El país
Semana política
 

Ahora se conoce mejor al gobierno

Los radicales incorporan con suma frecuencia una costumbre curiosa: se consideran lo mejor que tiene el país, con lo cual cada vez que se produce algún hecho, les encanta formular comparaciones. Así, para el intendente de la Capital Federal, Francisco Rabanal, el mensaje del presidente Illia a la Asamblea Legislativa, la semana pasada, es "de los más serios que se hayan escuchado en los últimos tiempos", mientras que el vicepresidente Perette insiste en que "hace mucho tiempo que no ha oído palabras tan precisas y tan justas".
Más curioso resulta aún haber comprobado que las radios oficiales que maneja con especial firmeza la señorita Nélida Baigorria, el mismo día del mensaje presidencial, transmitían precisamente opiniones laudatorias de la señorita Baigorria sobre dicho mensaje, aparentando que esa opinión le fue solicitada por los periodistas.
Sin embargo, el panorama que se ofrecía en el país no era exactamente igual a como se veía a través de los ojos oficialistas y radicales.
El mismo día que Illia leía su mensaje, la CGT anunciaba que debía comenzar a poner en marcha la segunda parte de su plan de lucha, ya que no había encontrado en el gobierno la predisposición para solucionar los graves problemas que aquejan a la masa trabajadora, especialmente en el campo de la desocupación obrera. La ocupación de fábricas, que podría comenzar a aplicarse dentro de 13 días, fue así
un balde de agua fría sobre las optimistas palabras del presidente de la República. Al mismo tiempo, el comité unificador docente, que agrupa a los maestros, anunciaba un paro total. Y aquí se registra un hecho curioso: los maestros- no logran cobrar sus sueldos de acuerdo con escalas de actualización determinadas por una ley que les ha otorgado el salario vital y móvil. Sin embargo, el gobierno aspira a extender el salario mínimo, vital y móvil a todos los sectores de la actividad a pesar del ejemplo que significan ahora los maestros.
Tampoco encaja dentro del panorama idílico trazado por el presidente Illia, lo ocurrido en Córdoba: a la lectura del mensaje con que el gobernador radical Páez Molina dejó inaugurado el período parlamentario provincial, no concurrieron los dignatarios de la Iglesia Católica ni el comandante de la guarnición local: a siete meses de gobierno ya existe un enfrentamiento que aun cuando pueda resolverse en lo circunstancial, ha dejado una experiencia que constituye sin duda una clara advertencia para los sectores católicos y militares.
En definitiva, las presunciones que existían sobre el gobierno de la UCR del Pueblo parecen confirmarse. Si bien diversos observadores esperaron con impaciencia este primer mensaje presidencial inaugurando un período parlamentario, el mensaje —que generalmente constituye un análisis de la realidad nacional al mismo tiempo que un enunciado de los Objetivos del país— ratificó la imagen de un gobierno balbuceante, sin un plan claro y concreto para la solución de los problemas más importantes. Quien quizá mejor ejemplificó estos hechos fue el diputado por UDELPA, doctor Héctor Sandler: "El presidente ha hecho la reseña más o menos realista de su administración, exponiendo objetivos generales que constituyen lugares comunes para un mensaje de este tipo. En cambio, ha soslayado el planteo de gravísimos problemas que frenan la marcha del país, y el enunciado de su correspondiente solución. La República no sólo necesita de discursos: necesita una política audaz y renovadora que termine con el estancamiento."
Es importante señalar esta opinión del legislador aramburista, ya que no ha sido precisamente del sector de UDELPA de donde el actual gobierno ha recibido las críticas más importantes. Quizás este desencanto de núcleos que actuaron positivamente frente al gobierno es el indicio más nítido del proceso de crisis política que enfrenta a partir de ahora. Y en el mismo orden de cosas debe subrayarse especialmente la opinión del diputado alendista Horacio Domingorena, representante de un sector con el cual incluso hoy el gobierno cuenta para ampliar su base de operaciones política. El doctor Domingorena expresó sobre el mensaje presidencial: "Lamento decir que el presidente Illia ha defraudado la expectación pública, que aspiraba a informarse del rumbo que piensa darse a la Nación. El primer mandatario manifestó que era necesario vigorizar la fe del pueblo, pero esta fe no habrá de crearse si el gobierno empieza por silenciar sus propósitos. Un país detenido que no cuenta con el coraje y la decisión de sus gobernantes está condenado a prolongar su agonía."
Por último, para comprender los acontecimientos que se avecinan, es necesario subrayar la opinión del diputado democristiano Enrique de Vedia, representante de un partido que acaba de romper con el gobierno después de haberlo sostenido en diferentes oportunidades. El doctor de Vedia expresó sobre el mensaje presidencial: "Es la rendición de cuentas de un administrador honrado, pero nada más. No justifica la mora en poner en marcha el país. Sus anticipos de futuro no pasan de generalizaciones, sin que sepamos hasta ahora, a ciencia cierta, cuáles son los propósitos concretos del gobierno en materia económica y social."

DENUNCIAS
Difamación como técnica importadora
Un día antes de declarar, la semana pasada, ante la Comisión Investigadora del Petróleo, el doctor Silenzi di Stagni —asesor jurídico del grupo Minera Aluminé durante varios años—, realizó varias visitas a miembros de esta comisión, en un intento por acomodar algunas preguntas. No logró su objetivo, pero durante la entrevista que mantuvo, en presencia de otras personas, con el diputado justicialista salteño Cornejo Linares, alguien le recordó —y este legislador confirmó— que el escritor Raúl Scalabrini Ortiz siempre sostuvo que Silenzi di Stagni era un agente inglés. Silenzi di Stagni respondió que eso era un infundio. De todos modos, diversos sectores vinculados al desaparecido Scalabrini Ortiz recordaron en los últimos días que este experto en actividades británicas en el Río de la Plata constantemente formulaba advertencias sobre la acción de Silenzi di Stagni y su condición de agente inglés.
Lo que Scalabrini Ortiz indicaba, se Resumía del siguiente modo: en todos los casos, Silenzi di Stagni sostendría teorías que llevaran a la Argentina a depender del exterior para sus abastecimientos de maquinarias, hierro, carbón y petróleo. Durante mucho tiempo, el principal abastecedor de estos productos fue Inglaterra.
Es a la luz de esta circunstancia que algunos observadores, e incluso funcionarios del gobierno, explicaban las declaraciones de Silenzi di Stagni ante la Comisión Investigadora y el escándalo subsiguiente. Sostenían que, en realidad, Silenzi no aportó prueba alguna que avalara sus afirmaciones: las pocas veces que la comisión le solicitó las pruebas, dijo que eran de carácter reservado y no podía entregarlas. Buscó el escándalo en una ofensiva sincronizada con el secretario y subsecretario de Energía y Combustibles, Antulio Pozzio y Juan Sábato. Esta ofensiva aspira a que, contra la opinión del presidente Illia, se ocupen de inmediato las áreas y los yacimientos petrolíferos
donde las compañías contratistas privadas extraen combustibles para YPF.
Las conclusiones de Facundo Suárez e Illia son de que YPF no está en condiciones de ocupar esas áreas y de mantener la producción adecuada para el abastecimiento del país. En caso de ocupar las áreas y no poder explotarlas en forma adecuada, debería procederse a la importación de petróleo. Por otra parte, en caso de no contar el país con divisas para esa importación, seguramente debería precederse al racionamiento, lo que constituiría en la actualidad un caso único en el mundo entero.
En el seno de las Fuerzas Armadas se siguió con mucha atención esta mecánica del escándalo al mismo tiempo que las presiones ejercidas sobre el presidente Illia y el doctor Facundo Suárez para que ocupen las áreas de explotación. Esta atención se debe a que recientemente las autoridades de YPF realizaron un interesante esfuerzo por conocer la opinión de las Fuerzas Armadas sobre el problema del petróleo y la anulación de los contratos, así como sus ideas sobre la política que se debe seguir en la materia.
La encuesta reveló algunos puntos curiosos: 1) la anulación de los contratos era aceptada como un acto de gobierno, y lógicamente no se deseaban Formular juicios sobre el derecho del gobierno a tomar una medida a la cual se había comprometido durante la campaña electoral; 2) no se deseaba entrar en la discusión de los beneficios o perjuicios económicos que esa medida determinaba; 3) no se deseaba abrir juicio sobre la política futura que debería desarrollarse en materia de abastecimiento petrolero; 4) quedaba muy en claro que en opinión de las Fuerzas Armadas no se podía, de ningún modo, importar petróleo o racionar el consumo de combustibles: en otras palabras, el autoabastecimiento debía quedar asegurado en forma que no dejara lugar a dudas.
Dentro de esta encrucijada se hallaba el gobierno, buscando una fórmula que resolviera el problema, cuando se inicia en forma virulenta, y buscando el escándalo, la ofensiva de quienes aspiran a ocupar las áreas como paso previo a la importación de petróleo.
En cuanto a Silenzi di Stagni, una denuncia anterior —contra el administrador de Gas del Estado, Esteban Pérez— motivó un juicio por difamación y calumnias en el cual la justicia lo condenó al pago de una indemnización de un millón de pesos, que el ingeniero Pérez donó a la Casa Cuna.
Este antecedente constituye un nuevo elemento de juicio sobre los acontecimientos de la semana última.

Parlamento
Difícil situación para el oficialismo
Azorados dirigentes del radicalismo del Pueblo señalaron la semana pasada que la ofensiva de Julio César Cueto Rúa contra la conducción nacional de la Federación de Partidos de Centro podría ser un inesperado precipitante de una crisis de gabinete. El conservadorismo se convirtió en uno de los pivotes indispensables para la alianza oficialista en la Cámara de Diputados, y el deterioro de la línea Hardoy puede
obligar ahora a los radicales del Pueblo a una revisión de los acuerdos con otros bloques.
En una reunión realizada en el comedor de la Cámara de Diputados, un observador apuntó recientemente que, en realidad, existen tres bloques concretos: el oficialista, con 95 diputados (73 radicales del Pueblo, 12 conservadores, 5 socialistas democráticos y 5 de la Confederación de Partidos Provinciales); el llamado desarrollista, con 36 legisladores (21 del MIR y 15 de UDELPA) y la entente neoperonista-alendista, que cuenta con 47 parlamentarios, incluyendo el respaldo de socialistas argentinos y democristianos (19 alendistas, 15 neoperonistas, 7 democristianos y 6 socialistas argentinos). Vacilando entre esta entente y los desarrollistas están los 12 demoprogresistas (Thedy trata de renovar el acuerdo con Aramburu y busca ampliarlo mediante una alianza con el MIR; Camilo Muniagurria tiende a ver con simpatía al alendismo). Completan el panorama los dos autonomistas, que pueden ser adscriptos a una línea semioficialista.
El quórum se forma con 97 diputados. Los oficialistas, a pesar de sus alianzas, no alcanzan a totalizar esa cifra, pero como los otros partidos no integran hasta ahora un frente sólido de oposición, el gobierno no encontró mayores inconvenientes para sancionar las leyes que necesitaba.
Sin embargo, dentro de su actual estrategia, el oficialismo no puede aspirar a un mayor respaldo parlamentario y tiene agotadas sus posibilidades en materia de combinaciones. Su posición, en cambio, es susceptible de sufrir deterioros por varios motivos:
• La escisión de la Federación de Partidos de Centro no se reflejó todavía en actitudes concretas del bloque, excepto algunas manifestaciones del diputado nacional José Aguirre Cámara (Córdoba). Pero diversos distritos son permeables a actitudes progresivamente opositoras, en especial Córdoba (dos diputados). Al mismo tiempo, la presión de Cueto Rúa obliga a la corriente oficialista del conservadorismo a intentar demostrar libertad de juicio con respecto al gobierno.
• En la coalición alendista-neoperonista no hay fuerzas que puedan volcarse directamente a la acción de la UCRP. En cambio, en los distintos partidos que la componen aumentan las presiones para que se asuma una actitud más francamente opositora. Los democristianos terminan de divulgar una declaración tajante contra la administración actual, que mantiene al país, según expresa, "en la derrota y en el aburrimiento". Y en el bloque justicialista, los representantes de la línea Iturbe coinciden en muchos aspectos de la acción parlamentaria —sobre todo en la oposición a la política económica del Poder Ejecutivo— con las variantes más adversas al oficialismo.

Neoperonistas
Albrieu: Revisar la doctrina y la práctica
Desde el momento en que estalló él enfrentamiento entre el peronismo oficial y el neoperonismo, se esperó un pronunciamiento ideológico concreto de esta última corriente. La definición doctrinaria fue ahora formulada por Oscar Albrieu (extrovertido riojano de 49 años; abogado; ex radical; ex diputado nacional justicialista y último ministro del Interior de Perón; actual director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en representación de Neuquén) durante un banquete que le ofrecieron sus amigos con motivo de ser designado en el ente estatal de petróleo.

Mitos y motores
Para Albrieu, "una cosa es el mito que impulsa a las masas" y otra "la doctrina que coordina y orienta, hacia una acción constructiva, la labor de los dirigentes". En cuanto al mito, considera que no solamente es promovido por algunos peronistas sino, fundamentalmente, "por las corrientes extrapartidarias interesadas en aprovechar la masa electoral del peronismo, para lo cual levantan el mito y quieren hacer olvidar la doctrina". En la misma alocución, Albrieu señaló a Eva Perón como "el verdadero motor del espíritu revolucionario del justicialismo" y, expresamente, se refirió a la necesidad de actualizar la programática ajustada a la doctrina.
El ex ministro de Perón entiende que hay una doctrina justicialista cuyos objetivos centrales son "luchar por una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana", que sigue vigente. Connotando esa doctrina, hay circunstancias que, en cambio, no hacen a la esencia y deben ser revisadas: "El autoritarismo de estado no pertenece a la esencia de la doctrina justicialista. O ha sido una necesidad revolucionaria del gobierno peronista o ha sido una deformación profesional de Perón, que es militar. Los errores del peronismo derivan de ese autoritarismo de estado, y son fácilmente corregibles para el caso de que llegue otra oportunidad de gobernar. Ningún político puede desechar la experiencia. Pero esos errores no hacen a la esencia del peronismo. El peronismo no era doctrinariamente autoritario. La reforma constitucional de 1949, por ejemplo, dejó subsistente, y aun amplió, el régimen de libertades públicas."

Ventajas de la amistad
Para Albrieu, el neoperonismo no debe ahora tender a la escisión del movimiento, sino a hacer oír sus puntos de vista en el justicialismo, partiendo de la premisa de que "Perón hace nueve años que está fuera del país.
desubicado por los informes interesados que recibe desde adentro y desde afuera del movimiento. Hay que aceptar —agrega— la organización que el peronismo se proporcione legalmente, siempre que se convierta en un partido estructurado sólida y democráticamente, con un sentido federalista, con posibilidad de diálogo".
No parece preocupado por el hecho de que la corriente "rebelde" aparezca a veces como amiga del oficialismo: "No nos importa eso —dice Albrieu—. Quisiéramos ser amigos de todos... Las leyes que se sancionan están enraizadas con muchas de las cosas que hicimos nosotros. Esto significa la aceptación, por los radicales del Pueblo, de que los postulados justicialistas concuerdan con las necesidades del país."
Sin embargo, sostiene que el "neo-integracionismo" imputado al vicepresidente Perette repetiría "el error de Frigerio: los peronistas están por la pacificación, pero no quieren renunciar a sus estructuras ni que se les introduzcan caballos de Troya". Reconoce que coincide, a veces, con el alendismo: "Creo que Alende puede desvincularse del desarrollismo frondizista, y en ese sentido es útil, como podrían ser útiles los sabattinistas si dejaran de crear problemas con la Iglesia."
Al neoperonismo le interesa ir estableciendo coincidencias concretas en la acción práctica de cada día, y la Cámara de Diputados es ideal —acota— para ensayar esa política.

Revista Primera Plana
5 de mayo de 1964

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