Publicidad Gustos de nobles locos
pero graciosos
El lunes 28, 704 personas (371 empresarios,
180 gerentes o directores profesionales y 153
profesionales independientes, en su mayoría
psicoanalistas) recibieron en sus casas u
oficinas un cilindro de cerámica de color gris
quemado de 13,5 centímetros de diámetro por 30
centímetros de alto, con su tapa celosamente
obturada con cinta adhesiva. Adjunta, una
tarjeta ordenaba: "Esperar instrucciones para
abrir". El martes 29 un nuevo objeto completó
el envío: una simple sierrita para librar la
tapa; en el interior había un dibujo
reproducción, firmado por Clorindo Testa, uno
de los arquitectos más famosos del país, del
plano de un futuro edificio de departamentos y
un texto explicativo. Tan prolijo,
espectacular, intrigante operativo fue montado
por la agencia New Advertising para presentar
en sociedad —una sociedad de elegidos, por
cierto— una torre de 26 pisos (costosísimos)
que se levantará en Arribeños y Zabala, en
Buenos Aires. "Se trataba de llegar a las 700
personas que detentaran el mayor poder
adquisitivo del país y que además no tuvieran
casa propia o no pertenecieran a la burguesía
tradicional, habituada a no cambiar de
domicilio. Para cubrir tales objetivos, no
hubo otro remedio que recurrir a la
promoción", alega Frank Memelsdorf (30),
gerente de New y padre de la idea. En el
ínterin, debieron hacer conocer por los
diarios el envío inminente del objeto: "Es que
con el asunto de las bombas, todo el mundo
está histérico", justifica Memelsdorf. Es
probable que la semana pasada, los expectantes
—siempre los mismos— hayan bordeado los
límites de la histeria y no precisamente por
temor a los atentados. Es que fue, sin
dudas, la semana de las promociones, un
complemento espléndido de la publicidad. Se
inició el lunes 21, cuando en la cave
Michelangelo, del barrio Sur, un centenar de
invitados (la mitad periodistas: sin ellos,
las promociones no existirían) oyeron la
palabra de Emilio Van Peborgh, presidente de
Rigolleau, y bebieron whiskies y copetines en
una línea de vasos que próximamente serán
lanzados al mercado. El encuentro, preparado
por la empresa Profesionales Asesores, un
grupo comandado por Miguel Brascó, Ricardo
Warnes y Estela Llamí, no preveía nada
espectacular y así lo especificaban en la
invitación: No resultará apasionante, pero la
pasaremos bien. Cada presente —otro tramo
fundamental de la historia— regresó a su casa
con media docena de vasos, una tímida
renovación de la vajilla.
SOFISTICACION
Y ALEVOSIA El contoneo, el traqueteo
estomacal, los saludos y encuentros
continuaron el miércoles 23: un aluvión de
smoking y señoras a cual mejor vestidas
coparon el mismo reducto de la calle Balcarce
y Belgrano, en Buenos Aires. Una vez más, la
cita había sido pergeñada por Profesionales
para su cliente Citizen, deseoso de mostrar
por primera vez su joya más flamante, el reloj
femenino Day and Date, lucidos esa noche por
las siete modelos más encumbradas de la
actualidad: Susana Giménez, Chunchuna
Villafañe, Perla Carón, Liliana Caldini, Karim
Pistarini, Mirta Massa y Raquel Satragno. "La
promoción, y en este caso muy concreto
también, persigue la difusión de un producto.
Tratamos de provocar un hecho de modo de
generar noticia alrededor de él", explicó el
excelente periodista pasado a retiro Ricardo
Warnes. "Y la diferencia con la publicidad
radica en que ésta, aparentemente, no tiene un
destinatario definido; la promoción, en
cambio, va a un público bien determinado",
agrega Brascó. Pero parecería ser que cuanto
más delirante, sofisticado, hasta pretencioso
es el hecho provocado, más repercusión tendrá.
Tanto, que el lema de los fabricantes de
promoción es: Ni mejor ni peor: distinto.
Ya en su época, el poeta Oliverio Girondo
eligió pasearse por la calle Florida montado
en un elefante para presentar su último libro.
"La cosa no es nueva —señaló Warnes—, sólo que
ahora la responsabilidad corre por cuenta de
empresas organizadas." La mayoría de edad se
inició en 1966 cuando la desaparecida agencia
Havas y Molina ideó el baile de la
computadora, un festejo empeñado en provocar
uniones inventadas entre notables, la excusa
que sepultó —por su brillo— el lanzamiento de
un nuevo perfume. La misma empresa preparó
para una nueva bebida una noche de nieve
(artificial) en la ciudad. Para la
presentación de Citizen, Profesionales encargó
el menú al famoso gourmet Carlos Gato Dumas;
por especial pedido de la empresa que paga, el
vino blanco llegó del Rin, el whisky fue
Chivas Regal y el caviar se sirvió en
abundantes bols y pudo ser deglutido con
cuchara. Al final se rifó un caballo blanco
pura sangre que fue ganado por la actriz
Libertad Leblanc, que lo paseó, sin complejos,
por el escenario y adyacencias. Y como nada se
había dejado de prever, a la salida un gentil
taxiflet trasladó al equino y a su dueña hasta
su nueva dirección.
LAS FUNCIONES Y EL
ORGANO "La publicidad exalta las virtudes
del producto, la promoción tiende a crear una
imagen. Una y otra no son excluyentes y
trabajan en colaboración", explica el director
de teatro Juan Silbert, ejecutivo de
Promoplan, otra empresa dedicada a estos
increíbles, graciosos shows que parecen
encargados por nobles locos. Pero, y esto ya
parece ley, al organizar fiestas hay que
pensar en estar provocando una noticia. Con
ese criterio, Silbert bosqueja actualmente
(junto con sus socios, el periodista y
productor de TV, Luis Pico Estrada y el
abogado y humorista Luis Miguel Coronato) una
fiesta para Freón de Ducilo. "La cosa
—adelanta— se hará en el Tigre y en un
ambiente años 20. La decoración de la época no
dejará de alojar ni siquiera una sala de
juegos, en la que se jugarán regalitos, y una
pista de baile formidable con música
especialmente compuesta para la ocasión. Hasta
estamos inventando un paso de baile inédito. A
la búsqueda del clima trivial de aquellos años
locos no vacilamos en poner en marcha nuestras
ideas más locas." Y esto que alguna vez
también fue un proyecto se hizo el viernes 25
en la pileta del club Comunicaciones, de
Buenos Aires, redecorada por los escenógrafos
María Julia Bertotto y Jorge Sarudiansky
gracias a miles de metros de géneros, globos
plásticos de 1,5 metros de diámetro, alfombras
de junco, un sistema de iluminación denominado
psicosexótico, música oriental. El motivo:
mostrar a Masumi, un perfume logrado por Coty.
La invitación del evento —trabajosamente
imaginado por Raúl Molina y Marcela Barreto—,
redactada por el escritor Dalmiro Sáenz,
pregonaba en un tono entre suficiente y
burlón: "Cuando Occidente inventó el pecado,
todo Oriente inclinó respetuosamente la
cabeza". Más adelante se indicaba que Masumi
era la pócima indicada "para estar al día en
materia de pecados" y que había sido
investigado y elaborado por un supuesto
"Centro Investigador de Motivaciones
Pecaminosas". Cuatrocientas personas
recibieron la invitación, que contenía las
reglas básicas para pasar la noche junto al
artificial lago artificial. Primero había que
llevar traje de baño; aligerarse de ropas y
comenzar con el whisky. En el interior de la
pileta aguardaban ostras con perlas incluidas.
Luego del rescate, siguió la cena, una
cabalgata de delicias orientales, encabezadas
por el chapcama con arroz. Un ballet de
geishas repartió dulces orientales entre la
concurrencia y culminó su intervención
danzando furiosos (frágiles) bailecitos.
Enseguida llegó la hora beat, y ya entonces ni
Pocky Evans, Beba Lorena, Nicolás García
Uriburu y su mujer, Blanca, Andrea Vianini y
señora resistieron la batahola: efluvios de
Masumi inundaban el lugar. "En estos casos
—explica Molina— se elige el camino de la
ultrasofisticación para provocar la curiosidad
del periodismo. Al mismo tiempo se pone en
marcha el mecanismo del rumor que hace
trascender el producto de inmediato." Marcela
Barreto apunta: "Con el periodismo hay dos
actitudes por tomar: uno manda una gacetilla y
se sienta a esperar si la publican o no, o,
por el contrario, creamos una noticia.
Nosotros nos jugamos por esto último". Un
juego que en esta última oportunidad estuvo a
punto de resbalar por una nimiedad
organizativa: a la hora de la verdad
comprobaron con horror que en Buenos Aires no
había ostras y que en Chile, el sitio más
cercano para lograrlas, una inexpugnable época
de veda dificultaba la transacción. Sobre el
final, una mediación salvadora solucionó la
escasez. Prima hermana de una campaña
publicitaria de lanzamiento, la promoción
tiene su habitat en las agencias más
consagradas. En Walter Thompson Argentina, por
ejemplo, ese departamento funciona desde hace
tres años y organiza desde material
informativo para vendedores hasta regalos fin
de año. Es que, se sabe, el producto elige
su mercado. A modo de quasi mentor freudiano,
Molina dictamina: "Los primeros días de vida
de un producto son tan importantes como los
primeros días de una persona. Una promoción
adecuada a esa altura le asegurará el afecto
necesario, el imprescindible equilibrio. Habrá
tenido, como quien dice, un nacimiento
importante". Revista Confirmado
06.10.1970
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