JAUMANDREU
Un talento original
 

Días atrás, en la plenitud de su fama, el controvertido diseñador aceptó narrar a un redactor de Panorama detalles poco conocidos de su biografía. Opinó sobre temas de actualidad como él suele hacerlo; sin pelos en la lengua. Y hasta se acordó, por momentos, de su febril actividad profesional.
Es cierto que Jaumandreu es vanidoso. Que hablando, si de él se trata, puede pasarse horas. Pero lo hace con tanta gracia, que termina casi siempre por atrapar al oyente, aun contra su voluntad.
"¿Sabe usted que con lo que gano en un día puedo comprarme un automóvil sport... ? Y, sin embargo, no poseo una fortuna. Es que a mí me gusta la plata para tirármela encima. Una de mis pasiones son los autos. Antes, en la época del vedetismo, prefería los Alfa Romeo. Ahora tengo los dos últimos modelos de Fiat. También me gustan las pieles: los abrigos de leopardo, de visón. Pero lo que me tiene enloquecido es la quinta que me compré en Glew, cerca de Buenos Aires. Es una casona del tiempo de Rosas que se conserva intacta. Hasta la pileta la construí en estilo colonial. Claro, ahora nadie me cree que al principio la pasé mal. Pero yo empecé de abajo, Aunque nacido en la Provincia de Buenos Aires, pertenezco a una de las mejores familias de Barcelona, donde me eduqué. Pero mis padres me trajeron a la Argentina adolescente. Y aquí se terminaron para siempre los colegios exclusivos y los veraneos en la Costa Azul. En cambio me independicé y realicé mi carrera profesional. Yo amo mucho a la Argentina. Por eso voy a publicar mi autobiografía (sale en marzo, editada por de la Flor). Porque creo que será un testimonio importante para las generaciones futuras."
Después del aluvión es difícil orientar la charla. Jaumandreu se obstina en abarcarlo todo. En hacer la gran síntesis, mientras se preocupa por el fotógrafo ("me tendría que cambiar") y se empecina en mostrar folletos de sus presentaciones en el interior del país. "En la fiesta del sol, San Juan, hice un show con ropa inspirada en elementos argentinos: la zamba, el cielito, el escondido. Allí, en una sola jornada, gané tres millones y medio, Por tres días en Río Hondo — Santiago del Estero— cobré más de seis millones".
Pero Paco es un viajero incansable, cosmopolita. No tan telúrico como parece. El próximo mes de enero lo sorprenderá en la aristocrática Punta del Este. Después, rápido a París a atender a su clientela internacional.
"Mis clientes son muy especiales. En Argentina la alta burguesía, algunos artistas, un sector de la clase media; también los que buscar la moda extranjera y la colectividad judía. En París, mujeres de la nobleza y el Jet Set. La condesa Castellini; la princesa Broglie... En los Estados Unidos, Doris, una joven china casada con el magnate petrolero Vogue Bruce, y que puede ser considerada la dama más elegante de aquel país."
Después de deslizar algunos elogios para su clienta y amiga, Isabel Sarli, "Isabel es una diva mundial que los argentinos no terminan de reconocer. Está por encima de la Bardot... de la Loren", y referirse de paso a otra diva, Susana Giménez ("A Susana la quiero mucho, es muy sexy, pero trasciende el localismo"), Jaumandreu retorna a su obsesión: el famoso libro autobiográfico.
"Allí hablo de todo —dice mientras toma su segundo café—: cuento mi infancia. Mis comienzos. Cuando vestía a Amelia Bence, a Mirta Legrand, a Fanny Navarro, a Eva Duarte. Analizo la homosexualidad. Por supuesto que no hago su apología, pero pongo las cosas en su lugar. Los grandes artistas han sido homosexuales. ¿Quién lo podría negar? Recuerdo las palabras del escultor Benvenuto Cellini ante el tribunal de Roma: ¿Cómo las acciones de los Dioses pueden juzgarse en la tierra? Destruyo muchos mitos. Y es el momento para hacerlo".
Aunque sólo hable de modas, Jaumandreu suele terminar embarcado en complejas disquisiciones. Así, para él, la moda retro, que avanza por todo el mundo, no se reduce a un mero revisionismo de las décadas del 30 ó 40. "Cuando los países atraviesan profundas crisis económicas —explica—, la moda trata de guardar las apariencias. Es lo que ocurre en los "Años locos": reina una moda frívola, liviana. Ahora, como la historia se repite, con el agregado de que esta vez la crisis afecta también lo social y lo cultural, ha renacido ese vestuario de pequeños detalles, con mucho fru-fru, con mariconerío, para expresarlo bien. Los problemas personales y económicos, los "cheques voladores", se olvidan mejor con una mujer vestida de esa manera, que con una señora de negro y con collar de perlas."
Mientras este hombre nervioso, torrencial, está hablando, en las playas de Acapulco, de Miami, tal vez de Saint Tropez, los jóvenes tapizan la arena con lonas de dibujos eróticos. En uno de sus ángulos, el implemento lleva la firma de Paco Jaumandreu, un diseñador argentino al que no hace mucho el Saturday Evening Post (uno de los principales diarios de los Estados Unidos), dedicó nada menos que seis páginas de su edición dominical Ahora sí —se piensa— su vanidad cobra sentido.
Revista Panorama
07-01-1975

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Entre el moblaje afrancesado de su piso, en Juncal al 800, rodeado de chicas monas, este hombre moreno, bajo, de mirada melancólica, podría ser un agricultor de visita en la ciudad antes que un modista de fama internacional, Pero Paco Jaumandreu suele deparar sorpresas mucho más notables que ese primer escamoteo de su identidad.
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