A SERGIO VILLARRUEL
LE PUSIERON UN LEON DE PLATA
HACE UNOS AÑOS APARECIO EN TELEVISION. EN CANAL 13. A PARTIR DE ESE MOMENTO HUBO DOS MANERAS DE HACER TV: ANTES DE SERGIO Y DESPUES DE ÉL. PERO ESTO NO ES PARA HACERLE ELOGIOS. ES SIMPLEMENTE PARA CONTAR COMO ES UNO DE LOS PERIODISTAS MAS IMPORTANTES DEL MOMENTO NACIONAL. CINZANO LE ENTREGO UN PREMIO. MUCHA GENTE LO ACOMPAÑO A SERGIO ESA NOCHE. EL MISMO HABLA DE ALGUNOS DE LOS PERSONAJES TRASCENDENTALES QUE ESTUVIERON ALLI. Y UN COMPAÑERO SUYO, LEO GLEIZER, HABLA DE EL, COMO HOMBRE Y COMO PERIODISTA.

"RICARDO BALBIN: Una vez traté de convencerlo para hacerle una nota. Me costó un triunfo. Y es lógico. Se trataba de llevarlo al programa «FRENTE A FRENTE», donde iba a tener que enfrentarse con cincuenta vehementes Jóvenes políticos pertenecientes a todos los partidos. La reticencia del máximo líder de la Unión Cívica Radical me resultaba perfectamente entendible. Sabiendo, como sé, que no le gustan los tumultos. Finalmente aceptó a regañadientes. Ya en el programa se enojó varias veces y dijo en cámara que no debía haber asistido. Cuando lo vio en el aire cambió su impresión. Y es que cuando se tiene una trayectoria como la de Balbín se puede enfrentar cualquier auditorio,"

SERGIO VILLARRUEL VISTO POR UN COMPAÑERO
Yo sabía que existía. Teníamos amigos en común y su trabajo en televisión y radio en Córdoba ya tenía repercusión en la Capital Federal. De pronto vino el "cordobazo" y él cooperó en la cobertura de la nota; Gracias al film que llegó en esa noche del 29 de mayo del 69, lo vi esquivando balas y pedradas, guareciéndose tras una pared y haciendo el relato fiel de lo que ocurría. Su voz no dejaba traslucir ninguna emoción. Era el relator sereno, el hombre que no se mimetizaba con los acontecimientos. A los pocos días ya estaba trabajando con nosotros, en Noticiero 13. Al principio fue impenetrable. Serio, reconcentrado, parecía cubierto por un caparazón. Con el tiempo fue derritiéndose, mostrándose tal cual es. Esa seriedad, ese gesto adusto, esa manera fría y objetiva de dar las noticias, dejó paso al Villarruel verdadero, a ese hombre que en la redacción o en el café cuenta cuentos cordobeses o se enternece por algún problema de un compañero.
El nos enseñó a un montón de periodistas a "no leer" en cámara. Nos enseñó que un periodista debe conocer a fondo la noticia que comenta como para no necesitar de un cable o de un redactor detrás.
El nos enseñó que se puede ser objetivo y a la vez criticar lo que el sentido común nos dice que es desacertado.
El nos enseñó que no hay que reaccionar violentamente ante un agravio gratuito o ante una acusación injusta ("manzana podrida" le dijo un presidente públicamente).
El nos enseñó a ser humildes ("Chango... No somos artistas de televisión... Somos periodistas, igual que los reporteros de un diario. .. La diferencia es que damos la cara, ¿sabés, chango?").
Definir "al negro" no es difícil: es un gran tipo, un excelente compañero, uno de los mejores periodistas televisivos del mundo.
Para terminar: como secretario de redacción de la División Noticias de Proartel, aseguro que es el hombre más respetuoso de las jerarquías que conozco y el "anti-estrella" total.
Cuando esta noche lo vea en su televisor, piense en todo lo que le conté v recapacite. ¿No se merece los premios que le dan? ¿UN HOMBRE así no se merece el agradecimiento y aprecio de sus semejantes? Seguro que piensa que sí. Igual que yo.
LEO GLEIZER

"CARLOS PERETTE: Llegó en una oportunidad como invitado mío a un programa político que por entonces dirigía para la televisión de la provincia de Córdoba. Antes de «salir» le pedí al doctor Perette que pusiera «pimienta» en sus palabras. La polémica comenzó a crecer. A los pocos minutos había subido tanto la «presión» del programa frente a los otros periodistas del panel, que eran Baltiérrez y René Ávila, que no tuve otra alternativa que interrumpir el programa para evitar que los polemistas se fueran a las manos. Jamás volvieron a dirigirse la palabra. Después de la finalización del programa, Perette reflexionó: «Vos me pediste que le pusiera pimienta. Yo cumplí»"

"JORGE GARRIDO: Con la milésima parte de lo que él ha visto y sabe cualquiera podría transformarse en el mejor periodista político del país. Permanentemente le pido que me cuente algo. Pero es inútil. Como se dice en criollo, «no larga prenda»."

"ROBERTO MARCELO LEVINGSTON: Cuando el embajador Rodolfo Baltiérrez era secretario de Prensa, un día me llamó por teléfono para decirme: «El presidente quiere invitarlo a almorzar». Yo no lo había visto nunca y no entendía bien la cosa. Pero una invitación del presidente de la República no puede rehusarse. Hablamos de la actualidad política, social, económica y acerca de otros temas. Al retirarme le pedí a Baltiérrez que me explicara el porqué de la invitación. El tampoco lo sabia. Pero me advirtió que de televisión el presidente sólo veía los noticieros de la noche."

"JOSE GELBARD: Al actual ministro lo entrevisté varias veces por cuestiones vinculadas a su anterior gestión, como presidente de la Confederación General Económica. Conmigo siempre fue muy accesible. Pero durante las conversaciones que mantuvo con Perón y el presidente Cámpora hace más de un mes en Madrid tuve que hacer la guardia toda la tarde en el hall del hotel donde se hospedaba. A pesar de mi tenacidad él no me dijo nada de cuanto yo quería saber. Espero tener más suerte con él ahora y en el futuro

"ARTURO FRONDIZI: Al ex presidente lo conocí en Córdoba. Muchos años después volvimos a encontrarnos, alojados en el mismo hotel. Un día, a las seis de la mañana, me despertó uno de sus custodias para decirme que el doctor Frondizi quería hablar conmigo. Nos encontramos en el living del hotel. «Le doy una primicia —me dijo Frondizi—. Hoy va a haber una revolución». Esto ocurría el 2 de abril de 1963, en el hotel Tunquelén, de Bariloche. Frondizi había llegado unos días antes desde Martín García. Se acababa de cumplir un año de su derrocamiento y aún no estaba totalmente en libertad. La revolución estalló dos horas más tarde, en Buenos Aires."

"TATO BORES: Lo sigo con atención y cariño desde la época en que creó su famoso personaje. Pero nunca Tato me hizo reír tanto como la noche del Cinzano Club en que se encontró frente al ministro de Hacienda, José Gelbard. Sin la menor vacilación lo increpó «duramente». Tato estuvo largo rato quejándose y acusando a Gelbard de haberle vendido en su fábrica, neumáticos más caros que los que están en venta en cualquier gomería. El ministro Gelbard respondió a la humorada con ingenio y rapidez."

"ALVARO ALSOGARAY: Al poco tiempo de asumir su cargo como ministro de Economía en el gobierno del doctor Arturo Frondizi lanzó una frase que después se haría famosa: «Hay que pasar el invierno». Quizá sea, de unos años a esta parte, el más atacado, vilipendiado y discutido de los políticos argentinos. Pero su nombre ha trascendido las fronteras del país. Hace unos días, en Madrid, una revista española de economía me pidió una nota con la opinión de dos especialistas sobre las perspectivas argentinas a partir del 25 de mayo. Y me dieron dos nombres: Álvaro Alsogaray y Antonio Cafiero."

"DRINGUE FARIAS: Nunca me olvidaré de su dúo con Castrito en el Maipo. Años después lo conocí en Córdoba, en el teatro La Comedia. Cuando se enteró que estaba haciendo mis primeras armas en Buenos Aires fue uno de los primeros que «puso el hombro» con algo que no puede medirse: buenos consejos."

"HECTOR LARREA: Alguna vez fue a cenar a un restaurante que yo tenía, junto con otros dos amigos, en la ciudad de Córdoba. Pero él se enteró de esa actividad mía recién cuando nos encontramos en Buenos Aires y yo ya estaba trabajando para el Canal 13. Desde entonces se convirtió en uno de los grandes propagandistas de aquel lugar. Al margen de la anécdota, como profesional y como ser humano es un estupendo personaje y a mí me honra el sentirme su amigo."

"JORGE «CACHO» FONTANA: Lo conocí al poco tiempo de estar en Buenos Aires, una tarde en que nos encontramos en la sala de maquillaje del canal. Allí no más, sin mayores preámbulos, me preguntó si yo había tenido problemas en la Capital, si alguien se había «tirado» en contra mía o si me habían puesto trabas, si creía en las «trenzas» del ambiente. A todo le respondí que no. Esa respuesta la utilizó como argumento para rebatir a varios de los allí presentes que sostenían, por supuesto, una tesis contraria. Es humanamente un fuera de serie. Un tipo sensacional, leal y un amigo derecho."

Revista Gente y la actualidad
14.06.1973



Escribano Jorge Garrido, general Roberto Marcelo Levingston, Sergio Villarruel, José Gelbard, doctor Arturo Frondizi, Elena Faggionatto de Frondizi y Alberto Rudni

 

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