Consultado acerca de la forma en que
encararía la investigación para determinar el paradero del Che Guevara, Julio Oderigo,
investigador privado, comenzó señalando que, "en los casos de paradero de personas
comunes lo usual es determinar en forma exhaustiva los motivos de su alejamiento de los
lugares que frecuentaba, determinando a la vez si esa desaparición se produjo en forma
voluntaria o si se debió a alguna misión encomendada por alguien. Trataría de precisar
todos los pormenores posibles, cuya presentación estaría a cargo de la persona que
recurre al investigador.
"En el caso de un hombre político como el "Che" Guevara, esta iniciación,
por obvias razones, sería bastante difícil, tanto para el acceso a las fuentes de
información cuanto para una clara definición de las motivaciones de su desaparición.
"En este caso, lo primero sería reunir la mayor cantidad posible de fotografías,
algunas de ellas de cuerpo entero. Con ellas y la colaboración de un dibujante experto se
trataría de lograr la visión más amplia y concreta de las distintas deformaciones
morfológicas que puede sufrir un individuo. Acompañaría a esta galería de tipos una
filiación exacta y exhaustiva: estatura, edad, peso, forma del cuerpo, ojos y orejas,
cutis, modo de caminar, vestir y conducirse. Debe señalarse que todas las personas
presentan particularidades perfectamente identificables que facilitan su reconocimiento
por parte de los pesquisantes.
"Subsiguientemente, debería ubicarse los familiares, amigos, ex amigos, y
partidarios que hubieran tenido alguna vez relación con él, adelantando así la
posibilidad de que el buscado, en algún momento, intentara reanudar anteriores contactos.
"Establecida y en función una red de informantes, cuya amplitud se justificarái por
la importancia excepcional del caso, debería mantenerse una constante vigilancia sobre
los más íntimos rumores. La idea de que el "Che" Guevara ha sido visto
comiendo en uno de los carritos de la Costanera, de Buenos Aires, o en el bar de un Hilton
en Caracas no debe ser despreciada y debe motivar un cuidadoso y exhaustivo chequeo. Si
fuera cierto que estuvo allí, no volverá, sin duda. Pero puede haber quedado la
descripción muy exacta de uno o varios de sus acompañantes, de algún tipo de
automóvil, quizá un número de matrícula, quizá la mención de algún lugar, cuya
investigación sería el próximo paso.
"Un cedazo de mallas muy estrechas debería filtrar toda esta información, gran
parte de la cual será irrelevante pero que, a la vez podría dar algún indicio, no menos
importante por débil que fuera.
"Siguiendo esos mínimos rastros puede aparecer en cualquier instante el documento
revelador o la certificación de una presencia hasta ahora inasible".
Rafael Santos, Corredor. Afeitado y con el pelo teñido de
blanco. Puede ser un corredor de seguros independiente en la ciudad de Buenos Aires. No
necesita para ello documentación especial que lo acredite como tal.
Rodolfo Parera, Licenciado. Un cable de México afirma que bajo
este rostro actuó un licenciado en biología que aparentaba ser acérrimo defensor de los
Estados Unidos. Hace semanas que desapareció
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Los cubanos lo llamaron "Che" por su origen argentino.
La última vez que se lo vio fue el 14 de marzo de 1965, al regresar de una gira política
por detrás de la Cortina. Después, silencio.
Gabriel Montes, Veterinario. Un hombre de estas características
fue visto - de acuerdo con algunas declaraciones - actuando como veterinario (Guevara es
médico), en los campos de la provincia de Chubut
Doctor Alvarez, Médico. Así se dice que cruzó varias veces la
frontera con Bolivia, bajo el nombre de "Dr. Alvarez". Fue antes de las
guerrillas. Cuando éstas comenzaron no apareció más.
Guillermo Cortez Mora, "El Profesor". Semicalvo, con
pelo teñido, anteojos y bigotes finos. Alguien así, con acento centroamericano, es
conocido como "El Profesor" en San Pablo, Brasil
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