Desmanes
Imitadores de Robin Hood en una villa miseria
¿Son comunistas
?
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Los asaltantes sorprendieron a las cinco de la mañana del jueves 24 de mayo a los habitantes de la villa y repartieron toneladas de verduras, mientras gritaban: "¡Sírvanse todo lo que quieran; regala el Estado!" De esta forma lograron que se escribiera una de las crónicas policiales más insólitas de los últimos tiempos.
Luego de tomar por asalto el camión, los asaltantes se dirigieron por Rivadavia hacia el Oeste hasta llegar a una villa miseria ubicada en Lugano. Allí los esperaba un cómplice quien les indicó el camino montado en una bicicleta, pero con tan poca fortuna que los introdujo en una calle cortada. El camión se detuvo en Pola, frente a varias casillas que, ubicadas en Unanué, le cerraban definitivamente el paso.
Los asaltantes (cuya nerviosidad les hizo derribar con el camión un poste de electricidad) salieron del vehículo y golpearon a las puertas de las endebles viviendas para anunciar que "el gobierno" traía alimentos para distribuir gratuitamente. Inmediatamente se produjo un alboroto. Los vecinos se arremolinaron en torno del semirremolque disputándose cajones de tomates, bolsas de papas, batatas y toda clase de verduras, mientras dos cámaras fotográficas llevadas ex profeso disparaban sus flashes en la oscuridad. Minutos después, los autores del extraño robo dejaron el lugar, abandonando el camión repleto de mercancías por valor de 300.000 pesos (y a su conductor maniatado dentro de la cabina). A uno de los vecinos se le ocurrió mirar en su interior, lo descubrió, y luego de liberarlo, lo acompañó hasta la comisaría más próxima para hacer la denuncia.
PRIMERA PLANA entrevistó al dueño de un modesto almacén ubicado frente al lugar del hecho, quien presenció las alternativas. José Ybarra (37 años, ferviente simpatizante de Boca) afirmó que esa noche fue despertado por los gritos del vecindario y la presencia de un amigo que le dijo imprevistamente: "Aproveché, que regala el gobierno". El espectáculo era sorprendente: "Tiraban algunos paquetes al aire —dice Ybarra— y cuando se levantaban las manos para alcanzarlos sacaban una foto. Las mujeres se peleaban por los cajones. Yo estoy instalado aquí desde hace ocho años y hace once que vivo en el lugar, pero es la primera vez que veo una cosa así."
Intervino en el suceso la seccional 48* de la Policía Federal. En la comisaría carecen de datos precisos sobre los posibles autores del golpe, aunque el subcomisario Marsiglione parece convencido de que se trata de comunistas, y que "no son de la zona los asaltantes, por su forma de actuar". Conectó el hecho con la aparición de paredes pintadas con leyendas alusivas a esa ideología. Los antecedentes del proceso han pasado a Coordinación Federal y de allí a la SIDE, pero hasta el momento los resultados de la investigación no han llegado a mayores.
Sin embargo, numerosos son los detenidos que diariamente son trasladados a la seccional 48ª para averiguar datos y tomar declaraciones. En Coordinación Federal se informó al cronista de PRIMERA PLANA que "todo hace presumir un golpe de corte netamente comunista". De quedar confirmada esta presunción, todo indica que la maniobra respondería a un plan perfectamente elaborado. La "teoría del plan", en ese caso, encuentra algunos antecedentes de cierto valor.
• En enero último, cinco sujetos penetraron esgrimiendo armas de fuego en las oficinas ubicadas en Corrientes 617, desde las cuales se controla un letrero luminoso para exhibición de leyendas informativas y de publicidad de una agencia, instalado en la esquina noroeste de Florida y Corrientes. Una vez allí, los hasta ahora desconocidos maniataron y amordazaron a los empleados y luego transmitieron por el letrero la siguiente frase: "Basta de hambre y de presos políticos. Federación Juvenil Comunista." Más tarde huyeron.
• El mismo día (8 de enero) un grupo de individuos colgó de dos de los faroles de la fachada del edificio central de "La Prensa", sobre avenida de Mayo, carteles con leyendas alusivas al aniversario del partido Comunista.
• Un mes después, quince individuos penetraron en los estudios del Canal 9 de televisión e intentaron efectuar una transmisión, pero no lograron concretar sus propósitos debido a que el personal de la estación interrumpió desde los controles la que se estaba difundiendo. Auxiliados por otros empleados, los técnicos del control obligaron a los perturbadores a abandonar el edificio, luego de producirse escenas de pugilato. La policía secuestró posteriormente en el lugar varios volantes y un cartelón de un metro y medio de largo con la siguiente leyenda: "Libertad a los presos gremiales, políticos y Conintes". firmado por un "Comando Unitario Obrero y Popular", que autores del golpe pretendían exhibir en la transmisión.
• El personal de la comisaría 48ª, por su parte, presume que los autores del asalto al camión del Minimax serían los mismos que hace unos meses dirigieron la toma de posesión en forma violenta, por parte de quinientas familias, de una villa miseria, del barrio municipal Almirante Brown.
De confirmarse la "teoría del plan", el golpe de Lugano habría sido dado en un lugar muy bien elegido, dadas las características de la zona. Conviene consignar la sugestiva leyenda escrita en una pared de la villa miseria, que dice textualmente: "Basta de hambre. Salvemos a nuestros hijos. Tomemos los alimentos." En un largo paredón se lee una frase alusiva al pueblo paraguayo y al partido Comunista. (En esa villa la cantidad de paraguayos —y ahora también de bolivianos— es bastante grande.) La situación general de la villa, por lo demás, parece haber sido creada a propósito para facilitar la propaganda comunista, como más adelante se verá.
La villa miseria de Lugano fue recorrida en diversas oportunidades no sólo por representantes del partido Comunista sino también por otros dirigentes políticos. Hace unos meses estuvo allí una delegación que propiciaba la candidatura a presidente de Pedro Eugenio Aramburu; la delegación —según versiones recogidas— mostraba intenciones de establecer un comité. Anteriormente, también visitó la zona el entonces diputado nacional Francisco Rabanal, de la UCRP. En distintas ocasiones lo hicieron representantes de Emaús y empleadas de la Dirección Nacional de Asistencia Social. Junto a una gran cancha de fútbol —no muy cuidada— se encuentra un deteriorado chalet que perteneció en una época a la Sociedad de Beneficencia. Ahora ostenta un cartel que dice: "Centro Comunal Villa Lugano. Ministerio de Acción Social y Salud Pública", y se lo utiliza como vestuario para los encuentros entre paraguayos, bolivianos y argentinos (un verdadero torneo internacional) que frecuentemente se llevan a cabo. Cerca de allí se levanta una modestísima capilla de madera.
Existe también en las inmediaciones la Asociación de Fomento "Unión Vecinal de Lugano", fundada en abril de 1942. Su presidente fue sorprendido por PRIMERA PLANA mientras pintaba su casa particular. Alfredo Penna (62 años, simpatizante de Independiente) confiesa haber jugado en la primera división de Atlanta en 1919, en la vieja cancha de Parque Chacabuco. Cuando se le inquirió sobre lo ocurrido con la aparición del semirremolque cargado de verdura dijo conocer todo lo que sucedió por referencias de vecinos. "La culpa de que exista esta villa miseria no la tienen sus habitantes, sino el gobierno. Hay una ordenanza municipal que prohíbe hacer casas de madera, ni siquiera una pieza, en este radio. Pero esta ordenanza sólo se cumplió entre 1955 y 1958. Cuando alguien venía con pretensiones de levantar un ranchito, llamábamos en seguida a la comisaría y la policía, al no obtener documentos de propiedad del terreno elegido, emplazaba al ocupante a abandonarlo en pocas horas."
Según Penna, la villa fue censada en 1955 y habitaban en la misma 6.500 personas. "Ahora hay cerca de 15.000, y ni la policía ni la municipalidad se preocuparon más por esta situación." El presidente de la Asociación de Fomento (hace 25 años que vive allí y 20 que dirige la entidad) dijo que "algunos funcionarios del Banco Hipotecario Nacional hicieron sus buenos negocitos con la villa". Acusó a los mismos de compartir las "transferencias" de las casillas con sus moradores. "El banco otorgaba a los que vivían en la villa una casa de material en el barrio Rivadavia (Curapaligüe y Cobo) y luego de verificar fehacientemente que el ranchito había sido destruido. Entonces colocaba en manos de su propietario los documentos que le facilitaban el traslado y la ocupación de su nueva vivienda. Pero como algunos se negaban a dejar la casilla, pretendiendo antes transferirla, los empleados del banco dividían esa cifra con ellos (algunas transferencias se cotizaron en 8.000 pesos) y luego documentaban falsamente su desaparición. De esta forma los ranchitos quedaron en pie y se fueron multiplicando ante la pasividad de las autoridades." Penna explicó también que en esa zona faltan transportes. "Los colectivos pasan a unas ocho cuadras. Pedimos que la línea 76 de ómnibus (antes de tranvías) fuera prolongada hasta Chilabert y Larrazábal. La empresa que la explota dio su aval, pero la Secretaría del Transporte no se decide nunca." Existen también numerosas calles sin agua corriente y sin pavimentar. "Desde 1942 venimos bregando por la pavimentación de once cuadras, cuya ordenanza y resolución municipal han sido debidamente aprobadas, pero no tenemos éxito." La Asociación de Fomento tuvo su origen en el infructuoso pedido que hicieran los vecinos en 1941 para la construcción de un puente sobre el ferrocarril, cuyas vías pasan por una trinchera de 12 metros de profundidad. "Los chicos, para ir a la escuela, deben bajar a ese pozo y atravesar las vías sin protección alguna", explicó Penna, mientras mostraba complacido la cancha de bochas del club y los trofeos ganados.
En cuanto al reparto de verduras, falta saber ahora si se trata realmente de una maniobra política destinada a explotar el abandono en que se tiene el problema de las villas miseria, o si Buenos Aires está ante la imprevista aparición de un equipo de modernos Robin Hoods.
PRIMERA PLANA
4 de Junio de 1963

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   Hasta la semana pasada seguía en el más completo misterio el asalto a un camión cargado de alimentos robado en la playa de un supermercado Minimax y cuyo contenido fue distribuido por los ladrones, gratuitamente, entre los pobladores de una villa miseria.
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