Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Susana Rinaldi
Cantate un tango Susana
Melancólica y tímida, casi adolescente, Susana Rinaldi vive un hondo conflicto: cantar tangos -una vocación que arrastra desde su infancia- la aleja de su otra profesión, ser actriz.
Contra su voluntad, esa lucha interna ya está sellada: de ella dijo la implacable Tita Merello: "Nunca en mi vida oí cantar así"

Cuando la rodean los hippies de Villa Gesell, estira su metro setenta de estatura, descansa sus 58 kilos sobre la arena y se acuerda de Buenos Aires. Si alguien la llama por su apodo, la Tana, ríe. Después canta. Como si no supiera hacer otra cosa. Porque Susana Rinaldi nació para eso: para cantar tangos.
A los 30 años parece una adolescente. Es reconcentrada, tímida. Le dicen "la Tana" porque gesticula como una vieja matrona peninsular. Pero sólo entre amigos. Cuando hay mucha gente se hace chiquita, trata de pasar desapercibida. En una de las últimas funciones de Help, Valentino!, en Buenos Aires, tuvo una prueba concreta de sus temores. Contemplaba el espectáculo en una de las últimas butacas de la sala. De pronto, una actriz protagónica bajó hasta la platea y se fue acercando lentamente a Susana. Su primera reacción fue ponerse colorada. Luego, bajó la cabeza para que no la vieran. La actriz, improvisando, preguntó: "¿Qué pasa esta noche? Susana Rinaldi por un lado, Astor Piazzolla y Egle Martín por otro... ¡me han traído el tango esta noche!... Tapándose, Susana le hacía gestos con las manos para que no la nombrara, para que no delatara su presencia.

MI OREJA ES UNA CALA
Pero no siempre Susana tiene esos arrebatos de vergüenza. Hace poco, (mientras estaba sentada en el sillón de entrada del "boliche" Nuestro Tiempo, que regentea Miguel Saravia, fue testigo de un diálogo entre un señor y su esposa:
—Mirá che, aquí están las fotos de los que cantan hoy...
—Pero viejo.. . ¿la Susana Rinaldi también canta? Ahora se les da a todas por cantar.. . ¿no era actriz ella? Un día de éstos también yo agarro el micrófono. . .
En esos momentos actuaba en Nuestro Tiempo Osvaldo Manzi. Finalizada su interpretación debió cantar después Susana Rinaldi. Cuando pocos se lo esperaban, la actriz hizo un paréntesis y pidió permiso para hablarle al público:
—Alguna gente —dijo—, en vez de oreja tiene una cala con un tallo que se achica y alarga cuando quiere. Eso, precisamente, es lo que me pasa a mí. No importa cómo, pero escuché, en la entrada, un diálogo muy curioso entre un señor y su esposa. . . Hoy quiero decir que estoy totalmente harta: me pasé 14 años estudiando música en el Conservatorio Nacional, lo cual no significa que cante bien, pero sí que puedo cantar tangos. Además, estoy harta de decir que nací en un patio de tango. . . Mi próxima canción, por ser ésta la primera vez que actúo en Nuestro Tiempo, se la dedico ahora a Osvaldo Manzi.
Cuando la Tana terminó su agresiva disertación, la señora del micrófono estaba blanca. Se levantó y se fue del local. Poco después, Susana se enteró que era prima del mismo Manzi. Había provocado líos de familia. Pero no le importó demasiado. Es impulsiva y tiene humor. Sabe reír con ganas. Y es eso, justamente, una de las cosas que más la emocionan: reír, reír mucho, con franqueza.
Sin embargo, pese a esa alegría que la invade por momentos, Susana guarda en su intimidad una cierta melancolía. No pocos críticos la juzgaron siempre como una de las mejores actrices dramáticas de nuestro medio artístico. La Rinaldi hace más de dos años que no pisa un escenario. Ella lo explica así: "Una actriz es siempre inalcanzable para el público, llega a convertirse en un monstruo sagrado, en alguien que no se comunica cara a cara con la gente. Como cantante, en cambio, logro una comunicación directa con mi público, me integro con él. Pero, aun así, no me olvido que quiero hacer 'Fedra'..."
No obstante, su imagen de actriz se desdibuja: "Ya no me preguntan más qué voy a hacer este año en teatro, qué papeles me ofrecieron en televisión. . . Ahora la gente quiere saber cuándo grabo mi próximo disco o dónde voy a cantar." Es ella misma la que se aleja del teatro. Para este año, Osvaldo Bonnet le pidió su participación en la Comedia Nacional.
Moviéndose constantemente en esta contradicción (ser actriz o ser cantante) Susana Rinaldi continúa vigorosamente dedicándose al tango. "No puedo tener un estilo —confiesa—, porque éste toma una forma diferente en cada letra... Pero no me interesa teorizar. Sólo quiero cantar, interpretar el íntimo mensaje de cada autor, y hacerlo para una gran mayoría. . . Porque cada tango —se llame "Sur", "La morocha" o "Los mareados"— nos acerca continuamente a lo cotidiano, a lo que sabemos y sentimos. . ."
Y, aun cuando Susana Rinaldi se resista a dejar de ser actriz, no podrá jamás olvidar que su vida está en el tango. Un día, al encontrarse con Tita Merello, quedó decididamente marcado su destino: "Ah, así que vos sos Susana Rinaldi —la paró Tita—, nunca en mi vida he oído cantar así."
Revista Siete Días Ilustrados
06.02.1968

ir al índice de Mágicas Ruinas

Ir Arriba