Las mujeres en la lucha política Volver al índice
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La aparición de los movimientos de liberación femenina, que en la última década manifestaron su presencia en los países de alto índice de desarrollo social-económico, enarbolan banderas que van desde la equiparación de roles entre el hombre y la mujer hasta la independencia en el terreno sexual. Esta actitud es distante de los postulados esgrimidos por las sufragistas de comienzos de siglo; de algún modo, ambas actitudes chocan entre sí. El sufragismo tendía a conseguir igualdad de oportunidades en el campo laboral y la intervención activa de la mujer en la política a través del voto. Las feministas, en cambio, van mucho más lejos en la búsqueda de la liberación sexual; en algunos casos, abandonan los conflictos concretos para caer en una lucha idealista, alejada de los problemas políticos. En otros, sin embargo, su filosofía puede adaptarse muy bien al contexto y la política es considerada como un medio válido para alcanzar el poder y promover desde allí las trasformaciones necesarias. Es el caso de Linda Jenness, líder feminista norteamericana que visitó la Argentina en el pasado mes de mayo y que está nominada para la primera magistratura de los Estados Unidos con el apoyo del partido socialista.
En la Argentina, en cambio, el feminismo no logró demasiado arraigo y tiene poco que ver con la política. Tampoco los partidos han intentado captar para sí a estos insólitos movimientos de liberación. El divorcio entre el feminismo y las agrupaciones políticas tal vez tenga que ver con la indiferencia que las militantes partidarias sienten por la nueva filosofía. Una investigación realizada por Panorama lo demuestra. A la compulsa, fundamentada en tres preguntas, las entrevistadas manifestaron, en general, que una actividad (la política) es más importante que la otra (la feminista) aunque, en algunos casos, ambas puedan complementarse. Distinta fue, en cambio, la opinión recogida de una líder del Movimiento de Liberación Feminista local. Estas son las preguntas y las respuestas.
1. ¿Cómo se ubica la mujer en la actual coyuntura política?
2. ¿De qué manera resuelve usted la contradicción entre la lucha por la liberación de la mujer (feminismo) y la política?
3. ¿Comparte las ideas políticas de su marido y/o de su familia?

NORMA KENNEDY, integrante de la conducción nacional del Partido Nacional Justicialista.
1. Desde el mismo momento en que la reacción pro imperialista derriba al gobierno popular del general Perón, la mujer, que ya ha asumido un papel político en el país, toma una ubicación de perfiles totalmente novedosos para la Argentina y aún para América. Asume individualmente posiciones de vanguardia dentro de la resistencia que libra el pueblo contra la dictadura gorila; aparece conduciendo la lucha en las calles, las fábricas y las universidades, y salta a la experiencia de la guerrilla urbana desde Buenos Aires hacia el interior.
2. Eva Perón le señala a la mujer argentina, en un concepto sin fisuras, que el camino de sus reivindicaciones está conquistando un lugar en la lucha política, que supera la aberración de un feminismo que fue una posición antihistórica y sectaria, desvinculada del contacto general del carácter de sociedad que debemos desarrollar todos los seres humanos. No hay mujeres frente a hombres, hay pobres frente a ricos; peones frente a estancieros; obreros frente a empresarios.
3. Mi núcleo familiar comparte y alienta mi posición política. Y no podría ser de otra manera porque mi padre era irlandés y los irlandeses jamás traicionan su tierra ni sus banderas; y mi madre desciende de nuestras viejas estirpes indias esclavizadas que hoy se revuelven hacia el norte de la patria, entre el hambre, el analfabetismo, la tuberculosis y la sífilis.

DELIA PAROD1, diputada por el peronismo entre 1951-1955 y en 1952 vicepresidenta de la Cámara de Diputados. En 1964 fue secretaria general del Movimiento Justicialista.
1. Es evidente que en el actual momento político la mujer ha tomado conciencia de los difíciles momentos por los que atraviesa el país y sabe que esto ocurre desde hace varios años. Los procesos que fracasaron para encontrar la estabilidad política y económica hacen principalmente que las mujeres de las nuevas generaciones se vean obligadas a manifestarse. Y si lo hacen pacíficamente, no lo hacen con indiferencia para alcanzar la concreción de sus inquietudes; al igual que aquellas que adoptando vías más agresivas persiguen los mismos fines.
2. Si bien es cierto que a través de los primeros movimientos feministas la mujer obtuvo posiciones de acercamiento a la igualdad en los derechos y facultades que se demandaban, creo que son más efectivos y menos irritantes los canales políticos para lograr la liberación de la mujer y la afirmación de sus derechos.
3. En mi hogar siempre hubo mucha coincidencia de ideas políticas, canalizadas en un gran sentido popular y nacionalista. Por sobre todo peronistas.

NELLY CASAS, periodista, dirigente metropolitana del Movimiento de Integración y Desarrollo (MiD).
1. Frente a esta convulsión social, a este descalabro económico, a esta tragicomedia política, la solución para el logro de los grandes objetivos nacionales es tarea de la mujer más el hombre. Un movimiento nacional y popular como el país espera no se hace sólo con mujeres o sólo con hombres.
2. Cuando yo era muy joven comencé a luchar por mis derechos casi al mismo tiempo que por mis ideales políticos, y jamás se me ocurrió pensar que eran dos luchas antagónicas. En realidad, como no creo en las soluciones individualistas, tampoco creo en soluciones de sectores cerrados por barreras biológicas.
3. No concibo la pareja sin compartir los ideales políticos que son, en definitiva, una decisión de estilo de vida y una proyección de futuro. Y no hablo de partido político porque eso, a veces, es cuestión de matices, sino un mínimo de afinidad ideológica.

MABEL MENA, militante de la Juventud Peronista.
1. La mujer argentina, como integrante de un pueblo explotado por las oligarquías nativas aliadas al imperialismo no puede quedar excluida del proceso de liberación nacional que ha comenzado hace más de un siglo. Esta lucha por la liberación, en un país dependiente como el nuestro, se expresa a través de un Movimiento Nacional de Liberación —que es el peronismo— y se lleva a cabo para lograr la construcción de una Patria Justa, Libre y Soberana: la Patria Socialista.
2. Tomando las palabras del general Perón, "no puede haber un hombre libre en una Nación que no lo sea", creo que queda explicado lo absurdo del feminismo. No se puede anteponer la liberación de la mujer a la liberación de la patria, ya que esta opresión que ella sufre es sólo una consecuencia más del régimen de explotación que vive el pueblo todo. La mujer tiene las mismas posibilidades de militancia que el hombre y necesita de la misma conciencia revolucionaria que éste para luchar.
3. Creo que la pareja debe tener afinidades mínimas para poder ser tal. Por lo tanto, no puede existir entre relación y convivencia un militante y otro que no lo sea, porque aquél, juzgando con su moral revolucionaria, llega a despreciar al compañero que no se juega.

MARIA JULIA ALSOGARAY, ingeniera Industrial, militante de la Nueva Fuerza.
1. La Argentina vive un proceso político cuya decisiva importancia se hace cada día más evidente a todos los ciudadanos, sean hombres o mujeres. Para gran parte del electorado femenino ésta será la primera oportunidad de expresarse a través del acto electoral y esto representa una ventaja. Las cualidades más deseables para los votantes de marzo de 1973 serán, aparte de un sincero interés por los problemas del país, una postura abierta y lúcida, una mentalidad nueva. La relativamente corta experiencia política de la mujer será una ayuda para enfrentar la contienda electoral en esas condiciones.
2. Todo aquel que quiere liberarse como persona debe tener conciencia de la necesidad de mejorar y completarse como individuo. Creo que este concepto general puede aplicarse tanto a hombres como mujeres y que debe ser bastante evidente para aquellos que luchan por la liberación en cualquier grupo particular.
3. La coincidencia en la apreciación de los problemas del mundo que los rodea es una de las condiciones básicas para integrar la pareja. Por eso me resulta imposible imaginar una pareja unida y realizada cuyos integrantes tengan posiciones políticas opuestas.

NILDA TENEMBAUM, abogada, militante del Encuentro Nacional de los Argentinos (ENA).
1. Se ubica junto al hombre, planteando con vigor sus exigencias progresistas. Se resiste a ser considerada como fuerza moderadora al servicio de un sistema que agoniza. Su repudio a la política económica antipopular y antinacional, a la legislación represiva, su creciente participación en las movilizaciones populares, denota que va tomando conciencia de su fuerza y su integración activa puede ser un factor determinante en la solución de los problemas nacionales.
2. Considero que la defensa de los derechos de la mujer debe ser parte integrante de una gran política nacional independiente, porque luchar por sus reivindicaciones específicas en grupos estrictamente femeninos y dentro de las estructuras vigentes sería absolutamente lírico e inconducente.
3 Coincidimos en una común decisión antiimperialista y antioligárquica; luchamos contra la persecución ideológica y toda legislación represiva; queremos para nuestro país una democracia efectiva, avanzada y profunda. Ambos militamos en el ENA.

NELIDA BAIGORRIA, diputada nacional por el radicalismo, militante luego del MID; posteriormente volvió a la Unión Cívica Radical.
1. La mujer argentina, tanto como el hombre, no abriga dudas acerca del singular momento que vive el país, en el que enfrenta la responsabilidad de una definición histórica. La mujer, sufriendo mucho durante estos últimos 6 años, ha aprendido que el régimen es un anillo de hierro, en cuyo estrecho ámbito jamás tendrán cabida la libertad y la justicia.
2. Considero necesario decir que muchos estandartes que hoy se levantan como liberadores de la mujer, para mí constituyen, en cambio, formas de esclavitud y degradación. No creo en las organizaciones feministas vociferantes, declamatorias y pertinazmente refractarias a toda correlación con el otro sexo sea el camino más idóneo.
3. En el orden familiar, sí. Todos los hombres de mi familia fueron radicales. En el resto de mi mundo de relaciones los hay de diversas ideas, pero ni indiferentes ni entreguistas.

MARIA ELENA ODDONE, presidenta del Movimiento de Liberación Feminista.
1. Políticamente las mujeres no existimos en nuestro país. No tenemos puestos públicos ni estamos representadas en ninguna posición de poder. Jamás somos consultadas, y las mujeres que están dentro de los partidos no son políticamente fuertes. Nuestra actitud en la actual coyuntura política es de indiferencia y más tarde será de boicot al voto que nos usa y no nos beneficia en nada.
2. No hay contradicción; el feminismo es un movimiento de masas con sentido político. Cuando hablamos de política no lo hacemos en el sentido restringido del "partido político". Luchamos contra la sociedad patriarcal como sistema político basado en la opresión de la mujer. Cuestionamos el sistema económico que nos explota dentro y fuera del hogar, queremos terminar con el autoritarismo masculino que nos cierra el camino a la conducción política, al Ejército, a la ciencia y a la técnica. Nuestra lucha es política porque es revolucionaria.
3. Me llama la atención que nunca se le pregunte a un dirigente político qué piensa su mujer de sus ideas. ¿Por qué me lo pregunta a mí?.

Revista Panorama
10.08.1972

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La aparición de los movimientos de liberación femenina, que en la última década manifestaron su presencia en los países de alto índice de desarrollo social-económico, enarbolan banderas que van desde la equiparación de roles entre el hombre y la mujer hasta la independencia en el terreno sexual.

Mujeres en la lucha política
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