Mafia
En Sicilia, una batalla enardece a las bandas
y despista a la policía


Mafia siciliana
La mafia siciliana es inmortal. Esa parece ser la desesperanzada conclusión a que ha llegado el público de Italia en vista de los resultados obtenidos hasta ahora por la comisión constituida por el Parlamento para aclarar el fenómeno de la delincuencia organizada en Sicilia. Sucede que otra comisión ha respondido a los parlamentarios: la que estructuró la propia mafia, con miras a trabar en lo posible todas las investigaciones.
Entre tanto, y a pesar de la intensidad de la guerra organizada por la justicia, otra guerra arde en estos momentos entre las bandas de Sicilia. Asesinatos, tiroteos y atentados con dinamita son el pan de cada día en esta batalla que se inició en febrero de 1962 a propósito de una partida de heroína.
En esa fecha, todos los jefes de Palermo y alrededores se dieron cita en un lugar que la policía aún no ha podido descubrir (como ninguno de los que sirven de club a los mafiosos). Durante casi cinco horas, los jerarcas discutieron la forma de llevar a cabo una operación que consistía en sacar una partida de heroína que se encontraba en Medio Oriente, llevarla a Palermo y hacerla seguir viaje a Estados Unidos. Para el primer tramo (Medio Oriente-Sicilia) se optó por utilizar los servicios de Joseph Pascal Molinelli, alias "Richard", ciudadano francés nacido en Córcega y residente en Niza, contrabandista mundialmente famoso, dueño de una flota especializada de barcos pesqueros y mercantes. "Richard" titubeó ante la oferta y, por fin, impuso un cambio en los planes.
Prefería no llevar la heroína hasta Sicilia, sino trasbordarla en mar abierto, a la altura de Agrigento. La condición fue aceptada, y don Cesare Manzella, "capomafia" de Cinisi, indicó para llevar a cabo la operación a Calcedonio Di Pisa y Rosario Anselmo, dos jóvenes considerados entre los más audaces de la banda de los hermanos La Barbera.
Unos meses después, los dos abordaban, a la hora y lugar justos, la nave contrabandista de la organización "Richard". El paquete de heroína fue llevado hasta Palermo en auto, y una vez allí fue confiado a un marinero de un transatlántico que salía hacia Nueva York, quien llevaba como señal la mitad de una tarjeta de Cesare Manzella. La otra mitad le fue entregada, ya en su destino, por dos miembros del hampa de Brooklyn. Ya en poder del paquete, la organización norteamericana controló la cantidad de droga y envió su valor en dólares a Palermo.
En este punto se inició el caso que ha llevado a las bandas a una sangrienta guerra interna: la suma enviada desde América resultó muy inferior al valor de la mercadería. Una protesta de los capos sicilianos, un informe detallado enviado por los norteamericanos, una investigación del marinero, raptado durante unos días por los mafiosos, condujeron a una certeza. La droga que faltaba del paquete había sido sustraída en el trayecto que media entre Puerto Empédocles y Palermo. "Richard" estaba fuera de sospechas y, por lo tanto, toda la atención cayó sobre los dos jóvenes mafiosos, que en noviembre de 1962 debieron comparecer ante el tribunal de la mafia presidido por don Cesare Manzella y compuesto por egregios representantes de todos sus sectores. El debate fue dramático: los hermanos La Barbera, convencidos de la culpabilidad de Di Pisa y de Anselmo, pedían pena de muerte para esa traición. Les otros "jueces" no estuvieron de acuerdo, y ambos fueron absueltos.
Eran días difíciles para la mafia. Un tiempo antes, a causa de la constitución de la comisión parlamentaria de investigación de sus actividades, los principales exponentes de las bandas se habían reunido para discutir una política defensiva. De este modo, la mafia instituyó un organismo ad-hoc al que correspondería tomar las decisiones de emergencia para hacer frente a cualquier eventual peligro. Entre otras decisiones, la comisión mañosa, de la que formaban parte personajes como los hermanos La Barbera, Salvatore Greco, Cesare Manzella y otros, decretó la prohibición rigurosa de cualquier acción criminal, homicidios, heridas, atentados con dinamita, secuestros y cualquier hecho de sangre, a menos de mediar una orden contraria.
Pero el pacto fue violado debido a la absolución de Calcedonio Di Pisa y de Rosario Anselmo, que los hermanos La Barbera habían considerado una verdadera injusticia. Para dar ejemplo a todos los mafiosos, grandes y pequeños, los hermanos decidieron reparar el hecho con un escarmiento.
La noche de San Esteban de 1962, Calcedonio Di Pisa fue muerto a tiros disparados desde una "Giulietta" tripulada por Salvatore La Barbera y algunos de sus "killers". Y como la venganza de la mafia suele ser compleja, pues por lo general se recurre a venganzas de segundo y hasta de tercer grado para hacer más tremendo el castigo, una semana después algunos tiros eran disparados contra el compadre de Di Pisa, y un atentado con dinamita se cumplía contra la fábrica de agua gaseosa de propiedad de un tío del gángster.
La policía se debatía en la tiniebla, pero los jefes de la mafia de Palermo sabían a qué atenerse. Don Cesare Manzella convocó a los otros capos,
8 de octubre de 1963
PRIMERA PLANA - Página 22

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