LA intervención de Mirtha Legrand filmando en
España junto al galán hispano Armando Cativo la versión en colores
de "Doña Francisquita", se ha visto rubricada por el éxito más
resonante, pues dicha película ha merecido un primer premio que
implica a la vez un amplio reconocimiento a la labor desarrollada
por dichas figuras protagónicas. Después de varios meses de
regreso de un paseo maravilloso — según las propias palabras de la
prestigiosa estrella argentina —, tenemos el placer nuevamente de
cambiar impresiones con ella. —Sí. Como les digo — expresa Mirtha
—. Ha sido un viaje encantador, pero. . ., siempre teníamos presente
el recuerdo de nuestros hijitos, y aunque sabíamos que con la
abuelita, Daniel y Marcelita se hallaban en las mejores manos del
mundo, mi esposo y yo no podíamos sustraernos a esa tristeza de
hallarnos separados de ellos. Hay que experimentar cosas así para
comprender en toda su sublime dimensión cómo es verdad verdadera que
los hijos son el tesoro más preciado con que Dios bendice nuestras
vidas. ¿No les parece? Comprendemos y callamos. Cosas así no
necesitan de argumentaciones, pues ¿qué mejor y más convincente que
ese estado anímico, que esa sincera emoción que se trasluce en el
gesto, en las palabras de Mirtha? —Tanto hemos extrañado a
Danielito y Marcelita —prosigue habiéndonos la talentosa actriz de
nuestros escenarios — que las horas y los días allá en el extranjero
nos pasábamos hablando y pensando en ellos. —E1 cable ha traído
referencias, Mirtha, de una fabulosa propuesta para usted por parte
de dos cotizadas personalidades del ambiente artístico en España.
Nada menos que Benito Perojo y Cesáreo González. ¿Qué hay de cierto?
—Se me ha concretado, en realidad, dicho ofrecimiento para realizar
en España dos películas y hacer teatro, mediante un millón y medio
de pesos, con traslado y estada, todo pago. Además tengo la
propuesta para otras dos películas en Francia. Agregado a esto, la
perspectiva de pasar luego a filmar en los sets de México e Italia,
—¡Maravilloso!... Es como para tomar el primer avión. —Me doy
perfecta cuenta, pero todo requiere tranquilidad y paciencia. A mí
no me deslumbra tanto el dinero y ya les dije que antes que nada
prefiero estar en mi querido hogar junto a mis adorables hijos.
Veremos más adelante si me resuelvo a partir de nuevo al extranjero,
pero esta vez llevando con nosotros a Daniel y Marcelita. Y como no
quiero que me agarren desprevenida, ando rodeada de libros para
perfeccionarme en el inglés y francés. Les diré que en el lenguaje
de Mauricio Chevalier me defiendo magníficamente, gracias al "curso
acelerado" de mi esposo que es nacido en Francia. Y a propósito de
idiomas, sepan que en "Doña Francisquita" hice dos versiones. Una
con mi porteñísimo acento, y la otra, para estar adecuadamente en
clima ante los públicos de España.
Revista Radiofilm
25.02.1953
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E1 cable ha traído referencias,
Mirtha, de una fabulosa propuesta para usted por parte
de dos cotizadas personalidades del ambiente artístico
en España. Nada menos que Benito Perojo y Cesáreo
González. ¿Qué hay de cierto?
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