Ahora Guerrero tiene la palabra
LA EXPLOSIVA POLEMICA ORIGINADA POR LOS DOS FINALES DE "LA VALIJA" TUVO DECLARACIONES DE TODOS LOS TONOS. "GENTE", LA SEMANA PASADA, ESCUCHO AL DIRECTOR, CARRERAS, AL AUTOR, MAURICIO, Y A LOS
ACTORES SANDRINI Y MALVINA PASTORINO. SOBRE TODO LAS DECLARACIONES DE LA ACTRIZ ADQUIRIERON DIMENSIONES INSOSPECHADAS.
CORRIERON LOS COMENTARIOS Y LOS RUMORES. FUE UN FIN DE SEMANA CARGADO DE ALTA TENSION. EL LUNES LE DIMOS LA PALABRA A UNO DE LOS POLOS DE LA DISCUSION, HUGO GUERRERO MARTINHEITZ. Y GUERRERO NO SE GUARDO NADA, NADA DEJO EN EL TINTERO.

Hugo Guerrero Marthineitz
Silencio en la noche, ya todo está en calma.
Pero antes de la calma fue la tempestad. Y durante la tempestad cada palabra tuvo en su vientre pólvora. Las palabras fueron y vinieron. El olor a pólvora, durante más de diez días, nos distrajo del canto de los pajaritos. Los pajaritos se sintieron olvidados y se preguntaron qué pasaba "allá abajo". Lo que pasaba "allá abajo" era que la película "La valija" había desatado furias, rumores, palabras.
Pero el lunes 28 de junio ya había silencio en la noche, ya todo estaba en calma. Por lo menos aparentemente. Antes de eso, cronológicamente, sucedió esto:
CAPITULO UNO: A las dos de la madrugada del doce de junio una oyente llama por teléfono a "Generación espontánea" y denuncia un extraño hecho. Ha visto la película "La valija", protagonizada por Luis Sandrini y Malvina Pastorino, con dos finales. En un cine céntrico con uno. En un cine de barrio con otro. A partir de ese momento se desencadenan los llamados telefónicos. El tono general es de indignación, se considera al hecho una afrenta a la buena fe de la gente.
CAPITULO DOS: El diario "La Opinión'' toca el asunto de los dos finales y critica severamente a "La valija".
CAPITULO TRES: Hugo Guerrero Marthineitz, en su programa "El show del minuto", lee lo que dice "La Opinión". Los telefonemas se descuelgan con general indignación. El peruano, a partir de esto, empuña el micrófono y durante una hora y media analiza el hecho y dice lo suyo. Su "puntuación de íes" alcanza al productor Mentasti, al director Carreras, al actor Sandrini.
CAPITULO CUATRO: Fue en este momento cuando nosotros, como unos angelitos, descendimos en el medio de esa tempestad de palabras. Hicimos hablar a Carreras. Hicimos hablar a Mentasti. Hicimos hablar al autor, Julio Mauricio. Cada uno, con. ira o sin ira, dijo lo suyo. Pero además usó de la palabra Malvina Pastorino, esposa de Sandrini en la ficción y en la realidad. Y aquí la tempestad se agravó hasta límites insospechados. La señora Malvina Pastorino designó a Hugo Guerrero Marthineitz con las palabras "Gran Señor de la Ensalada" y "Mulato". Ironizó violentamente sobre el diario "La Opinión". Dijo que a Guerrero, el "mulato", "Gran Señor de la ensalada", había que "echarlo de este país".
CAPITULO CINCO: Luis Sandrini asegura haber sido injuriado y lleva el caso ante el director de todas las emisoras de Estado. Guerrero proporciona las cintas de su programa del 17 y 18 de junio para que se analice sus palabras. Rápidamente se generalizan versiones sobre posible juicio de Sandrini a Guerrero y la radio por "injurias". Paralelamente otras versiones indican que, de proponérselo Guerrero, también podía iniciar juicio contra Malvina Pastorino por evidente "arrimus injuriandi". Mientras tanto, el sábado a la tarde estalla el rumor de que Hugo Guerrero, "por presiones" que limitarían sus palabras, levantaba el programa ese mismo sábado. Al despedirse, a las siete de la tarde de ese día, se despide con un poema de Augusto Tamayo Vargas y un "hasta el lunes... si Dios y los omnibuses quieren..." El domingo pasa y la duda engorda. ¿Saldrá al aire de nuevo "El show del minuto?" El lunes por la mañana son varios los comedidos del rumor que aseguran que a raíz del incidente "La valija" Hugo Guerrero ya ha hecho su valija.
CAPITULO SEIS: Descendemos como angelitos por segunda vez. Ahora el objetivo es darle la palabra a quien todavía no la usó, Hugo Guerrero Marthineitz. El agua no se le niega a nadie. .., la palabra tampoco.
Esta es la crónica de algunos minutos importantes de esa jornada.
A las 13.30 llegamos a radio Belgrano. Hugo Guerrero no ha llegado. A las 13.45 tampoco. A las 13.50 tampoco. Cinco minutos antes de que se encienda la luz roja para "El show del minuto" entra en el estudio. Entra eufórico, saltando como un chico, desenfundando su contagiosa risa-graznido. A las dos y dos minutos la luz toja se enciende y Guerrero, con los auriculares puestos, subido en su alto banquito, dice: "BUENAS, BUENAS. . ., BUENAS. . ., BUENAS. CONTRA VIENTO Y MAREA... BUENAS PORQUE AQUI ESTOY DE NUEVO CON USTEDES, POR QUE DIOS NO DISPUSO OTRA COSA, PORQUE LOS OMNIBUSES LO PERMITIERON".
A los tres minutos el peruano agrega. "AQUI ESTOY, AQUI ESTAMOS, INAUGURANDO OTRO AÑO NUEVO. HOY TERMINA UN AÑO VIEJO Y EMPIEZA UN AÑO FRESQUITO, ALELUYA, ALELUYA. . ."
A los diez minutos agrega: "LA SOLEDAD SUELE TENER ZAPATOS NUEVOS. HOY LE HE PUESTO ZAPATOS NUEVOS A MI SO LEDAD".
Empiezan a Hover los telefonemas. En el primero le dan un beso. En el segundo le dicen "Estoy con usted, negro". En el tercero le gritan: "¡siga así!" En el cuarto viene otro beso. Y así sucesivamente.
A los quince minutos Hugo Guerrero saca un libro del armario y lee el poema que epilogó su programa casi póstumo del sábado. "YO TENGO EL CORAZON PUESTO SOBRE EL FUTURO / PUESTO EN LOS HIJOS QUE DE MIS HIJOS VENGAN. / PUESTO EN EL CORAZON DE LOS QUE VENGAN LUEGO. . ."
En la primera hora Hugo Guerrero no nombra al incidente, pero muy claramente, en base a indirectas muy directas, dice cosas como ésta: "ES MUY LINDO, ES MUY FACIL HABLAR DE DEMOCRACIA, DE LIBERTAD, PERO QUE DIFICIL ES ESTAR EDUCADO PARA EJERCERLAS HASTA LAS ULTIMAS CONSECUENCIAS".
Dos horas después los telefonemas no han cesado. Todos son de unanimidad y de adhesión. Todos menos uno que dice: "HUGO, CUIDESE DE TANTOS ELOGIOS, CUIDESE"; Guerrero le contesta personalmente: "LUIS, EN VERDAD GRACIAS, GRACIAS POR TUS PALABRAS".
A las cinco de la tarde Hugo Guerrero empieza a decir espaciadamente una serie de "frases célebres" atribuidas a un pensador que se hace llamar El Gran Señor de la Ensalada. He aquí un par de ellas: "¿POR QUE SERA QUE EL HOMBRE DIJO QUE POR LA PLATA BAILA EL MONO SIENDO QUE EL QUE BAILA POR LA PLATA ES EL HOMBRE?" "¿POR QUE SERA QUE EL HOMBRE DICE QUE POR LA BOCA MUERE EL PEZ SIENDO QUE EL QUE POR LA BOCA MUERE ES EL HOMBRE?"
Siguen los minutos. Liega uno de la señora de Leopoldo Marechal. Llega otro, muy singular, de una anónima Marisa que dice: "HUGO. EN MI PRIMER PARTO MI MEDICO ERA PERUANO, COMO USTED. . . Y MORENO COMO USTED, Y NO PODRE OLVIDAR SU GRAN DULZURA. . ."
A las seis de la tarde Hugo Guerrero ha tocado seis veces más el asunto de la "libertad de opinión". Y en todas ellas ha desembocado en la misma moraleja: "¿QUE LINDO ES RECLAMARLA. EXIGIRLA, ENSALZARLA. . . QUE DIFICIL ES ASUMIRLA Y AFRONTAR SUS CONSECUENCIAS".
A las siete de la tarde las cinco horas han pasado. Hugo Guerrero ha gestado un par de frases más: "¿PARA LA TOS DE LA INCOMUNICACION HAY PASTILLAS QUE LA CALMEN?". La última: "MAS VALE CALLAR A TIEMPO QUE SER MORDIDO POR EL SILENCIO".
Dos horas después nos volvemos a encontrar con Hugo Guerrero. Por fin vamos a hablar. El diálogo se desarrolla en su estudio, rodeado de cintas, grabadores y bajo la tutela de un dibujo de César Vallejo, el desesperado mayor de la poesía americana, que nos mira con su huesuda cara de flaco lúcido apoyada en la eterna palma de su mano.
—Hugo, después de esta tempestad, ¿cómo se siente?
—Me siento paradito, bien paradito sobre mis dos pies, hermano.
—Antes de preguntarle lo inevitable, lo que se cae de maduro, ¿qué quiere decir?
-—Quiero decir muy poco y muy claro. Quiero decir que se sigue eludiendo el meollo del asunto. Se sigue eludiendo la respuesta concreta al público que desató todo este llévalo y tráelo. Los productores de "La valija" y todos sus responsables no han publicado en los avisos de promoción que su película tiene dos finales que andan circulando separadamente. Fue necesario que una oyente de "Generación espontánea" desenmascarara esa situación. De no haber sido por la oyente nadie se hubiera enterado de nada. Yo, mientras no se informe al público que hay dos finales, para que el público sepa a qué atenerse, sigo planteando y replanteando esta pregunta: LO DE "LA VALIJA" Y SUS DOS FINALES ¿HASTA DONDE FUE UN EXPERIMENTO Y HASTA DONDE UN JUEGO? Y la pregunta sigue pendiente.
—Y en relación a la resonancia que tuvo la polémica, ¿qué puede decir?
—Especialmente quiero dejar bien clara una cosa: los canales de televisión y las radios están cobrando una vitalidad periodística extraordinaria. Pero los canales y radios siguen manejados por directores "artísticos". Yo creo que los directores artísticos se tienen que poner a la altura de la circunstancias, evolucionar a la par que los medios de difusión que tienen en sus manos, en otras palabras, superar la timidez, los miedos "al qué dirán", no amilanarse porque esto o aquello no le agrade a personajes más o menos famosos.
Hugo Guerrero está hablando muy lentamente, acompasadamente. Hace una pausa. Se arquea sobre el respaldo de su silla. Continúa en el mismo tono.
—La evolución de la radio ha sido grande. Quienes tenemos a la radio, desde las distintas funciones, en nuestras manos debemos evolucionar en la misma medida. Si no la radio nos quedará grande. Últimamente, por ejemplo, estamos dando lugar a que el oyente intervenga con opiniones directas, estamos acostumbrando a la gente del llano a opinar. Lo menos que podemos hacer es, también nosotros, acostumbrarnos a las consecuencias de ese devenir vital y espontáneo de opiniones.
—¿Por qué ha insistido tanto estos días en tema de la libertad de opinión?
—Porque, hermano del alma, nos pasamos la vida reclamándola, y cuando la tenemos, o parece que la tenemos, nos pica, nos quema. Hay muchos que se fruncen y tratan de socavar eso que tanto proclaman.
Ya no hay más remedio que ir al asunto. Y nos zambullimos en la cuestión.
—Hugo Guerrero, ¿qué piensa de las opiniones de Malvina Pastorino sobre usted?
—Las acepto. Ella no ha hecho otra cosa que usar su libertad de opinión. Ella o Sandrini tienen todo el derecho del mundo a decir lo que piensan sobre mi. Lo importante no es que a mí me guste o me disguste. Lo importante es que ni ellos ni nadie se traguen lo que tienen adentro, porque si nos reprimimos terminamos indigestados. Y eso no es bueno, hermano. ..
—La señora Malvina Pastorino lo trató de "mulato". ¿Eso también lo acepta?
—¡Por supuesto! Yo no me siento ofendido porque soy mulato. Yo sólo me podría haber sentido ofendido si me hubiera dicho perro o cerdo, porque no soy ni perro ni cerdo, al menos creo que no lo soy.
—Insisto sobre lo mismo Guerrero. ¿De verdad que no le afecta ni mínimamente eso de mulato?
—No, hermanito del alma, te lo juro que no. Y te diré por qué. Pero es un secreto, de manera que no se lo puedes contar a nadie, escribirlo sí, pero nada más. Te lo digo si no se lo cuentas a nadie. ..
—Trato hecho. Cuéntelo.
—En verdad a mi no me ha ofendido la señora Malvina Pastorino de Sandrini porque yo no soy mulato..., yo soy albino... lo que pasa es que estoy tostadito...
Hugo Guerrero se ríe con su risa mitad risa mitad graznido. Se ríe mientras intenta lo imposible: alisar su pelito motoso.
—¿Y qué piensa de la opinión de Malvina en el sentido de que usted es un insultador, un mentiroso, un demagogo?
—Pienso que si piensa eso está bien que lo diga. Pienso que LO importante es decir Lo que se piensa. Pienso que a las opiniones, a la bronca y a lo que sea, lo mejor es sacarlas a relucir. Es más sanito, hermano.
—¿Y qué opina de la alusión a "un amigo entrerriano" que hizo la señora Malvina Pastorino?
—Pienso que la señora Malvina Pastorino de Sandrini es el colmo de la generosidad y tiene almita de Lincoln.
—¿Guerrero, le puedo hacer una pregunta medio picantita?
—Pero sí, hermanito del alma. Hazla y rapidito.
—Más allá de la polémica de "La valija", ¿qué opina del actor Luis Sandrini?
—A Sandrini lo quiero, lo respeto, lo valoro. ¿Cómo olvidar a un hombre que hizo cosas como "El cañonero de Giles"? Sandrini es grande, pero ojo hermano, por más grande que sea no debemos considerarlo "intocable". Aunque nos equivoquemos, si sinceramente lo pensamos, llegado el momento debemos acostumbrarnos a criticar a los grandes, a los próceres. No importa que nos equivoquemos. No importa. Lo importante es que aprendamos a opinar, a decir lo que pensamos. Todos, especialmente los que tenemos en nuestras manos los medios de comunicación, debemos ponernos a la altura de las circunstancias. Con fruncidos no vamos a ningún lado. Debemos aprender a vivir en libertad. Tenemos que ponernos a la altura de la gente, del pueblo que tiene una sed avasallante por expresarse. Tenemos que asumir, inclusive, hasta el derecho a equivocarnos y comprender el derecho a que se equivoquen, con nosotros, los demás.
Hugo Guerrero se pone de pie. Me da una palmada, de esas frecuentes en él. Le pregunto si quiere decir algo más. Se dirige a la biblioteca y mientras tanto dice:
—Hermanito, a mi el presente, estas pequeñas discusiones ya no me afectan, ya no preocupan. Lo único que me preocupa es mirar para adelante. ¿Quieres que te diga algo más?
—Sí. Dígalo.
—Bueno, entonces, permíteme que te responda con un hermoso poema de Augusto Tamayo Vargas. Pregúntame, pregúntame y te responderé.
—De acuerdo. ¿Quiere agregar algo más, Hugo Guerrero?
—Sí, que YO TENGO EL CORAZON PUESTO SOBRE EL FUTURO / PUESTO EN LOS HIJOS QUE DE MIS HIJOS VENGAN. / PUESTO EN EL CORAZON DE LOS QUE VENGAN LUEGO. / PUESTOS EN LOS MILES QUE HAN DE VIVIR MAÑANA.
—¿Y qué más. Guerrero?
—Quiero decir que TENGO PUESTOS MIS BRAZOS EN LAS CALLES DEL MUNDO. / PUESTOS EN LOS HIJOS QUE DE MIS HIJOS VEN GAN. CUANDO VENGAN HACIA LA TIERRA LAS MIESES DEL AIRE; / CUANDO GIREN LOS ASTRONAUTAS EN TORNO DE LAS ROSAS."
—¿Y qué más, Guerrero?
—Quiero decir que TENGO LOS OJOS PUESTOS EN LOS NUMEROS DEL CALENDARIO PROXIMO. / PUESTOS EN LOS HIJOS QUE DE MIS HIJOS VENGAN. / CUANDO VENGAN MARCANDO CON SU RITMO EL ROJO DE LAS FIESTAS / Y TENGAN EN SUS MANOS TREBOLES DE DIEZ HOJAS."
—¿Y qué más, Guerrero?
—Quiero decir, finalmente, que YO TENGO MIS PIES PUESTOS / EN EL CAMINO DEL TIEMPO QUE SE VIENE. / ¡Y HE DE LLEGAR A VERLO!

RODOLFO E. BRACELI
Fotos: ANTONIO LEGARRETA.
Revista Gente y la actualidad
1/7/1971
Hugo Guerrero Marthineitz y Rodolfo Braceli

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