Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Isabel Sarli
¿Diosa sexy o tímida colegiala?
Es "la Bomba Tropical", "la Morena Frenética". Triunfa en todo el mundo. Millares de personas la aclaman en México, Panamá, Estados Unidos y Europa. Pero, pese a ello, Isabel Sarli vive un mundo solitario, introvertido y monacal. Como el del tango, no fuma, no bebe, no juega ni baila

TIENE 30 años y jamás pisó una boite: no sabe bailar. Tampoco bebe ni fuma y detesta el juego. Se levanta todos los días a las 7 de la mañana y se acuesta a las 9 de la noche. Nunca tuvo novio. Vive su mundo solitario, introvertido, casi monacal. Es una mujer de pocas palabras, que huye del "ruido" y de las fiestas. Hábitos ejemplares, dignos de una presidenta de una liga de moralidad. Sin embargo, ella no ambiciona semejante puesto. Simplemente, quiere seguir siendo Isabel Sarli, "The Goddess" (La Diosa), para los ingleses: "La mujer de fuego" para los mexicanos, o la rival de Raquel Welch para los ávidos productores de la Columbia. Su timidez escolar es la contrapartida de la imagen "fatal" que brinda en sus films, la antítesis de la mujer voluptuosa y sensual, devoradora de hombres fieros. Su máxima aspiración es llegar a convertirse en una perfecta secretaria ejecutiva, empresaria de sus propios films. Isabel Sarli cree haberlo logrado.
Mientras tanto, sigue aferrada a sus hobbies y costumbres: colecciona estampillas y postales; practica natación, su deporte predilecto; almuerza y cena asado, ensalada de tomates y torta de coco; bebe agua o jugos cítricos. Vive con su madre, y un misterio impenetrable rodea su vida afectiva: "Lo único que puedo decirle es que Horangel me pronosticó que este año me casaré en Europa". ¿Con quién? La pregunta llegó tarde. Isabel ya se había replegado en su universo hermético, inaccesible. La "sacerdotisa del sexo" sólo se desnuda frente a las cámaras.

LA TENTACION DESNUDA
Corría 1954. Habían pasado 10 años desde que abandonó su Concordia natal, del brazo de la madre. Hilda Isabel Tito Sarli alternaba sus estudios de inglés y taquidactilografía con fugaces incursiones como modelo principiante: la fotografiaban en los barcos de Dodero, y su figura comenzaba a insinuarse en los concursos de belleza. Pocos meses más, y sus óptimas medidas (98-60-98) convencieron al jurado: contemporáneamente con la Revolución de setiembre de 1955 fue elegida Miss Argentina, punto de partida de una carrera vertiginosa (14 películas en 10 años). Sin embargo, mantuvo fresca su ingenuidad: "Hasta mi octavo film, no entendía nada. Cuando Armando Bó me propuso hacer El trueno entre las hojas (1956), yo era muy inocente ... Me llevó a ver Un verano con Mónica, y cuando salimos me dijo que yo tenía que hacer escenas parecidas, pero con una malla color carne. Naturalmente, cuando llegó el momento del desnudo, la malla no apareció. Me volvieron a sugestionar diciéndome que era una toma lejana (yo no sabía nada de lentes). Cuando vi la proyección en los Laboratorios Alex fue el desastre: mi madre se peleó conmigo y yo con Armando..."
Comienzos difíciles, sin duda. Isabel no es una actriz "con escuela". Cuando tenía que filmar una escena con expresión de terror, le tiraban sorpresivamente una escalera para que se asustara; no sabía caminar, ni hablar. "Era una de esas chicas que ni en el colegio se atreven a recitar... Pero yo sabía que iba a llegar —cuenta Armando Bó—; estaba seguro de que triunfaría, y no por nuestra mentada relación (tenemos solamente 14 hijos en común). Era el auge de las películas suecas y 'Coca' tenía que llegar a ser como la Coca-Cola."
El privilegiado olfato de Armando Bó no podía equivocarse. Tras arrasar con sus películas las taquillas de todo el país, el binomio Sarli-Bó se lanzó a la conquista del mercado latinoamericano. Una vez copado, la Columbia Pictures resolvió entrar en el negocio: desde hace dos años, tiene a su cargo la distribución de sus películas en toda América. Guatemala, Panamá, Venezuela, Costa Roca, las Antillas, La eclosión de Isabel Sarli no tiene precedentes ni admite parangones. En San Salvador, 10.000 personas la esperaban en el aeropuerto, se tiraban a sus pies, querían besarla; su coche avanzaba medio metro por hora. Una apoteosis. En México, cuando se estrenó India, había 8 cuadras de cola, en doble fila, pugnando por localidades: sólo vendían una entrada por persona. En Panamá, el vespertino "El Mundo" dedicó una página íntegra a la premiére de La Diosa Desnuda, film que provocó tumultos, desmayos y contusiones.
Finalmente, Isabel azotó Europa como un huracán. Hace apenas un año, mientras se disputaba el mundial de fútbol en Londres, la Compton Film decidió representarla en el viejo mundo. Para los ingleses, Isabel simboliza "el sexo de South America". Sus fotografías invadieron las recatadas columnas del "Daily Mirror", "Evening News", y multitud de revistas especializadas. Simultáneamente, la prensa norteamericana comienza a interesarse por "La Diosa": 5 notas en "Life", otras en "Time", "Play Boy", programas en inglés por las principales cadenas radiales, reportajes por televisión con audiencias millonarias. . .
Isabel ya es figura internacional. Podría haberlo sido mucho antes: la Columbia Pictures, a través de Michael Klinger, le había hecho reiteradas propuestas para trabajar en Estados Unidos. Entre otros, un contrato para actuar en Los cañones de Navarone, Pero hasta ahora, Isabel no quiso apartarse de sus siete perros, de su increíble chalet de Martínez, ni de su quinta de Moreno. Una abultada chequera, por otra parte, la libra de apremios.

LA EJECUTIVA
"Isabel ya está avivada —asegura Armando Bó—. Es una productora como pocas, una verdadera ejecutiva." No se equivoca. En las últimas 6 películas, Isabel asumió decididamente su nueva profesión. El rubro Bó-Sarli proyecta ahora Carne, que se filmará en los frigoríficos de Avellaneda, y Éxtasis Pasional, en Puerto Rico. Con el mundo en sus manos, tanto artística como económicamente, Isabel Sarli admite con orgullo: "He alcanzado lo que más quería: ser mi propia empresaria".
No le teme al fantasma de la censura. A pesar de los 14 cortes perpetrados a La mujer del intendente, su último film, no demuestra inquietud. "Estoy acostumbrada. Desde que comencé mi carrera, los censores se encarnizaron conmigo. Tuve cuatro juicios, dijeron de todo, pero yo logré triunfar a pesar de ellos. Son tan absurdos que ahora prohíben también las óperas..."
Isabel ríe, despreocupada. Es que no conoce derrotas. Aunque podrían señalarse dos excepciones: en 1964, los artistas "pop" quisieron ofrecerle un "homenaje". Comandados por Martha Minujin, los coloridos muchachos comenzaron a ensayar el espectáculo en el Di Tella. "A último momento —recuerda Isabel— algo falló y tuvieron que suspenderlo. Pero yo estoy segura de que esta chica Minujin, tan amable, quería hacerlo de veras." Este frustrado homenaje, y la película que hizo con Torre Nilsson (Setenta veces siete), son los únicos "fracasos" de su carrera. Una carrera en constante expansión, que transformó a aquella advenediza Miss Argentina en sexy Nº 1 del cine nacional, traducida y doblada a todos los idiomas. En cualquier lugar del mundo, Isabel Sarli será "La Diosa", "La Bomba Tropical", "La Morena Frenética". Pero, ante todo, será la actriz argentina que arrebata multitudes, colma salas de estreno y desborda allí donde pise. Un fenómeno hasta ahora inédito en nuestro cine.
Revista Siete Días Ilustrados
29/08/1967

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