Teatro
Obras y autores nuevos
De Wagner a los Portones de Palermo en 1905

Teatro
El premio teatral más codiciado del país, el del Teatro Municipal General San Martín (200.000 pesos, montaje y representación de la pieza en la Sala Casacuberta), fue otorgado la semana pasada a Tiempo de Federica, de Luisa Mercedes Levinson. Es adaptación de un cuento de la autora, titulado Los dos hermanos: "En el cuento se trata de un incesto, pero en la pieza teatral lo suavicé e hice que Otto y Federica fueran primos. También el final es distinto. La verdad es que la obra me gusta más que el cuento; estoy más ilusionada con ella". La trama alude a Federica, madura cantante wagneriana ("Será muy difícil encontrar la actriz apropiada, pues debe cantar fragmentos de Walkyria y de Richard Strauss") que, después de triunfal carrera en Europa, viene a la Argentina para encontrarse con su primo Otto, dueño de una gran plantación de té en Misiones. Ambos compartieron apasionado idilio veinte años atrás; el encuentro reaviva la pasión de Otto, pero pone a Federica en contacto con una tierra extraña, que terminará por apresarla para siempre.
Con esta historia, Luisa Mercedes Levinson (hija de un dentista inglés y de una dama española, que se casaron en el Brasil) prosigue su indagación acerca de la coexistencia de dos ámbitos culturales distintos y hasta opuestos en Sudamérica: el hispano-indígena y el franco-sajón, que forman el contexto de muchas de sus narraciones, desde su primera novela, La casa de los Felipes (con el seudónimo de Lisa Lenson, 1947). Ganadora de un cuarto premio municipal de literatura en 1957, de un primero en 1960 (por La pálida rosa de Soho) y de la Faja de Honor de la SADE, la autora escribió Tiempo de Federica hace unos años; se sabe que la pieza fue ofrecida a la Comedia Nacional y a Berta Singerman, y presentada a los concursos de la UNESCO (que ganó Abelardo Castillo con Izrafel) y municipal de teatro para la producción 1962, en todos los casos sin éxito. Sin embargo, el jurado del San Martín optó por su obra, en competencia con Rahab, la prostituta de Jerusalén, de Abelardo Castillo, y El reñidero, de Sergio De Cecco, entre otras. De los miembros de ese jurado, Carmen Gándara y Alfredo de la Guardia manifestaron públicamente haber votado por El reñidero; por Federica, pues, votaron Leónidas de Vedia, Miguel Menegazzo Cané y Armando Discépolo, quien presumiblemente la dirigirá.

El reñidero
Sergio De Cecco —32 años, casado con la pintora Martha Gavensky, un hijo— es autor de la pieza más recompensada de los últimos años: El reñidero, que fue seleccionada por el Fondo Nacional de las Artes, recomendada por Argentares y finalmente premiada por el jurado municipal como la mejor obra inédita de 1962. En ese jurado participaron Leopoldo Marechal, Jaime Potenze, Ángel Battistessa, Vicenta Retta y Raúl H. Castagnino.
El reñidero es una transcripción de La Orestiada al Buenos Aires de 1905, donde Agamenón se transforma en Pancho Morales, caudillo de los Portones de Palermo, Clitemnestra en Nélida, su mujer, y Electra en Elena, su hija. Sólo el hijo conserva el nombre de Orestes, y en este personaje cifra De Cecco la noción que siempre le fascinó en la tragedia griega original: el sometimiento. "Siempre vi a Orestes, en Sófocles, como un mártir, sometido por su padre a través de la hermana." Además, encontró un sorprendente parecido entre el ocaso de una sociedad primitiva en los últimos tiempos de Grecia arcaica y la sociedad argentina que, al filo del nuevo siglo, pasa de la organización patriarcal a la nueva era que traen consigo los inmigrantes y las máquinas. "Las sociedades primitivas están regidas por códigos de honor y de sangre, semejantes en todo el mundo (basta pensar en la Italia meridional de hoy); en ellas, el duelo lo domina todo".
De Cecco está familiarizado con los premios a partir de Prometeo (1956), segundo premio del concurso de teatro leído del Ministerio de Educación, y El invitado (1958), premio del concurso de autores noveles de Editorial Carro de Tespis y Radio Splendid. Mientras espera que El reñidero sea puesta próximamente en escena con el auspicio de la Municipalidad de Buenos Aires, contesta a una obligada pregunta: "Uno siempre está escribiendo algo".
20 de agosto de 1963
PRIMERA PLANA

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