un solo indio, toda Norteamérica le pertenece", dice un proverbio hippie, mostrando que antes que nada la reivindicación de los indios es para los hippies un emblema. "Sarapes, cascabeles, cuentas, bandas en la cabeza, mocasines, son los rasgos centrales del modo de vestir hippie. Las líneas de conexión entre la cultura india y la subcultura hippie son realmente muy complejas. Los indios americanos representan, por supuesto, un emblema de lo simple, una supervivencia primitiva en la tierra de la opulencia y la complejidad tecnológica. También representan cómo los extranjeros blancos explotaron a los pueblos nativos del continente americano. Los indios americanos son por lo tanto, uno entre los varios grupos de explotados y excluidos con que los hippies tienden a identificarse".(Stuart Hall) Otro de esos grupos son los pobres. No sólo en su vestimenta los hippies norteamericanos buscan un voto de simplicidad y de pobreza, sino que también incluyen dentro de sus hábitos la mendicidad: este acto, particularmente vapuleado por la gran prensa, tiene para ellos todo el valor de una provocativa declaración en contra de los prejuicios de su clase de origen. Por otra parte, en su huida de los barrios de clase media, en su búsqueda de sitios baratos para vivir y áreas de la ciudad donde los controles sociales se ejercen menos rígidamente, los hippies se mudan, a los barrios pobres. Aun abandonan los barrios tradicionalmente bohemios de Nueva York (Greenwich Village) para mudarse a los barrios pobres (East Village). Haight Ashbury, en San Francisco también tenía esas características. Pero muy pronto comenzaron a sucederse los choques con las minorías de portorriqueños, mexicanos, italonorteamericanos, eslavos que vivían hacinados en condiciones miserables. Para ellos, los hippies eran simplemente niños de mamá que estaban jugando a un juego incomprensible, que atraían a la policía y hacían subir los alquileres del barrio. Verdaderamente, el momento de esplendor de la utopía hippie fue muy breve: abarca desde el verano del 65 al verano del 66; o sea desde octubre del 65, Festival de Monterrey, hasta octubre del 66, el Love Summer de San Francisco; durante todo ese verano se sucedieron grandes reuniones al aire libre, con y sin música, que eran denominadas 'be-in', literalmente "estar en", reunirse para estar juntos. El primero de ellos, en el Golden Gate Park de San Francisco, reúne 28.000 personas.
Luego, desde octubre del 66 hasta octubre del 67, fue la desintegración: la hostilidad de los barrios pobres, la sutil combinación de represión policial y comercialización del "hippismo", la evolución de la situación política de los Estados Unidos fueron las razones fundamentales.


Violencia y comercialización
Mientras en julio de 1967 la policía encarcelaba a Timothy Leary y la Justicia lo condenaba a treinta años de prisión, y aumentaba en general la represión policial, un mecanismo más sutil y peligroso se ponía en marcha: aparecía, junto a la difusión del fenómeno por la gran prensa, una burguesía psicodélica dedicada a explotar tanto la curiosidad de la clase media por los hippies como las necesidades de estos. Desde tiendas de ropa elegante imitando el "estilo" hippie en Haight Ashbury hasta comerciantes organizadores de bailes y festivales psicodédicos. De entre los hippies surgió un pequeño y organizado grupo que resistió la comercialización: los diggers. Ellos intentan organizar las condiciones de subsistencia de los hippies en las ciudades sobre un modelo totalmente cooperativo y solidario. Con las contribuciones de algunos grupos de rock y de otras personas, instalan tiendas de ropa gratuita, preparan comidas gratuitas en los parques y llegan a instalar una clínica médica en Haight Ashbury. El balance de tres meses de actividades de los diggers (abril a julio de 1967) según el Berkeley Barb, es: "alojamiento para 3.500 personas, alimentación de 8.000, han conseguido empleo a 200 jóvenes. Además, los diggers sacan a los jóvenes de las comisarías cuando es posible pagar fianza y la Clínica ha atendido a 10.000 personas. Mientras tanto, la Guerra a la Pobreza del presidente Johnson sólo le ha dado a la gente burocracia para comer". Pronto se desata algo así como una pequeña guerra en los barrios hippies: los diggers aconsejan expropiar a los "tenderos con barbas" y los comerciantes psicodélicos detestan a los diggers porque "les arruinan el mercado". Los intentos conscientes por articular una contracultura, a la vez comunalista e individualista (haz lo tuyo, ahora, y gratis, dicen los diggers) no se detienen aquí: están también los periódicos underground, las comunidades urbanas y rurales, y otros atisbos de lo que podrá ser el futuro; pero sin embargo el vocablo "hippie" es ya propiedad de la gran prensa y de la maquinaria del consumo; los turistas empiezan a llegar a "ver a los hippies"; algunos aceptan el triste papel de "showmen" psicodélicos, muchos retornan a todo lo que habían dejado, 'hippie' ya no significa nada o, más exactamente, significa lo contrario de aquello que había buscado ser.

Entierro del hippie
El 6 de octubre de 1967 un féretro simbólico es paseado por las calles del Haight-Ashbury: el féretro lleva los antiguos símbolos, flores, collares de cuentas.
Ronald Thelin lee un discurso: "Los medios informativos arrojaron sus redes y el hippismo se transformó en una situación para quienes buscaban una identidad. Nuestras caras en la TV, nuestras modas inmortalizadas sin alma alguna. La NBC dice que existimos, ergo, somos. Las fronteras del mundo hippie deben desaparecer, y serán sustituidas por un deseo de libertad que va más allá de Haight Ashbury".

Síntesis
Otra vez, el sitio de la síntesis le corresponde a Norman Mailer:
"Los hippies cimentaron su templo en esa encrucijada donde el LSD se encuentra con las pulsaciones de una guitarra eléctrica a todo volumen, en el oído, en el plexo solar, en el vientre, en los lomos. Una unidad tribal atravesó la juventud de los Estados Unidos (y de la mitad de las naciones del mundo), una exaltada visión de fiestas orgiásticas, desprovistas de violencia, y hasta de la diferenciación entre los sexos. En el hervidero oceánico de una fiesta no violenta y tribal las drogas, pezones, brazos, falos, bocas, úteros, sobacos, vello púbico, ombligos, senos y mejillas, incienso oloroso, florecimiento y evasión, se estremecieron y se entrechocaron en el Camino de la Liberación y el Descubrimiento, y los niños drogados vieron el Walhala y el Taj Mahal. Algunos se evadieron para siempre, algunos salieron aullando por los callejones de la locura, donde las cucarachas circulan como Volkswagens sobre la tela encerada de la luna, los glotones encontraron el vértigo en los giros centrífugos de la conciencia, vomitorios de la ingestión; otros encontraron el amor, alguna manifestación del amor en la luz, en los élitros del Nirvana, Chispas de Satori y volvieron, regresaron al mundo.tribu del siglo XX, vistiendo los cascabeles del gozo y ropajes mugrientos. Los hígados gastados daban a su piel un color pálido enfermizo y el cabello crecía en sus rostros como maleza. Sin embargo, habían tenido una visión incontestable del bien, para ellos el Universo no era absurdo; como peregrinos miraban a la sociedad con ojos de niños: la sociedad era absurda. Todos los reyes que desfilaban ante sus ojos estaban desnudos. Y ofrecieron flores a los policías. No podía durar; los barrios miserables donde eligieron vivir —porque en su mayoría eran refugiados de los barrios de la clase media— se incomodaron con ellos, contra su roña, su cohabitación espontánea y casual, su altruismo. El altruismo es siempre el mayor de los insultos para el ghetto, porque el altruismo para los pobres es un lujo, identifica al genuflexo, al indiferenciado, al inepto, al descastado, al que se está hundiendo —un pobre no es nada sin las bravías espinas de su ego. Por lo tanto los hippies chocaron en los barrios pobres, y fueron apaleados y robados, se les chupó la sangre, se los azotó, se los enterró, se los echó a la cárcel; esporádicamente algunos fueron asesinados; otros triunfaron, porque a veces se daban conexiones con las patotas y pandillas, con los Panteras Negras, con los portorriqueños de la Costa Este y con los mejicanos en el Oeste. Llegó el punto en el cual, como la mayoría de las tribus, se dividieron. Algunos, entre los más débiles, entre los menos comprometidos, regresaron a los suburbios de la clase media y entraron en el comercio o en las comunicaciones. Otros buscaron lugares más plácidos, donde el sol era amable y abundaban las flores; otros se endurecieron y, como todo peregrino que tiene su visión de la tierra prometida, comenzaron a aprender a construirla, a luchar por ella. Así fue como los yippies nacieron de los hippies, prosecutores de la percepción visionaria, luchadores empedernidos, desertores de las aulas universitarias, músicos de la más triste música del Sur."

Comunidades, panteras blancas y yippies
Comunidades rurales
"Cuando escribí las siguientes páginas vivía solo en el bosque, a una milla de todo vecindario, en una casa construida por mí mismo a orillas del estanque de Walden, en Concord, y subsistía gracias a la labor de mis manos. He vivido allí dos años y dos meses. El texto pertenece a Henry David Thoreau (1817-1862), considerado por parte de la nueva generación norteamericana y en particular por los hippies como el mayor escritor, poeta y filósofo de los Estados Unidos. Ya en el siglo XIX, en trance de convertirse Norteamérica en el país más industrializado del mundo, la actitud de Thoreau escondía algo sorprendente. Simplemente rechazaba toda la civilización y —filosófica y prácticamente— volvía hacia una forma de vida primitiva. De los 350.000 hippies que había en 1966 en Estados Unidos, aproximadamente 70.000 optan por seguir el camino de Thoreau. Instalarán comunidades basadas en el cultivo de la tierra y la realización de artesanías, comunidades que intentan articular la más absoluta anarquía con la subsistencia colectiva.
Michel Lancelot, periodista francés que todo a lo largo de su libro sobre los hippies tiene una actitud despectiva y socarrona hacia ellos, sólo muestra cierto respeto al relatar su visita a la Comunidad Rosa de Arena, en California, "Estos hippies han reencontrado una forma de espiritualidad social muy codiciada antaño y que ya no existe. . . Me sería difícil transmitir ese entendimiento de medias palabras, esas miradas que sólo pueden cruzar los miembros de un clan. Pero lo he sentido profundamente, consciente de que se me escapaba algo del proceso. . . Cada uno trabajaba cuando quería, y sin embargo se las arreglaban muy bien."
Lo que Lancelot no puede comprender es que el trabajo no necesita de compulsión y que exista una pequeña sociedad donde el poder no es el fundamento de la vida. Puede decirse —y será cierto— que las comunidades representan una forma parcial, fragmentaria, de respuesta a la situación de los Estados Unidos; que es imposible la transformación de una estructura social a través de la creación de comunidades. Pero, desde el punto de vista de los que participan en ellas, significa el logro de una nueva vida; se han salido al fin de la estructura que los agobiaba, y encarnan la utopía de nuevas y armoniosas relaciones de uno con uno mismo, de uno con los otros y con la naturaleza. Y desde el punto de vista de la sociedad global —más exactamente, desde el punto de vista de su transformación radical— las comunidades "encarnan" una meta, demuestran que es posible un nuevo modo de vida; lo que la impide no es la "maldad congénita" del hombre en general, sino un sistema determinado.

El YIP
El YIP (Partido Internacional de la Juventud) surge en diciembre de 1967, a resultas de la participación de millares de jóvenes hippies en la Marcha sobre el Pentágono. Jerry Rubin fue, junto a David Dellinger, el organizador de la Marcha. La idea original de la Marcha era protestar ante el Congreso: Rubin transforma esa idea en "un intento, simbólico y real al mismo tiempo, de obstaculizar y detener el funcionamiento del Pentágono"; la manifestación reúne medio millón de personas. En la elección del símbolo adecuado; en la combinación de "teatro" y combate; en estos pocos términos queda ya definido todo el estilo yippie.
Jerry Rubin tenía ya una abultada foja de servicios. En 1964 había formado parte del grupo de 84 estudiantes norteamericanos que visitan Cuba. Después recordará: "Nosotros ya nos veíamos luchando con el Che en algún sitio de América Latina. Pero él nos dijo: 'Ustedes tienen mucho que hacer. Viven en el vientre de la Bestia, en el corazón de la Zona de Combate'." Después, Rubin había estado en la Organización del Día de Vietnam en Berkeley (la primera protesta de masas contra la guerra); organizó el bloqueo de los trenes de transporte
de tropas, el bloqueo de la Estación Militar de Oakland, etc. Mailer describe a Rubin así: "Rubin gozaba de un enorme prestigio entre los grupos juveniles y los de Menos de Treinta Años; era el dirigente de orientación hippie más militante, impredecible, creador y por lo tanto peligroso de la Nueva Izquierda". Rubin explica así la fundación del YlP: "YIP significa Partido Internacional de la Juventud. Pero aún más que eso yippie suena bien, y es el ruido de una manifestación callejera. Los mitos de Amerika (Los yippies llaman "Amerika" a los Estados Unidos, como una asociación con el nazismo alemán; también la llaman "Amerikkka" por el Ku-Klux-Klan.) han muerto. La juventud amerikana debe crear sus propios mitos. Un hombre nuevo acababa de nacer. El hombre que fuma haschich mientras hace el Sitio del Pentágono. Pero aún no había mito para él, ni para el joven de catorce años que toma ácido, deja crecer sus cabellos y deserta de su familia y de su escuela. No había imagen alguna para representar a todos estos artistas que escapaban de la prisión de la clase media americana e iban a crear y vivir en la calle. El marxista super-fumado, el bolchevique psicodélico. El no se siente en su lugar entre los militantes estudiantiles, no es un hippie florido ni un estudiante izquierdista. Es un cruce de uno y otro, y es totalmente distinto tanto de uno como de otro.
El credo de los yippies es que no puede haber revolución social sin revolución en los espíritus, y que no puede haber revolución en los espíritus sin revolución social".

La revolución como teatro
El yippie hereda del hippie el sentido de lo inmediato, de lo teatral. En este aspecto revoluciona completamente los modos de agitación tradicionales; más exactamente, tiene una conciencia muy precisa de la presencia de los medios audiovisuales, de la claridad y la inmediatez con que un mensaje debe ser transmitido a través de ellos para que su resultado sea efectivo. Abbie Hoffman dice: "Desconfío de un mensaje revolucionario que no pueda ser pasado a historieta, que no tenga la fuerza y la emoción de una pieza de rock". Un ejemplo del sentido teatral de los yippies lo dan sus manifestaciones de "apoyo" al enemigo. A principios de 1968 concurren a un mitin en apoyo de Wallace. Llevan enormes carteles que dicen: "Bombardear ya el Vietnam con la atómica"; "Córtenles el pelo"; "Manden a los negros a África". A la entrada de Wallace, los yippies se levantan como un solo hombre, al grito de "SIEG HEIL; HEIL HITLER". Agitan la bandera norteamericana y hacen el saludo nazi, sumiendo a todo el mitin en una gran confusión. En el mismo estilo fue planeado el Sitio de Chicago de 1968. Los yippies, con la presencia de Allen Ginsberg y en número de 20.000, transformaron la Convención Demócrata en un desastre. Bloquearon la llegada de los Convencionales al salón y protagonizaron durante diez días las primeras grandes confrontaciones de los jóvenes blancos con la policía. En 1968, el Partido Paz y Libertad presenta a Elridge Cleaver como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos; Cleaver elige a Jerry Rubin como candidato a la vicepresidencia. El Partido Paz y Libertad, formado por liberales blancos, se escandaliza completamente. Objetan a Rubin por drogadicto y por haber boicoteado la Convención Demócrata de Chicago. Cleaver responde: "Yo también fumo marihuana, yo también hubiera boicoteado la Convención". Yippies y Panteras se reúnen en Berkeley y firman un pacto conjunto. Su símbolo: una ametralladora cruzada con una pipa de fumar haschich. Poco después, Cleaver es deportado. Elige a Argelia en el camino del exilio. Allí recibirá un inesperado visitante.

Las panteras blancas
La situación política norteamericana había dado un brusco giro: todos los disturbios estudiantiles fueron tomando un cariz violento; en 1967 son asesinados Martin Luther King y Robert Kennedy; durante 1968, de los 2000 campus Universitarios 200 tienen graves disturbios; una reunión hippie en Haight Asbury es gaseada con MACE, (Gas lacrimógeno que quita la visión durante varias horas. Puede causar daños permanentes a la vista) la irrupción de la policía arrasa con las comunidades urbanas; del 15 al 30 de mayo del 69, en el curso de una huelga en Berkeley, hay 70 heridos y un estudiante muerto por la policía; un mes después surgen los Weathermen (Panteras Blancas). Weatherman significa meteorólogo. El nombre proviene de una canción de Bob Dylan titulada "El hogar del hombre subterráneo", y dice: "Ten cuidado con lo que haces chico. / Camina en puntas de pie. . . / No llames la atención, / ponte lejos de aquellos / que apuntan con mangueras contra incendio. / Cuídate la nariz. / Vigila a los canas de civil. / No necesitas ser un meteorólogo / para saber de dónde sopla el viento."

Los Weathermen saben de dónde sopla el viento. Declaran formalmente la guerra armada al sistema, y sus acciones no se han de esperar. El 8 de octubre del 69, 300 weathermen con cascos y caños de plomo intentan la destrucción del Loop, el barrio rico de Chicago; al día siguiente el ataque es reanudado por las weatherwomen, armadas de igual modo. Durante 1970 asaltan un banco en Boston, saquean armerías en Los Angeles, destruyen un edificio de Investigaciones secretas del Ejército en la Universidad de Winscosin; inauguran 1971 volando una comisaría en Nueva York. Entre todos estos hechos, hay uno que, si bien es de menor envergadura, tiene un alto valor simbólico: el 15 de septiembre de 1970 un comando de gente weather libera a Tímothy Leary de la cárcel de San Luis Obispo; Leary estaba preso por posesión ilegal de marihuana y la fianza le había sido denegada porque "sus escritos constituyen una amenaza para la sociedad". Leary huye a Argelia, donde es recibido por Cleaver. Envía una carta a los periódicos donde incita a la lucha armada.

Hazlo
No cabe duda de que Rubin hereda muchas cosas del hippie. No es la menos importante la concepción de que no hay que decirle a la gente qué hacer, sino incitarla a la acción, poner en juego la capacidad creativa individual. Cuando un yippie dice un discurso y alguien le pregunta: "¿Pero qué podemos hacer acerca de eso?" el yippie responde: "Hazlo". Tal es el título del primer libro de Rubin y recuerda el lema de los digger: "Haz lo tuyo, ahora y gratis". Rubin también comparte con ellos —indudablemente sus predecesores— el odio a los comerciantes psicodélicos, y aun al dinero en general. Su segundo libro "Estamos en todas partes" sintetiza la situación y los proyectos del YIP: "Precisamos centros coordinadores nacionales; debemos ayudar a crear instituciones económicas comunistas nacionales; emprender un ataque coordinado contra el capitalismo psicodélico como la película "Woodstock"; preparar manifestaciones nacionales y asambleas tribales; comunicarnos directamente por teléfono y por carta con los millones de chicos todavía presos en sus hogares, escuelas, cárceles y manicomios; publicar un periódico underground de alcance nacional. Nuestra organización debe basarse en comunas y congregaciones.
Es de esperar que YIP, pacifistas, Panteras Negras y gente Weather trabajen juntos. En una
revolución no debe haber conflicto entre la no-violencia militante y la lucha armada; la más efectiva se evidenciará como la moral y políticamente acertada. Los revolucionarios violentos tendrán éxito sólo si son peces en un mar. Esto guiará la elección de sus tácticas, lo cual debería hacerlos moralmente aceptables para los pacifistas. . .
No mires atrás. Están tratando de saquear nuestra cultura. Fuman nuestra yerba, visten nuestras ropas y hablan como nosotros. Nos están vendiendo nuestra cultura. Están tratando de sacarle a nuestra cultura el estímulo revolucionario para convertirlo en un estilo. Rehúsan admitir la verdad. Nuestra cultura es afirmación de la Vida y negación de la cultura de la Muerte. No podemos ser comprados. Queremos demasiado. No buscamos libertades civiles para los excéntricos (Excéntrico (freak): Nombre que los yippies se dan a sí mismos.) queremos una Revolución que libere a todo el mundo. No queremos capitalistas pelilargos o policías con melena. Un capitalista es un capitalista, un puerco es un puerco, no importa cuan largo use el cabello."

Síntesis
En un agudo texto escrito hacia diciembre del 67, Stuart Hall, estudiando la dialéctica del movimiento beatniks-nueva izquierda-hippies, previo la aparición de los yippies y ofrece una interpretación de conjunto de todo el proceso:
"Lo que nos recuerda la existencia de los beatniks y los hippies es que el crecimiento de este underground generacional en los Estados Unidos ha estado trabajando sin cesar una dialéctica. . . esta dialéctica puede ser vista ahora como un movimiento entre dos polos —dos 'momentos'— en la materialización de un proyecto revolucionario. Estos polos pueden ser definidos aproximadamente como el expresivo y el activista. Los hippies, como los beats antes que ellos, son prototipos de lo que se llama "un movimiento social expresivo". Su aparición en 1966-1967 marcó la ascendencia de lo expresivo sobre lo activista en la dialéctica de la revuelta generacional. No hay separación rígida entre estos dos momentos; en realidad forman parte y son manifestaciones alternativas de un estado de ánimo, crítica, estilo y forma comunes de la actividad revolucionaria. No obstante, alrededor de cada 'polo' se pueden agrupar diferentes conjuntos de ideas, sentimientos y conceptos. Lo expresivo acentúa lo personal, psíquico, subjetivo, cultural, privado, estético o bohemio-elementos en el espectro de las emociones y actitudes políticas. El polo 'activista', en cambio, acentúa lo político, lo social, lo colectivo, el comprometerse en !a organización, la finalidad pública del espectro. El momento expresivo da énfasis al desarrollo de un estilo revolucionario; el momento activista al desarrollo de una estrategia revolucionaria. El expresivo facilita a menudo el lenguaje a través del que se extrae el combustible subterráneo, anárquico, psíquico, de la rebelión... El activista facilita la energía social, modeladora, organizadora, conductora. Cada fase atrae a un sector diferente de la juventud; cada fase tiene su propio acento. Con todo, cada momento, en la medida que supera al previo, acarrea elementos del pasado. Así el SNCC, SDS y otros jóvenes de las marchas por la libertad, que intentan combatir a la sociedad allí donde los beats se retiraron, tienen sin embargo mucho de los beats en ellos —incluyendo algunos beatniks (hombres como Ginsberg tienen una forma de reaparecer en cada fase): tienen el aspecto, hablan, se visten y mueven más como beatniks que como cualquier otro estilo político reconocido; sus reuniones tienen la libertad de forma de aquellas charlas descoyuntadas que aparecen en la novela "En camino" de Kerouac y su lenguaje político lleva la marca indeleble de los ritmos y las imágenes con que Aullido anunció, antes, la Apocalipsis. Del mismo modo, cuando los hippies se retiran a la Costa Occidental y otros enclaves, o desaparecen temporalmente en los ambientes del acid-rock, o en la vida-sueño del LSD, llevan consigo a este páramo de la mente, metafóricamente, las cicatrices y marcas de un centenar de sit-ins, manifestaciones y confrontaciones. Los hippies son viajeros, exploradores, aventureros del alma subterránea de las cavernas interiores, de la sub-vida inconsciente del momento revolucionario. . . Su papel permanece contradictorio y paradójico... En su forma actual, pues, están condenados a desaparecer. Tanto como dure la trayectoria dialéctica del movimiento, estos dos polos, el expresivo y el activista, continuarán apareciendo y desapareciendo, absorbiendo y haciendo manifiestas aquellas cosas incompletamente definidas en un momento dentro del siguiente". 
La aparición de los yippies completa y ratifica este análisis. Son el nuevo polo activista, militantes revolucionarios que, sin embargo, tienen más del modo de hablar y de actuar y de vestirse de los hippies que de ningún otro estilo.

al margen
__________________Dos viajes

Dos viajes
Las letras de las canciones de los Beatles suelen hacer referencia a los "viajes" con drogas. De las dos que siguen, cada una de ellas marca uno de ¡as características que se les atribuyen: desarrollo imaginativo y aventura interior.
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Imagínate en una barca en el río
con árboles de mandarinas y
cielos de mermelada.
Alguien te llama, respondes
lentamente
a una chica con ojos de
caleidoscopio,
flores de celofán amarillas y
verdes
descollando por encima de tu
cabeza.
Buscas a la chica con el sol en
los ojos
y ha desaparecido.
Lucy en el cielo con diamantes,
síguela hasta un puente junto
a una fuente
donde gente en caballitos come
empanadas de malvavisco.
Todo el mundo sonríe cuando
pasas mecido
por la corriente
dejando atrás las flores
que crecen tan increíblemente
altas
/fragmento

Mañana nunca se sabe
Cierra tu cerebro, relájate y flota
corriente abajo.
No es morir, no es morir.
Deja todo pensamiento,
entrégate al vacío
resplandece, resplandece,
para que puedas ver el significado
interior
/fragmento
__________________Dos viajes

BIBLIOGRAFÍA
Los hippies. Michel Lancelot. Emecé 1968. 
Campus. Michel Lancelot. Emecé 1972. 
Los hippies: Una contra-cultura. Stuart Hall.
Anagrama 1970. Los hippies: Expresión de una crisis. Margaret Randall. Siglo XXI Ed. 1968. 
Do it. Jerry Rubin. Ed. Du Seuil 1969. (No hay versión castellana). 
En camino. Jack Kerouac. Losada 1958. 
Los vagabundos del Dharma. Jack Kerouac. Losada, 1960. 
Los ejércitos de la noche. Norman Mailer. Tiempo Contemporáneo. 1970. 
Miami y el sitio de Chicago. Norman Mailer. Tiempo Contemporáneo. 1970. 
Cartas del Yage. Ginsberg - Burroughs. Signos. 1971. 
Alma encadenada. Elridge Cleaver. Siglo XXI Ed. 1969. 
La música beat. Varios. Tiempo Contemporáneo. 1970. 
Experiencia y alienación en la sociedad contemporánea. R. D. Laing. Paidós 1971. 
Estados Unidos: Movimiento obrero y campesino. Daniel Guerin. Centro Editor de América Latina. 1971.

pie de fotos
1- Timothy Leary, difusor del LSD en los Estados Unidos
2- Jóvenes hippies se dirigen al festival pop de Monterrey
3- La vida en comunidad distinguió a los Yippies
4- Los 'viajes', acompañados de efectos luminosos especiales fueron un hábito constanteentre los distintos grupos hippies

pie de imágenes
1- La unión del rock'nroll y la electrificación musical dio un sello distintivo al Festival de Monterrey en 1965 en la foto, Janis Joplin, una de las principales figuras de este suceso. Murió en 1970 a causa del exceso de barbitúricos.
2- La publicidad fue un importante resorte en el éxito de los Beatles.
3- Una joven participante de una manifestación pacifista es retirada del lugar por la policía.
4- Stuart Hall interpreta al movimiento hippie con una forma de negar el condicionamiento de la sociedad.
5- el "flower power" visto por el caricaturista Eh.

pie de fotos
1- Las negaciones de los hippies a la sociedad de consumo no duraron mucho. Pocos meses después de aparecidos, comenzaron a ser modelos para nuevas mercancías, y se convirtieron en un buen mercado para otros productos.
2- Jerry Rubin, líder de los Yippies. El grupo yippie obstaculizaba las convenciones políticas de los partidos tradicionales, y se enrolaban en las filas de la Nueva Izquierda.
3- Manifestación hippie frente al Pentágono. Contó con varios miles de asistentes y fue dirigida por Rubin.
4- Emblema distintivo de los yippies: una pipa de fumar haschich y una ametralladora.

Pie de imágenes
-Arresto de un manifestante hippie
-Otra vista de la Marcha sobre el Pentágono
-Los Yippies denominan "Amerika" los Estados Unidos como una asociación al nazismo alemán
-Los helicópteros arrojan bombas de gas sobre la Universidad de Berkeley

Pie de fotos
1- El sistema Yippie propone un retorno a la vida natural, en comunidades rurales
2- Durante una concentración en Central Park, los yippies sueltan gran cantidad de cerdos a los que llaman "el Presidente".
3- Los yippies no pierden la fe en la victoria final
4- Una manifestación yippie de apoyo al partido de Panteras Negras de Nueva York

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