EDUARDO COPELLO
LA REDACCION ENTERA DE "GENTE" SE ENFRENTA Y AMETRALLA A "UNO SOLO" POR VEZ. ESTA ES LA LEY DEL JUEGO. UN FUSILAMIENTO VERBAL DE PREGUNTAS. HAY QUE TENER AGALLAS PARA AGUANTARLO Y SALIR AIROSO.

Llegó con sus anteojos de siempre, que le dividen la cara en dos como un parabrisas. Comenzó a aflojarse y ajustarse el Rolex con muchas palanquetas, y se aguantó las preguntas a pie firme.
—¿Lo felicitó Gradassi?
—No, no me felicitó.
—¿Se vieron después de la carrera?
—Sí, fuimos a un almuerzo juntos, pero nos sentaron separados. Tomamos un trago y nos fuimos cada uno por su lado.
—Durante el Gran Premio, cuando usted se quedó, Gradassi siguió de largo. ¿A usted le molestó?
—Y, vea, problemas con Gradassi no hay. Claro, un poco de rabia me dio que hubiera seguido.
—¿Usted hubiera perdido menos minutos si Gradassi se detenía?
—En 5 minutos hubiera continuado en carrera. En cambio, así, quedé a 18 minutos de él en la general al terminar la tercera etapa. Me sacó Cordonnier.
—¿Usted paró cuando se quedó él?
—Yo reduje la velocidad, e iba a parar, pero los banderilleros me dijeron que Gradassi ya se había ido a buscar repuestos y no tenía nada.
—¿Usted es amigo personal de Gradassi?
—No, nos conocemos por andar juntos en esto, pero no somos amigos. Sólo compañeros de equipo.
—¿Y los compañeros de equipo no deben ayudarse unos a otros?
—No es obligatorio, pero creo que corresponde. No sólo entre integrantes de un mismo equipo, si no entre todos los que corren.
—¿Usted se detuvo muchas veces?
—No tengo demasiadas oportunidades porque salgo siempre adelante. Pero cuando se accidentó Viale, por ejemplo, yo paré.
—¿Salió con "bronca" a correr la última etapa?
—¿"Bronca"? Yo no le daría ese nombre. Salí con ganas de ganar.
—¿Se veían entre etapa y etapa?
—No, casi nunca. Yo paraba a veces en casas de amigos o en hoteles a los que él no iba. Pero no porque pasara nada.
—¿Quién le hubiera gustado que ganara el Gran Premio?
—Gradassi. . .
—¿Cuánto hace que conoce a Oreste Berta?
—Unos cuatro o cinco artos. Yo corría con Renault, y en Córdoba nos presentó un amigo común, el motociclista Cruz. De ahí en adelante anduvimos siempre juntos. Creo que nos dimos una mano mutua.
—¿Su "Liebre" tiene más velocidad que la de Gradassi?
—Son exactamente iguales.
—Sin embargo, a usted se le cronometró más velocidad. . .
—No, no puede ser. Bueno, a veces, entre dos coches que tienen los mismos "fierros" hay una pequeña diferencia. Hay que tener en cuenta que durante un buen tramo yo corrí "chupado" con Tullio Riva, y eso me ayudó mucho.
—Los Torino particulares que corren en competencias, ¿están en desventaja con respecto a los del equipo oficial IKA?
—No, de ninguna manera. Eso es lo que la gente cree, pero no hay diferencias. Las "Liebres" tienen más penetración, por su forma, eso es todo. Tengan en cuenta que a veces, el coche de Di Palma, o cualquier otro, anda más que nosotros.
—¿Hay planes en el equipo cuando se sale a correr?
—Mínimos. Cada cual corre por su cuenta. Nunca nos vimos obligados a decir: "Vos salí a reventar a ése, que yo vengo de atrás".
—¿Tiene amigos en el automovilismo?
—No.
—¿Por qué?
—No sé. .., quizá porque corro y me vuelvo en seguida para Mendoza.
—¿Vive de las carreras de autos?
—No. Ni siquiera sé cuánto gané con el Gran Premio. Palabra de honor. A mí, IKA me paga todos los gastos, me da el coche para correr y otro para mí, y me atiende bárbaramente. Si no fuera así no correría. Eso es muy caro, y de mecánica no entiendo casi nada.
—Nombre un gran volante.
—Bueno. .., hay muchos. Me gustaría tener el conocimiento mecánico de Oscar Gálvez y el manejo de Fangio.
—¿De los actuales?
—Bordeu. . ., Perkins, Canedo, Galbato. Es difícil elegir.
—¿Reza antes de correr?
—No, no rezo. Soy religioso, pero no rezo antes de una carrera.
—¿Tiene cábalas?
—Eso no sirve para nada. Gané unas cuantas carreras con un pantalón, y después perdí con el mismo. No sirve para nada.
—¿Qué se siente cuando se anda a 240 por hora?
—En camino bueno, nada. Si el camino se complica, me preocupo.
—¿Tiene miedo?
—Si tuviera miedo no correría. Me dedicaría a otra cosa.
—¿Se dedica a otras cosas?
—Sí. Tengo una boite en Mendoza que se llama Scandal. En Mendoza hay 32 boites. ¿Se da cuenta? La mía es la más seria. Está bastante iluminada y tiene un público excelente.
—¿Qué hace ahora en Buenos Aires?
—Salgo, salgo mucho. Voy a boites. Mau-Mau, Snob, Zum-Zum.
—¿Con quién va?
—Con mi señora. Yo soy un tipo muy serio.
—¿A qué velocidad maneja en pleno tránsito?
—¿Acá? Muy despacio. Esto es un loquero. Los porteños son demasiado "tuercas". La Libertador es un circuito. A mí me pasan como si estuviera parado.
—¿No se tienta? ¿No tiene ganas de correr al que lo pasó?
—¡No! Si llego a tener un accidente se me viene todo el mundo encima.
—¿Por qué silban al Torino?
—Ahora ya no. Eso fue al principio, como hicieron con el Chevytú. El Torino ya es un coche popular, se impuso. En el interior eso se nota mucho. Hasta los hinchas de otras marcas reconocen que anda muy bien.
—¿Usted era hincha de Ford o de Chevrolet, antes de correr para IKA?
—De Ford. No sé por qué. Me gustaba más.
—¿Le interesa la política?
—Si, pero muy por arriba. Admiro a Kennedy, por ejemplo, pero en el orden nacional me costaría mucho elegir una figura. Frondizi, tal vez. . .
—¿Qué piensa del gobernador Blanco, de Mendoza?
—No se nota, pasa desapercibido. Lo que sucede es que Mendoza es una provincia muy ordenada, que se maneja sola. Siempre tuvo muy buenos gobiernos, sobre todo los fe los conservadores. Yo los voté porque merecían, pero nunca me afilié a ningún partido ni hice política.
—¿Cuándo piensa retirarse?
—Depende de muchos factores. La edad ideal para correr está entre los 35 y los 45. Pero en TC se puede prolongar bastante.
—¿Cuál es su opinión sobre los accidentes de los prototipos Ford?
—Me impresionaron mucho. Fue terrible. El de Cabalén lo vi a 30 metros. No paré porque no había nada qué hacer. Fue un desastre.
—¿Lo reconocen por la calle?
—Bastante. Los taximetreros, casi todos. Y eso es lo que más noto, porque tomo muchos taxis en Buenos Aires.
—¿A qué edad empezó a manejar?
—Ya ni me acuerdo. Mi padre dice que a los 4 años.
—¿Usted es un hombre de fortuna?
—No vivo mal. Me doy el gusto de correr, salgo a cazar guanacos, hago esquí cuando puedo. En fin. . .
—¿Cómo obtuvo su primer coche?
—Me lo compró mi padre. El es bodeguero allá en Mendoza.
—¿Bebe vino?
—Claro. Vivo en Mendoza y nací en San Juan. ¿Qué le parece?
Revista Gente y la actualidad
14/12/1967

ir arriba índice del sitio