ANDRES CISNEROS: Ahora que la Comisión ha
terminado su dictamen, ¿no tiene la sensación de haber trabajado en
el aire, dando manotazos a ciegas? JULIO OYHANARTE: Por supuesto
que no. Sin los documentos que la comisión produjo, los que
trabajarían a ciegas serían ahora el presidente, los políticos y la
opinión pública. A partir de estos documentos, cada uno sabrá a qué
atenerse... A. C.: Perdone, pero legislar antes de que el acuerdo
político esté resuelto me parece poner el carro delante de los
caballos... J. O.: Si se tratase de legislar, de acuerdo. Pero
distinga bien que el trabajo es de reforma de la Constitución, sin
nada que ver con el Plan Político ni medida inmediata de acción
política, cosa que, como usted dice, corresponde a los que manejan
el Poder, no los libros. Fíjese que cuando nos citaron, la comisión
iba a llamarse "Para el Estudio del Plan Político" y nosotros
pedimos y conseguimos que se le diera el título correcto, que es el
que al final prevaleció. A. C.: De todas maneras, con un nombre o
con otro, la sensación que más se palpa es que el Gobierno, cercado
por las dificultades, necesita ganar tiempo y, para distraer a la
opinión pública, convoca a algunos sabios a que le elaboren
preciosos mamotretos jurídicos. J. O.: No es ése el caso. Si el
Gobierno necesita ganar tiempo o no, no es materia para discutir
acá. Lo que sí puedo afirmarle es que el trabajo de la comisión no
es algo improvisado, una pirueta ocasional: ya en 1967 el Estado
Mayor de Ejército comenzó con el mismo esquema con el que la
comisión trabajó. Fíjese si no será improvisado... Y tanta es la
ilación que, reemplazado Onganía, el propio Levingston anunció —en
un discurso en Neuquén, el 4 de diciembre del año pasado— un
documento cuyos capítulos y hasta plazos que contenía son los mismos
que ahora contienen los documentos de la comisión. Por cierto que no
es un trabajo de ocasión o improvisado. A. C.: Lo que pasa es que
todo eso, traducido, significa entregarle el Poder al peronismo.
J. O.: ¡Exactamente! Nuestro principal problema político desde la
caída de Perón ha sido incorporar al peronismo a la vida política
legal, democrática y sin proscripciones. Si eso no se resuelve, no
habrá estabilidad política en la Argentina. Si no hay estabilidad,
no habrá gobierno fuerte y representativo. Y sin gobierno fuerte y
representativo, jamás saldremos de nuestro subdesarrollo A. C.:
¿Qué somos, subdesarrollados nuestro subdesarrollo. (así figura en
la revista) J. O.: Lo uno por lo otro. El nuestro es un país con
frenos estructurales que le impiden avanzar. "Cambio" es eliminar
esos frenos. Y eso no se va a dar espontáneamente, porque sí. Debe
ser inducido por algo o por alguien. E históricamente ese
protagonista ha sido siempre el Estado. Un Estado eficiente, sólido,
con fuerza y consenso es un presupuesto esencial para ese cambio de
estructuras bendito, del que tanto se habla y tan poco se
entiende... A. C.: Sin embargo, hay algunas objeciones que se han
hecho públicas a los documentos de la comisión, señalando que,
precisamente, en lugar de tender al cambio, no hacen sino consolidar
nuestros viejos vicios partidocráticos. J. O.: Dígamelos uno por
uno. A. C.: Por ejemplo, ¿por qué se le pide la participación, en
futuras elecciones, de candidatos particulares, extrapartidarios,
consagrando el monopolio legal de las candidaturas para los partidos
políticos? J. O.: Lo que la Argentina necesita es un poder
político eficiente. Para ello debe producirse una coordinación entre
Poder Ejecutivo y Legislativo. Si un señor extrapartidario quiere
ser candidato, por más notable que sea, ¿me quiere usted decir cómo
hace para ser un punto de contacto con todos los poderes? Si un
hombre tiene aptitud puede ser secundado por un partido, ingresar en
él, o ser apoyado. Es otra cosa... Por ejemplo, Lanusse o el que
fuere puede ser candidato de la UCRP o del peronismo o de alguna
otra agrupación pero no candidato independiente. A. C.: O sea que
los candidatos independientes, los no adscriptos a la maquinaria del
partido, tienen que transigir con ellos. J. O.: En efecto. Eso
pasa en Estados Unidos. Eisenhower, por ejemplo, era independiente y
se canalizó por un partido tradicional. Por otra parte, si ese
hipotético candidato independiente... A. C.: Que aquí también
puede ser un militar, y no muy hipotético. J. O.: Cualquiera que
sea, si ese candidato se siente fuerte y representativo, seguramente
no necesitará del aparato partidario ajeno; simplemente organizará
el propio, y, si lo consigue, lo inscribirá como tal. A. C.: Eso
es discutible. El peronismo, por ejemplo, empieza por no tener al
jefe en el país... J. O.: Ese es otro asunto. Creo que coincidirá
en que el peronismo está formidablemente organizado con la CGT, que
es su columna vertebral. A. C.: Eso es cierto. Pero no lo único
cierto. En los años que el peronismo denominó de la resistencia, la
clandestinidad lo llevó a formar cuadros de choque que hoy son la
vanguardia ideológica del movimiento, ciertamente en disidencia con
La CGT oficial. Y ellos se definen como peronistas. J. O.: De
acuerdo. Pero hay que ver si lo son o sólo utilizan el mito para
acercarse a las masas. Por ahora, en el movimiento peronista, el
único que decide es el propio Perón, y no conozco que el ex
presidente los haya reconocido como peronistas, aunque tampoco los
niega. A. C.: Sea como fuere, lo cierto es que esas vanguardias
de choque le han sido muy útiles a Perón y al movimiento, ya sea
manteniendo en vereda a los sindicalistas que se alzaron contra el
jefe o directamente enfrentando a las FF.AA., que ellos ven como el
brazo armado de la reacción... J. O.: ¿Y usted cree que esos
grupos tienen cabida, o la pretenden, en el Acuerdo Nacional que
incluya al peronismo? A. C.: No, no lo creo, ni creo que ellos lo
pretendan. Pero no es a ello sino a Perón al que le perjudicaría su
prescindencia. Tal como Lanusse propone el acuerdo, éste englobaría,
básicamente, tres fuerzas: el no-peronismo, las FF.AA. y el
peronismo sindical y político, dejando fuera el peronismo llamémosle
"violento"... Y eso equivale a citar al enemigo pero exigirle que
venga desarmado sin desarmarse uno. Repudiando a ERP, FAL y FAP el
peronismo quedaría sin su sector armado enfrentando al no-peronismo
(básicamente radicales) y a las FF.AA que son el brazo armado del
no-peronismo... La detención de Julián Licastro y su confinamiento en
Magdalena tienen un significado muy claro advertir a Perón que, sin
deponer sus armas, no habrá negociación. Y muchos peronistas no
dejan de pensar que si previamente deponen las armas, no hará falta
negociación alguna, porque lo que precisamente negocia son las
armas. Para ellos equivaldría a una rendición. REVISTA EXTRA
JULIO DE 1971
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Estuvieron dos horas
encerrados. En nombre de la revista EXTRA, un futuro
abogado, Andrés Cisneros (24 años), trató de invadir la
última intimidad político-jurídica del Dr. Julio
Oyhanarte, uno de los más talentosos hombres públicos de
la Argentina 1971 y que presidió la Comisión Asesora que
estudió la Reforma Constitucional, amén de otros
menesteres, como el Estatuto de los Partidos Políticos y
la Ley Electoral. Un consejo antes de sumergirse:
primero, puede leer de corrido. Marque lo que le va
llamando la atención. Cuando terminó la nota, vuelva a
recorrer lo que dejó teñido de curiosidad o asombro.
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