DESDE hace poco más o
menos un lustro los negros están dando bastante
que hablar. Antes, el asunto se limitaba a un
linchamiento más o menos. Ahora no; ahora África
es la niña levantisca del mapa político del mundo;
y ¡vaya si hay negros auténticos allí! Kenyatta,
el jefe de los Mau-Mau. con su despiadada guerra
contra el Occidente; Robson, con su voz profunda
de galeote del Volga; la televisión yanqui
proyectando. bugui-bugui en millones de pantallas,
con parejas de negros; una película nuestra,
"Sangre negra", la secuencia de Rosellini en "La
voz humana". Arte negro, política negra y ahora
amor negro a toda vela.
Una rubia con ojos
azules como la pulpera de Santa Lucía aflojó entre
una remada y otra; una rubia inglesa con volumen
político, a lo menos por el lado paterno. Me
refiero a Enid Margaret Cripps (Peggy). Este
asunto ha provocado un enorme gesto de asombro y
sonrisas, pero el hecho es que una tarde miss
Cripps visitó el Club de Estudiantes de África
Central; tal vez habría en el ambiente un poco más
de niebla que la acostumbrada y las formas de las
cosas y los se res se veían un poco esfumadas,
imprecisas, como en una tela impresionista. Pero
lo cierto es que miss Peggy Cripps y Joseph
Emanuel Appiah conversaron de política; él,
mostrando un pulido rostro abetunado con una
hilera de dientes blancos como el marfil, que los
cazadores europeos suelen traer de la Costa de
Oro; ella, regalando a manos llenas una risa de
boca grande de mujer amembrillada por treinta y
dos años de exposición al sol.
Y se produjo el
cóctel.
Ahora no podrá el
viejo gruñón de Schopenhauer decir que las mujeres
tienen los cabellos largos y las ideas cortas; no,
ahora es al revés; los cabellos cortos y las ideas
"largas" —amplias— y resuelven sus problemas,
aunque a contramano, con la opinión enquistada de
los demás.
BLANCO Y NEGRO EN EL
CABLE
Según las
informaciones periodísticas, el romance entre
Peggy y Joseph empezó en 1951 y tuvo la alborada
en el llamado "quartier latín" de Londres, en el
famoso barrio de Chelsea. La señorita Cripps
acompañó en un paseo por el viejo Támesis, en una
lancha, al señor Appiah, y surgieron sobre las
olas turbias los problemas sociales que siempre
suelen ser problemas apasionantes —de derecha o de
izquierda—, y en este caso la izquierda estaba en
un mano a mano con un hombre que pertenece a una
raza que es empujada hacia la extrema izquierda
por ese "gulstream" blanco que es la
incomprensión. Y de pronto, entre una definición
marxista y un recuerdo totémico —es casi seguro
que ninguno de los dos se acordó de la coronación—
surgió la palabra traicionera, que busca la mirada
cómplice y el roce inesperado del borde de la
falda y un borde de botamanga del pantalón.
Seguramente, los remos sintieron un suave pero
enérgico estremecimiento, sin saber si era una
descarga eléctrica o el estremecimiento del
Támesis, Pero el destino de una rubia y un negro
estaba sellado. Appiah acompañó a su flamante
novia a la Costa de Oro y el padre dió su
consentimiento. Cuando regresaron a Londres, ya
estaban comprometidos. Y es de hacer notar que
pasaron por esa prueba que, según algunas
creencias, es difícil de ser superada: cuando dos
enamorados cruzan por mar la línea del Ecuador —de
un hemisferio a otro—, si el amor no es sincero se
produce una instantánea separación.
Y así, en una
conferencia de prensa —así, como suena— en casa de
un amigo pintor, polaco, por más señas, Appiah
declaró a los periodistas que se habían
comprometido secretamente. Y dejó constancia que
dedicaría sus energías al Partido del Pueblo —de
izquierda—, que hoy rige los destinos de su
patria. Fué una conferencia entre referencias de
amor y propaganda política. Y después de esta
conferencia, el 18 de julio próximo pasado, los
novios contraían enlace en la iglesia de San Juan
de Londres. Y lo desconcertante es que el flamante
matrimonio piensa radicarse en África, que, si no
es una novedad para el marido, para la hija del
primer ministro de finanzas, gentleman y
aristócrata Mr. Stafford Cripps, debe resultar un
tanto extraño.
¿QUIEN ES JOSEPH
EMANVEL APPIAH?
Appiah es un
estudiante negro, africano, nacido en la Costa de
Oro. Pero no es un negro cualquiera; en cierto
modo es el símbolo de una raza que está sintiendo
vivamente los impulsos de la libertad política y
social. Appiah representa al gobierno de su país
en Londres. Según el cable, la comunidad de
ideales políticos fué el primer eslabón que
condujo al matrimonio a la pareja Cripps-Appiah.
Los ojos del mundo los miran.
Revista Caras y
Caretas
08/1953
|